Un estudio en el que participa el IH Cantabria muestra que la recuperación de la biodiversidad fluvial en Europa se ha estancado desde 2010
Un estudio publicado en la revista Nature, en el que han colaborado investigadores del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria) junto a un amplio equipo internacional, pone de manifiesto que la recuperación de la biodiversidad fluvial en Europa se ha estancado desde la década de 2010.
El estudio, publicado hoy, da a conocer los resultados de una investigación desarrollada por un gran equipo internacional, liderado por Peter Haase (Senckenberg Research Institute) y Ellen A. R. Welt (Smithsonian’s Conservation Ecology Center), en el que participaron José Barquín Ortiz, Mario Álvarez Cabria y Francisco J. Peñas Silva, del IHCantabria.
Con este trabajo se reconoce la importancia de los programas de seguimiento de la naturaleza a largo plazo, que permiten la posibilidad de evaluar el efecto de la actividad humana, así como de las actuaciones de restauración y conservación en la biodiversidad acuática y los ecosistemas fluviales.
Junto con un gran equipo internacional, los investigadores de IHCantabria analizaron 1.816 series temporales, con más de 26.000 muestras recopiladas entre 1968 y 2020, en 22 países europeos, entre las que se encuentran las recogidas en los ríos de Picos de Europa y la cornisa cantábrica por el equipo de IHCantabria desde el año 2012.
Los análisis muestran incrementos significativos en la biodiversidad de las comunidades de invertebrados hasta el año 2010. Sin embargo, como matiza Jose Barquín, “este estudio ha demostrado que el aumento de la biodiversidad se dio principalmente entre 1990 y 2010 y, lamentablemente, ha permanecido más o menos constante desde entonces”. El estancamiento de la tendencia observada “sugiere que las inversiones en actuaciones de gestión llevadas a cabo en décadas pasadas no son suficiente para la recuperación de los ríos europeos en la actualidad”. El estudio evidencia que el actual coctel de presiones e impactos “aderezados” con los efectos del cambio climático “puede llevar al traste las tendencias positivas conseguidas por las inversiones ambientales de las últimas décadas”.
Por lo tanto, apunta Barquín, “se puede concluir que aún queda mucho para llegar a una recuperación los ríos europeos. Esto incluye el incremento de las inversiones en medio ambiente para mantener y ampliar las infraestructuras de saneamiento, poniendo especial énfasis en la eliminación de micro-plásticos y nuevos contaminantes, así como la reducción de la entrada de sedimento, fertilizantes, herbicidas y pesticidas desde tierras agrícolas y forestales, la conexión de las llanuras aluviales con el río así como la mejora de los bosques de ribera, y la adaptación de los ríos a las futuras condiciones climáticas e hidrológicas”.
Tanto Barquín como Mario Álvarez Cabria y Francisco Peñas Silva indican que la única forma de conocer la recuperación efectiva de estos ecosistemas, su biodiversidad y los servicios que prestan a la sociedad humana, con el fin de priorizar actuaciones efectivas, es el mantenimiento de redes de seguimiento a largo plazo, en las que se recojan datos biológicos y ambientales de manera armonizada y simultánea, en diferentes lugares del planeta.
Medidas de conservación y restauración
Entre los impactos más relevantes que afectan a los ríos, destaca la concentración de contaminantes de diversa tipología, el exceso de sedimentos por erosión acelerada de la cuenca, el aumento de la salinidad del agua dulce, los efectos de las presas y otras infraestructuras hidráulicas, el desarrollo de especies invasoras y el efecto del cambio climático.
En respuesta a la degradación de los ríos europeos, durante varias décadas se aplicaron medidas de conservación y restauración, como promueve la Directiva Marco del Agua (DMA). Estas medidas han contribuido, en muchos casos, a mejorar el estado ecológico de los ríos europeos, pero tal y como indica este esudio, la cantidad, diversidad y el grado de impacto de los factores de estrés continúa aumentando, por lo que los ríos europeos siguen degradados en muchos lugares.
Invertebrados en los ríos europeos
Los invertebrados acuáticos (por ejemplo, insectos) constituyen una comunidad biológica muy diversa que juega un papel clave en el mantenimiento de las redes tróficas de los ríos y, por tanto, también en la conservación de los servicios ecosistémicos que las sociedades humanas obtienen de estos ecosistemas (por ejemplo, autodepuración del agua y pesca deportiva). La biodiversidad de los invertebrados acuáticos constituye un indicador fundamental para conocer el estado de conservación de estos ecosistemas y su evolución a lo largo del tiempo. El artículo publicado recientemente en Nature analiza la evolución temporal, a gran escala, de la biodiversidad de las comunidades de invertebrados en los ríos europeos.
Se puede acceder al contenido completo del artículo científico publicado en Nature, a través del siguiente enlace: https://www.nature.com/articles/s41586-023-06400-1