La alta gastronomía como fiesta: el UMMA celebra sus diez años
Todo es una experiencia, la comida cuenta una historia, tiene un relato… Los profanos de todo esto se habrán encontrado con estos tic en ‘El menú’ , la película protagonizada por Ralph Fiennes que lleva al extremo actitudes que los que se hayan asomado alguna vez por ser ocasión especial a los establecimientos que enarbolan soles o estrellas, y por supuesto los más asiduos.
Y que chirrían en extremo a Mikki Rodríguez, del restaurante UMMA (calle del Sol, 47, en Santander), que admite en una charla con EL FARADIO que en los establecimientos de alta gastronomía se han creado ambientes “demasiado encorsetados, poco relajados, fríos o distantes”. Vamos, como en la película de Ralph Fiennes, un drama que roza la tragedia.
Frente a eso, el restaurante de este chef viajado y formado en los mejores templos de la comida de calidad (el Noma de Copenhague; el Celler de Can Roca, en Girona; La Ermita, en Toledo y Mugaritz o Zuberoa, en San Sebastián) lleva diez años planteando una apuesta que combina la oferta “elaborada” con la “democrática” e incluso “divertida”, es decir, platos de calidad o que llevan mucho trabajo detrás, pero intentando ser más accesibles de lo que se estila en cartas similares.
E incluyendo la apuesta por el producto local, el contacto con los productores y el alimento de temporada que les permite ir variando la carta, que fue una marca de la casa desde el arranque y en la que se ha avanzado “muchísimo”.
Entre preparativos de la fiesta de su décimo aniversario y ‘leoninas’ pruebas de sonido (esperamos que hayáis captado la súper sutil referencia), Mikki evoca como el UMMA es más “coherente” cuando más ambiente festivo tiene, siendo las fiestas y los conciertos una de las apuestas con las que comenzaron.
Y que quieren retomar en este cambio de ciclo que, no sin cierto “vértigo”, afrontan a raíz del décimo aniversario (cumpleaños que a lo largo de 2022 y 2023 han venido o vienen celebrando proyectos como EL FARADIO, LA VORÁGINE, SOLABRIA, OCTUBRE, SIDERIT, SANTATIPO…).
Así, se piensa en volver a las fiestas y los conciertos, fieles a la máxima de que los locales sean sitios en los que pasen cosas y se genere cultura, muy en la filosofía que Mikki cita de Marcos Rvbicón, fallecido la semana pasada, y que desde el otro extremo de la calle generó un polo de música, improvisaciones y encuentro que trascendió el bar y que tenía sus vasos comunicantes con el UMMA en figuras comunes como la de Yenia Popova. Y que tienen su impacto, como nota con las exposiciones con creadores jóvenes que empieza a acoger en las últimas fechas.
El cambio/regreso, la búsqueda de un ambiente más distendido, se plasmará en la forma de abordar lo gastronómico: más de comer entre semana, pero con un formato más de bar y picoteo de noche y hacia el finde, mientras suena música o siguen pasando cosas.
De momento, lo que toca es la fiesta de aniversario: desde las 13.00 hasta las 20.00 horas, con música (DJs como UVE, Marina Caos, Ludovico, Boby Z…), cerveza, vinos, comida… En definitva, su lema: Come, bebe, baila.
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