La precariedad con y sin trabajo
A nivel mundial, Juan Carlos Velasco, de la Coordinadora Cántabra de las ONGDs, contaba en nuestra tertulia de este martes en Arco FM que hay alrededor de 1.100 millones de personas que «viven una pobreza multidimensional aguda, y 735 millones que pasan hambre». Un dato que muestra que los esfuerzos por avanzar en la conocida Agenda 2030 no están teniendo los resultados deseados, ni de lejos.
En Cantabria se presentaba esta misma mañana el Informe AROPE, que dice que en Cantabria hay 110.000 personas en riesgo de pobreza y exclusión social. Aunque pueda haber indicadores económicos que vayan bien, eso no se termina de trasladar al conjunto de la sociedad.
Lo explicaba Rosa Mantecón, secretaria general de CCOO en Cantabria, en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA justo antes de la tertulia. Decía que es innegable, en lo laboral, que ha habido varios avances en los últimos tiempos. Reflejaba que el dato de afiliación de septiembre es el segundo mejor de la historia de Cantabria, sólo por detrás de septiembre de 2007, justo antes del estallido de la crisis económica y financiera.
Sin embargo, destacaba también que «este dato lleva aparejada tanta precariedad, temporalidad, salarios por debajo en muchos sectores respecto a otras Comunidades Autónomas, que significa que queda mucho por trabajar».
Y no pasa por alto que están llegando un buen número de noticias preocupantes en el ámbito industrial. Por ejemplo, se ha conocido que este miércoles se ha convocado una asamblea en Gamesa Electric Reinosa donde se va a explicar a la plantilla que la situación de la empresa es preocupante y que esta y otras plantas pueden sufrir recortes de personal.
Mantecón hacía referencia a «grandes incertidumbres en grandes centros de empleo, y lugares muy claves para nuestra economía». Algo que puede repercutir en el empleo y en los ingresos de Cantabria, y que a CCOO le causa «alarma». Por eso decía que ya están trabajando en esas incertidumbres, también lo han hablado con el Gobierno de Cantabria. «La presidenta del Gobierno ya es conocedora de estas preocupaciones. Ahora debemos concretarlo en el diálogo social y su nuevo marco», explicaba.
El propio Velasco reconocía que una de las grandes preocupaciones que tiene es en personas y familias que no viven en la indigencia, pero que tienen que hacer frente a todos sus gastos con «pensiones ínfimas». Pensaba en personas mayores que viven solas, en familias monoparentales y también en quienes tienen problemas laborales. Lo llama «pobreza invisible», por contraposición a las personas que viven en la calle y que sí son un reflejo más claro de lo que supone el crecimiento de la desigualdad. Algo que subraya como fenómeno global, no como algo que sólo ocurra en nuestro entorno.
Desde hace ya bastante tiempo se habla de un mundo dividido entre el Norte y el Sur, identificando al Norte como los países occidentales desarrollado, y el Sur como los países en vías de desarrollo. Pero cuando Velasco habla de estas situaciones en los países más evolucionados económicamente, habla de «la aparición de un Sur dentro del Norte».
Javier Polanco, de las Mesas de Movilidad de Cantabria, ahora vive y trabaja en Bruselas. En la tertulia consideraba que Europa tiene los recursos para poder solventar estas dificultades, «pero no se ha conseguido atajar el problema». Y Velasco hacía referencia a políticas estructurales que no van encaminadas a solucionar lo que sucede con la parte de la sociedad que no consigue ir al ritmo de la media, sino claramente por debajo, y reflexionaba que «España va muy atrás respecto a otras zonas de Europa».
María Luisa Peón, del Partido Popular de Cantabria, ahora está trabajando en la Fundación para la Promoción de Centros y Actividades del Ayuntamiento de Santander. Y explicaba en el espacio de debate que esa Fundación persigue terminar con el Sinhogarismo.
Por un lado, se intenta delinear un perfil de cada persona que vive en la calle. Por saber cómo es la trayectoria de la persona, por qué ha llegado hasta ahí, si es por alguna situación coyuntural o por algo más estructural, su evolución con el paso del tiempo, quiénes pueden tener más facilidades para encontrar un trabajo, y también tener claras cuáles son sus necesidades y si la asistencia que se les da funciona.
En muchos casos, decía, se llega al Sinhogarismo por un problema continuado de consumo de sustancias, por una patología mental o por ambas cosas. «Primero se deben resolver esas cuestiones, y de ahí resolver la situación de Sinhogarismo», recalcaba.
Recordaba Peón que existe el Centro de acogida Princesa Letizia para que las personas sin hogar puedan quedarse allí, y también el programa ‘Ola de frío’, que cuenta con dos auxiliares educativas que recorren la ciudad cada noche para visitar a estas personas. «No es problema de cantidad de recursos, sino afinar con los que necesita cada persona», afirmaba.
Lo que reflejaban todos los tertulianos es que, cuando nos referimos a estas situaciones, se habla de personas que tienen unos derechos. Peón reflejaba que tratar esto supone no recurrir a soluciones «expeditivas, sino hacerlo de una manera más laboriosa y más humana también».
Polanco está más acostumbrado, por la ciudad en la que vive, a ver que hay bastante acumulación de personas que viven en la calle y que muchas de ellas son migrantes, por eso ponía el acento en la necesidad de que todos los partidos políticos tengan como objetivo clave «fulminar el Sinhogarismo», y que para ello es necesario mejorar en el servicio de orientación, laboral y psicológica, de esas personas, y también otorgarles la debida atención sanitaria.
Respecto a su ciudad natal, Torrelavega, opinaba que este tema en concreto no es algo que se haya hecho de una forma adecuada. «Se ha abordado tarde y mal», decía. Y añadía que tiene la sensación de que este es un problema muy común en Europa, pero que en Bélgica ya está más incorporado a nivel mediático, por lo que va ocupando lugares más importantes en las agendas institucionales, aunque sigue habiendo «un déficit en la capacidad de alojamiento» allí también.
También es común el problema de las subidas de precios que tienen a muchas familias con más dificultades para llegar a fin de mes. Polanco explicaba que en Bélgica hay una diferencia importante respecto a España, y es la indexación de los salarios cada dos meses para adecuarlos a la subida del coste de la vida, algo que «se suele cumplir».
Peón también quería poner sobre la mesa algo positivo. Contaba que este año 2023 la Fundación ha logrado que se firmen más contratos de trabajo que el año pasado por parte de las personas sin hogar. Y destacaba el trabajo de las ONGs, porque no se trata simplemente de divulgar y sensibilizar, sino que cuando «ves que a una persona le has resuelto un gran problema, eso motiva a continuar con esta tarea.
En esta Semana contra la Pobreza se reflejan más habitualmente estas cuestiones, y Velasco, como miembro de la Coordinadora, recuerda que tienen un trabajo muy importante, que es también el de tejer redes entre diversas asociaciones, procurar que se conozcan entre sí, que sepan qué trabajo hace cada una y ver cuáles pueden ser las fórmulas para colaborar.
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