CGT afirma que el nuevo convenio del sector de contact center a condena a sus trabajadores a la precariedad
El principal problema de este convenio, según el sindicato, es el salario, ya que, tras años de salario congelado, desde 2019, ahora se renuncia a subidas salariales durante los años 2020 y 2021, y para los años sucesivos se acuerdan importes inferiores al IPC: para 2022 la subida es del 3,5%, al igual que para 2023; en 2024 la subida será del 3% mientras que para 2025 y 2026 la subida será lo que suba el IPC, pero con un límite del 3,5%. CGT señala a otras formaciones sindicales por su falta de ambición.
La pérdida de poder adquisitivo es de más del 15% en los últimos años. Esto ha generado que la última subida del SMI haya superado a tres de las categorías profesionales de este sector. De continuar la progresión en 2024, el SMI alcanzará la categoría más habitual del sector que es la de teleoperador/a especialista.
Las contrataciones en el sector seguirán siendo con jornadas parciales, ya que las empresas no tendrán obligación de contratar a jornada completa ni a la mitad de la plantilla, solo el 30% tendrán una jornada completa. Además, para consolidar las ampliaciones de jornada habituales en este sector generan una fórmula de cálculo anual que penaliza las bajas y la maternidad.
En cuanto al teletrabajo, era uno de los artículos más esperados del convenio, ya que desde 2020 un amplio porcentaje de los trabajadores/as han desempeñado sus funciones desde casa. Se abonarán 26€ al mes de gastos para jornadas completas y 21€ para parciales, y sin una retroactividad acorde en el pago, ya que se abonará tan solo de octubre de 2022 en adelante, cuestión que contraviene la legislación vigente.
Tampoco hay ninguna mejora en cuanto a igualdad, en un sector en el que más del 70% de las personas trabajadoras son mujeres. Eso sí, ambas organizaciones sindicales dispondrán de 320h mensuales más (lo equivalente a dos liberados/as más) sumadas a los 18 liberados/as sindicales que ya ostentan para crear una comisión de igualdad que no tiene competencias efectivas más que justificar nuevos beneficios para los sindicatos firmantes.
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