«La ayuda inmediata es crucial para salvar vidas, y el apoyo internacional será fundamental para la recuperación de la zona a largo plazo»
Tras el fuerte terremoto de magnitud 7, registrado en Iguil, que ha ocasionado por el momento más de 2.100 víctimas mortales, miles de heridos y grandes destrozos en viviendas e infraestructuras, desde la Coordinadora Cántabra de ONGD hacen un llamamiento al Gobierno de Cantabria y ayuntamientos de la comunidad para que habiliten fondos de emergencia extraordinarios que ayuden a paliar la difícil situación en la que se encuentra la población afectada.
Se estima que 300.000 personas han perdido sus casas, en una de las zonas más deprimidas de Marruecos, mientras la principal preocupación, según las autoridades, es conseguir alimentos y agua para los supervivientes, y proporcionarles alguna forma de cobijo. Se han instalado algunas tiendas y jaimas, pero son insuficientes para acoger a todas las personas que han dormido al raso por segunda noche consecutiva en las aldeas próximas al epicentro del seísmo, relata la Coordinadora.
La entidad que agrupa a decenas de ONGs que trabajan precisamente en la ayuda al desarrollo añade que «as reservas de agua dependen de los pozos y de las cisternas que van llegando poco a poco. Tampoco había servicio eléctrico y las señales de telefonía permanecían débiles en la mayor parte de la zona.
«Ante esta dramática situación, esperamos una rápida y coordinada respuesta humanitaria por parte de las instituciones cántabras para hacer frente a la situación de emergencia, y a la posterior recuperación de las zonas afectadas», urgen desde la Coordinadora Cántabra de ONGDs.