El jefe de Carreteras preparaba y adelantaba documentación técnica para las empresas adjudicatarias
Las grabaciones a Miguel Ángel Díez incluidas en el sumario de la trama de Carreteras revelan que el alto funcionario de la Consejería de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo detenido e investigado se comportaba más que como un empleado público con las constructoras adjudicatarias de obras en base a sus informes, que eran fundamentalmente LA ENCINA, RUCECAN y API MOVILIDAD.
Su actitud, reflejada en las conversaciones telefónicas pinchadas por los investigadores y que viene desgranando en las últimas semanas EL FARADIO, era casi la de un consultor empresarial, experto en el funcionamiento de la administración.
Y no sólo porque orientara a las empresas sobre la baja que debían hacer (la rebaja respecto al precio marcado por la administración en la licitación, muchas veces clave para conseguir la adjudicación al sumar puntos) o porque les recordara las fechas previstas o la importancia que tenían en los procesos determinadas cuestiones (los informes de calidad, los planes laborales) de cara a sumar puntos en una adjudicación en principio, sobre el papel, matemática, o incluso que les pusiera en contacto entre sí de cara a las bajas o a futuros acuerdos para el que se quedara excluido.
Aparte de esa labor, ya de por sí más allá de lo que le correspondía a un funcionario, Díez Barrio llegó a facilitar un poco más a las empresas el proceso de licitación, preparándoles incluso la documentación, como observan los investigadores.
En detalle, les habría ayudado en la preparación de forma conjunta con los licitadores de la documentación exigida para presentarse a la licitación, la aportación de estudios económicos realizados por él mismo, la aportación de modelos de documentación adecuados pertenecientes a otros licitadores no concertados, el asesoramiento en relación a las bajas a presentar con respecto al precio del contrato y la asistencia con respecto a los problemas técnicos surgidos a la hora de presentar la documentación.
Así, después de que Ricardo de SENOR le llamara para interesarse por una licitación, la del aglomerado, el funcionario (a quien ya hemos leído en otras veces muy reacio a tener tratos con esta empresa por algo que les sucedió años atrás), contactó tanto con LA ENCINA como con RUCECAN y, tras hablarles de las intenciones de SENOR, les emplazó a preparar bien (“de puta madre”, en realidad) la parte de concurso valorada en 30 puntos y así conseguir la puntuación máxima.
No sólo eso, sino que se ofreció a reunirse con ellos para ayudarles personalmente a preparar la documentación (dos horas duró el encuentro), porque, como les dijo a RUCECAN, temía que la fueran “a cagar”.
En otra licitación, la de la limpieza de ríos, uno de los hermanos de RUCECAN cometió un error con el formato de una documentación que tenía que presentar, y el funcionario, tras explicarle que SENOR o COPSESA sí lo habían hecho bien, se compromete a enviarle un modelo de otra empresa para que le sirva de guía.
En otro expediente (la senda ciclable de Torrelavega), incluso le proporciona un estudio económico realizado por él mismo y le brinda las claves: “hay 4 precios clave que estaban en otro color (…) los 4 precios clave que eran el acero, el 355, el inoxidable”
Y también les indica, con un modelo, cómo hay que remitir la cuestión de las medidas laborales, “no metáis la pata”.
En otro, comentando sobre cómo gestionar una baja, menciona que le ha enviado un informe (a RUCECAN).
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