Las ‘mellis’ de la Avenida de España cierran el círculo y convierten el legado de su madre en un mensaje de futuro
Ana y Raquel cambiaron ayer los delantales por las americanas y al público familiar y cotidiano del obrador, Sobaos Arce, por uno más amplio y un tono más formal: este jueves, las dos hermanas, las ‘mellis’ de la Avenida de España, recogían el galardón Nuevo Talento de los premios Futuro en Femenino Besaya que entrega la Cámara de Comercio de Torrelavega.
Un premio que para ellas significaba muchas cosas: por ser en su ciudad, Torrelavega, y por ser desde la Cámara de Comercio, dos campos, el comercio y la capital del Besaya, que implican mucha capacidad de resistencia y en los que es habitual el recurso al recuerdo de tiempos mejores.
Y que ellas, un poco “abrumadas”, convirtieron en un mensaje de esperanza y futuro: “Somos firmes defensoras del comercio local. Creemos que Torrelavega está repleta de posibilidades y grandes comerciantes. Tan sólo hace falta que nos lo creamos y apostemos por ello. El comercio local merece mucho la pena y nosotras estamos dispuestas a demostrarlo”, reivindicaban.
A la capacidad de resistencia de lo local/Torrelavega y del comercio, sumaban el de ser una empresa puesta en marcha por mujeres, que es lo que ponen en valor estos premios.
“Nosotras hace tiempo que dejamos de llorar y comenzamos a facturar”, expresaban, evocando en todo momento el legado de la mujer que lo empezó todo, su madre, la de C del logo, Cioni, “que se pasaba horas y horas en el obrador”.
“De ella aprendimos valores como el esfuerzo, la honestidad y el sacrificio. Sin pretenderlo, Cioni Arce dio otra dimensión a la palabra LEGADO y se convirtió en nuestra inspiración para reabrir el obrador. Trabajadora incansable y madre a tiempo completo, la C dorada de nuestro logo es nuestro particular homenaje a quién nos hizo ser como somos. Alguien de quién estamos especialmente orgullosas y a la que queremos dedicar este reconocimiento”, ensalzaban.
Un legado que les ayudó en el sueño de reabrir el obrador de sobaos, quesadas y otros productos reposteros con los que innovan y sorprenden. Un trabajo duro, un “reto”, pero eso, los retos, es algo a lo que ya están acostumbradas: desde el “vértigo” inicial de ponerse en marcha “y levantar la persiana”, hasta el de después, el “miedo a estar a la altura”, incluso el personal, entre ellas, el de “aprender a convivir de nuevo”, después de “muchos años siendo mellizas inseparables”, ahora, “hombro con hombro”, igual que cuando “aprendimos a andar”, como empresarias y compañeras de obrador.
“Ojalá seamos capaces de inspirar a las generaciones que vienen por detrás”, deseaban al recoger el premio. Las ‘mellis’ están en ello.