El colectivo La Bardal llega este jueves hasta La Lleldiría
Durante todo este mes de agosto La Lleldiría ha ofrecido su espacio en medio de las montañas para que distintas asociaciones presenten sus proyectos medioambientales, rurales o vinculados con el entorno rural y este jueves le llega el turno al colectivo La Bardal.
En 2020, en un año marcado por la pandemia, un grupo de jóvenes del medio rural creó una asociación buscando la dinamización y regeneración de los pueblos a través de proyectos de gobernanza participativa.
Tienen una sede-laboratorio en el pueblo de Ucieda donde desarrollan programas de residencias y talleres informales sobre oficios tradicionales.
Como parte de esa implicación para mejorar sus pueblos, este último año, han puesto en marcha un proyecto que se llama «Vivir Ruente» en el que jóvenes del municipio comparten las preocupaciones que tienen en torno a temas como el transporte, la vivienda, el empleo o la oferta cultural.
Gracias al equipo que sostiene la parte de gobernanza participativa, se reúnen con las instituciones implicadas para que, desde el diálogo, se puedan resolver esas carencias que presenta el medio rural para que los jóvenes puedan desarrollar sus vidas personales y profesionales en el territorio.
Combinan esas ganas de mejorar los problemas de los jóvenes en el pueblo con talleres de oficios tradicionales. Esta temporada cultivaron alubias y organizaron un evento en el marco de una exposición llamada «Una muerte rural» de la institución de prácticas artísticas contemporáneas Fluent, ubicada en Santander.
Sus integrantes explican a El Faradio que , «los ritmos pausados del pueblo, nos permiten que los objetivos marcados a corto y medio plazo se vayan consiguiendo gracias al trabajo constante de los miembros de la asociación y la ayuda de sus vecinos y vecinas».
La Bardal se define como un laboratorio vivo de personas jóvenes del medio rural que buscan desde el bardalismo…
Cuidar al pueblo: tejiendo redes entre la población local y los jóvenes pobladores.
Cuidar al que viene: creando oportunidades y accesos a viviendas y talleres.
Cuidar a la Tierra: aplicando técnicas regenerativas.
«Cultura y cultivo provienen de la misma raíz «cultus». Algunos significados de esta raíz latina eran habitar, cultivar, proteger, cuidar del campo y del ganado. Necesitamos recuperar su unidad. Compartimos espacios privados y comunes en un territorio determinado. Desde la cultura tejemos redes entre las personas locales y los jóvenes pobladores. Creamos comunidad involucrándonos en las decisiones políticas que afectan a la población joven rural», señalan.