El entorno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Bezana se llenó ayer por la tarde de los colores de la bandera LGTBI, la misma que PP y Vox retiraron del edificio como primera medida que trascendió al acceder al gobierno local tras las pasadas elecciones municipales. Después la alcaldesa la puso ceñida únicamente al día, asegurando que no podía poner una pancarta por cada causa y desatando el primer desencuentro público con su socia de Vox, que rechazó la medida.

Fue una convocatoria impulsada por vecinos del municipio y movida a través de redes sociales o mensajería instantánea, que animaba a acudir vestidos con los colores de la bandera de forma que se pudieran componer banderas humanas que llevaran a un edificio cuyos gobernantes los han rechazado la simbología asociada a la diversidad, la convivencia, el respeto y el apoyo a personas que todavía hoy sufren insultos, estigmas y agresiones físicas.

Fue también un viaje en el tiempo, a cuando, no hace tanto, diez años, pero indicador del reflexivo, se tenían que desarrollar para reclamar la instalación de banderas de apoyo al colectivo cuando los ayuntamientos cántabros eran reticentes mientras en otros sí se hacía como práctica normal.

A la cita acudían vecinos del municipio y miembros de colectivos LGTBI, así como representantes políticos, como el vicepresidente en funciones del Gobierno, Pablo Zuloaga, secretario general del PSOE cántabro y cara visible de la oposición parlamentario en la legislatura que recién arranca, que además fue alcalde de Santa Cruz de Bezana. Bajo su mandato en el Gobierno de Cantabria se aprobó la Ley LGTBI. Zuloaga advertía sobre el modelo de familia excluyente y único de PP y Vox.

También acudió la candidata de Sumar (la plataforma impulsada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la que se integran trece formaciones políticas, desde Podemos, IU o Verdes Equo junto a otras como Más Madrid, la Chunta o Compromís…) al Congreso por Cantabria, Carmen Martín, que como coordinadora de ACCAS, la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida. ha trabajado conjuntamente en muchas acciones con ALEGA, la asociación de referencia LGTBI. Martín apelaba esta semana al Orgullo como «símbolo» de las libertades conseguidas.

OFENSIVA POLÍTICA SIN BASE LEGAL  CONTRA LOS SÍMBOLOS 

El ataque a los símbolos, en pleno Orgullo, la fecha en la que se conmemora cuando las personas LGTBI dejaron de resignarse a la represión lo viven en la comunidad como un señalamiento público.

Y se enmarca en una estrategia desde Vox, secundada por el PP, que está llevando a todos los sitios en los que tiene representación la petición de que se retiren símbolos de edificios institucionales aludiendo a una supuesta ilegalidad.

Supuesta porque esconde una manipulación: lo que vienen prohibiendo los tribunales es que cualquier bandera sustituya o se equipare a las oficiales (la estatal, la autonómica, la local), cuyo emplazamiento viene muy específicamente definido por leyes, normas y protocolos, mientras que distintas sentencias y los propios informes de los equipos jurídicos que tienen las instituciones avalan poner en edificios públicos banderas en balcones, lonas, pancartas, banderolas, etc.

No es ilegal : si  lo fuera habría funcionarios que se negarían a tomar este tipo de decisiones y los propios que las critican (en cuyo seno hay perfiles muy conocedores del funcionamiento de la administración o del derecho) y alertan de su supuesta ilegalidad las llevarían, si fuera tan claro, a los foros en los que se dictamina lo que es legal o ilegal, los juzgados.

De serlo, lo sería cualquier otro símbolo: desde las banderas o lonas de apoyo al Racing o a Ucrania (por citar dos casos habituales en el Ayuntamiento de Santander) o los que apoyan distintos días internacionales a lo largo del año.

Estos símbolos se ubican como forma de mostrar desde las instituciones en las que se representa a la mayoría de la sociedad valores compartidos o apoyo a colectivos con especiales dificultades. Lo que hacen determinadas formaciones es intentar asociar a cuestiones negativas unos colores y símbolos, los LGTBI, en los que lesbianas, gays, transexuales, bisexuales,  heterosexuales ven representados valores como la diversidad, la convivencia y el respeto a las libertades más básicas,y que, de tener alguna mínima vinculación con algo negativo, lo sería respecto a los ataques de odio: insultos, rumores, estigma, agresiones físicas e incluso asesinatos por orientación o identidad sexual.

ARRANCABANDERAS MÁS ALLÁ DE LAS INSTITUCIONES: DE LAS CALLES A LOS BALCONES DE LAS CASAS 

Teléfonos delitos de odio

El problema es que ese señalamiento a través de mensajes lanzados desde las instituciones como estrategia política tiene riesgo de traducción efectiva a leyes, como podría pasar con la Ley Trans, que permite que los menores trans, víctimas de acoso escolar en colegios e institutos, puedan ser llamados con su nombre sin tener que pasar por procesos quirúrgicos o burocráticos.

Y que va creando un clima de cultivo que salta de los despachos a las calles: Las SinSombrero castreñas, movimiento que aúna reivindicación feminista y lgtbi, viene denunciando reiterados ataques a sus símbolos, desde carteles arrancados hasta la vandalización del mobiliario urbano, la balaustrada con los colores LGTBI. En cualquier caso, este miércoles las calles de Castro se llenaban en una manifestación convocada por el Orgullo.

Y los ataques a los símbolos ya no son sólo a banderas, a mobiliario público o a asociaciones (recordamos también la pintada amenazante en Eureka, donde se reúne ALEGA): esta semana el cantante Mikan denunciaba que alguien había arrancado la bandera que había puesto en el balcón de su casa en Sarón, para lo cual tuvieron que subir, desde fuera, al balcón (un primer piso) y emplear cutter o algún elemento para cortarlas y llevarlas.

UNA AGENDA CONTRA EL ODIO

Los actos grandes del Orgullo en Cantabria serán el sábado de la semana que viene (para facilitar la asistencia este fin de semana a los eventos en Madrid).

Este fin de semana Cantabria No Se Vende ha organizado el domingo una fiesta en el Ambigú, en La Maruca,  a partir de las 11.30 horas, con vermú, música, charla sobre experiencias de visibilidad y la actuación de los gallegos O Rabelo y pinchada de Sara Puaj.

Ya la semana que viene, el lunes a las 19.00 horas Eureka acogerá una charla con vivencias de personas migrantes, en colaboración con Movimiento por la Paz (MPDL, que es miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs y que fue premio ALEGUITA); el martes las Quimas, el grupo de mujer de ALEGA, proyectará cortos a las 19.00 horas en Eureka; el miércoles a las 18.30 horas en el MUPAC habrá una charla sobre identidades lgtbi en la historia.

El jueves a las 18.00 horas en el Bolero, habrá microabierto con experiencias de los participantes que las quieran compartir, a cargo del grupo joven; y el viernes a las 19.00 horas en el Centro Cívico Juan Carlos Calderón habrá un taller sobre transformismo en Cantabria, con Mia Moi.

Finalmente, el sábado 8 habrá actividades desde las 12.40 horas en la Plaza de Alfonso XIII: leerá el pregón la Asociación Cultural Barcenillas, de Ruente (organizadores del exitoso Agrogay para visibilizar la diversidad en el medio rural), que es además el premio ALEGUITA de este año), se izará la bandera, habrá actividades durante toda la mañana y picnic para comer con lo que traiga quien quiera.

A las 16.00 horas actuará la cantautora Paula Vázquez,  y a las 18.00 horas, será la manifestación, desde Numancia a Alfonso XIII, coorganizada por ALEGA, colectivo Mugura, Asociacion Las Sin Sombrero, CNSV comisión LGBT+ Feminismu y la Asociación Cultural Barcenillas.

Posteriormente se dará lectura al manifiesto y se entregará el premio Aleguita.

Terminados los actos aquí, se  traslada todo al Río de la Pila para continuar las actividades, organizadas por los hosteleros de esta zona, con carrera de tacones, una monologuista. actuaciones de transformismo, etc…