El 19,5 % de la población de Cantabria estaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social el año pasado, lo que supone un descenso de 1,9 puntos con respecto a 2021 y un desempeño muy similar al del conjunto del territorio nacional.

En términos absolutos, algo más de 110.000 personas residentes en Cantabria están en riesgo de pobreza y/o exclusión social, mientras que en 2021 eran unas 125.000. Con estos valores, Cantabria se posiciona como la cuarta comunidad con menor proporción de población en riesgo de pobreza y/o exclusión, sólo por encima de Navarra, País Vasco y Aragón.

Así se desprende del 13 informe de exclusión social y pobreza ‘AROPE’ que se acaba de presentar, coincidiendo con el Día internacional para la erradicación de la pobreza, dentro de la Semana contra la Pobreza.

l acto ha sido presidido por Daniel Pesquera, presidente de EAPN Cantabria; Rosa Pérez, vicepresidenta de EAPN Cantabria; y Gabriel Herrería, presidente de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, y en él se han dado a conocer los principales resultados del Informe AROPE en Cantabria así como los actos que tendrán lugar durante esta semana.

El indicador AROPE (at risk of poverty and/or exclusión) es una propuesta de la Unión Europea que hace referencia al porcentaje de población que se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Para ello  combina elementos de renta, posibilidades de consumo y empleo.

En general, Cantabria se ha situado, durante todos los años, en una buena posición con respecto a la totalidad de indicadores de renta y pobreza y/o exclusión social; siempre con valores que mejoran la media nacional y que se asientan entre las 5 regiones con cifras más reducidas.

Para 2022, la tasa AROPE  confirma que tanto el riesgo de pobreza como la carencia material y social severa y el porcentaje de personas en hogares con baja intensidad de empleo se reducen ligeramente, mientras que los indicadores de desigualdad se mantienen estables.

En comparación con el resto de las regiones, Cantabria presenta la segunda tasa más baja de población en pobreza severa (5,1 %) y la sexta de personas en privación material y social severa (5,0 %).

VALORACIÓN EAPN

Desde EAPN Cantabria consideran que a pesar de que la mayoría de los indicadores de pobreza expuestos confirman una mejora de las condiciones de vida de la población y una reducción de la desigualdad, no es suficiente. «Necesitamos superar la brecha de género, reducir el coste de la vivienda (que no es un artículo de lujo, sino un derecho humano), controlar la inflación, afrontar la crisis energética, redistribuir la riqueza, mantener y mejorar la protección social y las pensiones», han señalado.

Añaden que «la pobreza, la exclusión social y la desigualdad constituyen problemas profundos y multidimensionales. En las últimas décadas, las tasas de pobreza y exclusión se han mantenido altas y constantes, lo que evidencia un problema de carácter estructural, resultado del sistema de organización de nuestra sociedad. Quizás es buen momento para repensar nuestro modelo de desarrollo».

CREACIÓN DE UN OBSERVATORIO DE POBREZA

Convencidos de que es una acto de justicia acabar con la pobreza, proponen , con ayuda de distintas instituciones, crear un Observatorio cántabro de la pobreza que les permita «hacer un seguimiento en profundidad y una evaluación minuciosa de los indicadores de pobreza como una apuesta decidida por avanzar hacia su erradicación».

AROPE Y RIESGO DE POBREZA

El AROPE y la Tasa de riesgo de pobreza son indicadores diferentes, pues miden cosas distintas; el primero mide riesgo de pobreza y exclusión en su conjunto y el segundo sólo riesgo de pobreza. Esta definición implica que las personas que están en situación de pobreza también están contabilizadas en el indicador AROPE, pero es posible que personas incluidas en este último no sean pobres.

RIESGO DE POBREZA

Para el 2022 la tasa de riesgo de pobreza para Cantabria es del 14,8 %, lo que se traduce en más de 86.000 personas pobres, de las cuales unas 46.000 son mujeres y 40.000 son hombres.

Al igual que lo sucedido con el AROPE, la tasa de pobreza de Cantabria se incrementó notablemente entre los años 2015 y 2018, para, posteriormente, iniciar una tendencia descendente que le lleva a niveles cercanos a los previos a la Gran Recesión. Así, de nuevo la tasa cántabra se sitúa 5,6 puntos por debajo de la media nacional (20,4 %) y en la cuarta mejor posición con respecto al resto de regiones, sólo por encima de Navarra, País Vasco y Cataluña.

Este descenso general de la tasa de pobreza se concentra en una  mejoría de la situación de las mujeres: mientras en el último año la tasa masculina se ha mantenido estable en el 14,2 %, la femenina, tas cuatro años seguidos de descenso, se sitúa en un 15,3%, lo que supone 1,3 puntos menos que en 2021.

PRIVACIÓN MATERIAL Y SOCIAL SEVERA

La privación material y social severa (PMSS), es un indicador de carencia, de dificultad para consumir algunos productos concretos básicos que se definen a nivel europeo y supone una vulnerabilidad muy grave para las personas afectadas.

Se subraya la reducción de las personas que sufren retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos en últimos 12 meses: en 2021 eran un 9,0 % y en 2022 un 5,3 %, es decir, un 41,0 % menos.

Además, aunque se trate de ítems con una incidencia muy baja, en términos relativos experimentaron una reducción destacable las personas que no permitirse una comida de carne, pollo o pescado (o equivalentes para los vegetarianos) al menos cada dos días (se reduce un 22,7 %) y quienes no pueden reunirse a tomar algo al menos una vez al mes (se reduce un 23,6 %).

Por otro lado, entre los que aumentan, se destaca el incremento de las personas que no pueden mantener la vivienda con una temperatura adecuada durante los meses de invierno, que desde 2020 han pasado de ser un 5,8 % a ser un 13,1 %, es decir, más del doble, un 127,4 % más.

Finalmente, el 42,2 % de la población experimenta dificultades para llegar a fin de mes. Este dato rompe la tendencia descendente iniciada desde 2018 y supone un repunte de 8,8 puntos respecto al año anterior.

BAJA INTENSIDAD DE EMPLEO (BITH)

El indicador BITH (Baja intensidad de empleo) se refiere a las personas entre 0 y 64 años, es decir, con edad de empleabilidad, que viven en hogares en los cuales se trabaja menos del 20% de su potencial total de empleo.

En Cantabria el 9,4 % de la población menor de 65 años, es decir, en torno a 42.000 personas, vive en hogares con baja intensidad de empleo. Tras el incremento medido en 2021, cuando aumentó 3,5 puntos porcentuales, esta tasa vuelve a descender (cae 1,7 p.p.), lo que se traduce en 8.000 nuevas personas que dejaron de ser contadas por este indicador. Habría que tener en cuenta la Reforma Laboral
implantada desde el 2022.

Según el sexo, el BITH en 2022 redujo la brecha de género, debido a que el descenso en el último año de 2,4 puntos porcentuales de la tasa femenina (10,1 %) fue superior al experimentado por la masculina (8,8 %), que cayó 0,9 puntos.

POBREZA SEVERA

En el año 2022 la tasa de pobreza severa, medida con un umbral del 40%  de la mediana de renta nacional, esto es, el porcentaje de personas que viven en hogares con un ingreso máximo de 560 € mensuales por unidad de consumo, en Cantabria es del 5,1 %, lo que la sitúa como la región con el segundo dato más bajo del país, por detrás de Aragón.

Tras la reducción del año 2021, cuando cayó 2,7 puntos, este indicador vuelve a experimenta un descenso, esta vez de 0,9 puntos. A pesar de este descenso, seguimos con más de 34.000 personas en riesgo de pobreza severa.

RENTA

La renta media en Cantabria es de 13.811€ por persona y de 19.974 € por unidad de consumo. Ambas cifras son superiores respecto a las del conjunto nacional y mejoran gracias a las medidas de escudo social, (ERTES, pensiones, etc), pero no por ello deja de haber niveles de pobreza.

En términos absolutos, crecieron de forma paralela a las del país. Este último año, la renta media por u. c. se incrementó en 1.315 €, y en 963 € en el caso de la renta por persona.

Con estos datos Cantabria se sitúa entre el quinto y el sexto puesto de las regiones con rentas más elevada, es decir, un lugar medio entre las comunidades autónomas, con una renta por unidad de consumo que es superior a la media nacional en 814 € y en 803 € para el caso de la renta por persona.

PENSIONISTAS

Puede verse que de las 144.277 pensiones que se reciben en Cantabria, el 32,4 %, es decir, casi un tercio del total, recibe una pensión cuyo importe es inferior al mínimo considerado para no ser pobre. En términos absolutos son 46.801 personas, cifra casi idéntica a la del año anterior.

Además, el 42,2 % de las pensiones de viudedad, la inmensa mayoría correspondientes a mujeres, tienen un importe inferior al umbral de pobreza, como también lo tienen, aunque relativamente son pocas, el 77,5 % de las pensiones de orfandad.

Finalmente, debe destacarse que para el 13,7 % del total (dentro de ese 32,4%), el importe de su pensión es inferior al umbral de pobreza severa (renta inferior a 480 € en 2022), cifra que alcanza al 23,7 % en el caso de las prestaciones por viudedad.

Estos datos a nivel autonómico revelan que la situación en Cantabria es algo mejor que a nivel nacional, 3,4 puntos porcentuales mejor, pues la media nacional establece que el 35,8 % del total de prestaciones que reciben las personas pensionistas se encuentran por debajo del umbral de pobreza.

El dato del umbral de pobreza severa ofrece menos variación y a nivel nacional se sitúa en un 14,7 %.

EL PAPEL DE LAS ADMINISTRACIONES DEL ESTADO

Si no hubiera transferencias del Estado en Cantabria, en 2022 la situación de pobreza se ampliaría al 45,0 % de la población. Por otra parte, si solo se incluyeran las pensiones de jubilación y supervivencia y no se realizara ninguna otra transferencia, la tasa de pobreza alcanzaría al 24,4 % de la población residente en Cantabria.

Los datos muestran una de las causas que están en el origen de los buenos datos que se registran en Cantabria. En comparación con el impacto de las administraciones públicas a nivel nacional, en términos relativos, el impacto en Cantabria es mucho mayor: mientras que mantener las pensiones de jubilación y supervivencia reducen la pobreza en un 64,9 % en Cantabria, a nivel nacional lo hacen en un 36,8  %.

A su vez, si no hubiera ningún tipo de transferencias la población pobre de Cantabria aumentaría un 204,1 % mientras que en toda España el incremento sería del 118,1 %.

DESIGUALDAD

En cuanto a la desigualdad, la cantidad de gente pobre es algo mayor que el año pasado y, además, la sufre con mayor intensidad y, por el lado contrario, se reduce el tamaño del grupo de población más rica y sus ingresos también lo hacen ya que los deciles centrales apenas variaron, (es decir, la clase media en 2021 era un 55,0 % y en 2022 un 54,9 %), como tampoco lo hicieron la suma de los deciles 1 al 3 (de un
25,0 % pasó a un 25,2 %), ni la de los deciles 9 y 10 (pasa de un 20,0 % a un 19,9 %).

VIVIENDA

Otra cuestión estructural muy importante en la generación de pobreza es la situación con respecto a la vivienda. En Cantabria, un tercio de la población pobre (33,7 %) tiene gastos de vivienda superiores al 40 % de su renta disponible, sin embargo, entre las personas no pobres la cifra se reduce drásticamente hasta el 2,2 %.

EAPN CANTABRIA está formada por:

ASOCIACIÓN CÁNTABRA DE AYUDA AL TOXICÓMANO (ACAT), ASOCIACIÓN CIUDADANA CÁNTABRA ANTISIDA (ACCAS), ASOCIACIÓN AMAT, ASOCIACIÓN LA COLUMBETA, ASOCIACIÓN NUEVA VIDA, ASOCIACIÓN PASIEGA DE DESARROLLO SOCIAL Y CULTURAL, ASOCIACIÓN SER JÓVEN, CÁRITAS DIOCESANA DE SANTANDER, CENTRO SOCIAL BELLAVISTA, COCEMFE CANTABRIA, COCINA ECONÓMICA, CRUZ ROJA ESPAÑOLA, FUNDACIÓN CUIN, FUNDACIÓN DIAGRAMA, FUNDACIÓN SECRETARIADO GITANO, INSTITUTO EUROPEO DE ESTUDIOS PARA LA FORMACIÓN Y EL DESARROLLO (DOCUMENTA), MOVIMIENTO POR LA PAZ (MPDL), NUEVO FUTURO, PLATAFORMA ROMANÉS, PROYECTO HOMBRE CANTABRIA Y TREBALL SOLIDARI.