Chorizo de Tudanca, sobaos El Andral, mermelada de arándanos, queso de La Lleldiría o rodajas de limón liofilizado. Esos son algunos de los productos que ‘De granja en granja’ hace llegar a cualquier punto de España, Andorra o Portugal a través de su tienda online y, muy pronto, a todo Europa.

De Granja en Granja refleja el trabajo colectivo realizado por los agricultores en sus territorios para mantener el medio rural vivo.

Según explican en su web, «es un proceso orientado a la calidad, la realidad sobre los productos y los servicios agrícolas, en el deseo de comunicar y transmitir una cierta concepción de la agricultura a los visitantes extranjeros del mundo rural».

Organizan visitas a distintas granjas animando a la gente, por ejemplo,  a convertirse ganaderos por un día. También proponen talleres de elaboración de queso y mantequilla, de lombricultura o de quesadas y sobaos, entre otros.

También programan periódicamente talles de granjeros para que los productores conscientes puedan ponerse en contacto con coproductores responsables en busca de una alimentación de calidad; «es el lugar ideal para promocionar la educación del gusto e informar al público sobre la amenaza que se cierne en la actualidad en torno a la biodiversidad y otros riesgos de orden eco-gastronómico. Pero es por encima de todo un lugar para descubrir los placeres del paladar», explican.

COME CANTABRIA LOCAL

De granja en granja ha creado el sello distintito ‘Come Cantabria Local’, creado para difundir los alimentos bajo los principios de bueno, limpio y justo, que llegan al consumidor final, bien a través de la restauración, de las tiendas de nuestra región o de los eventos que realiza la propia asociación.

Un distintivo amparado por la asociación Slow Food Cantabria que identifica los productos agroalimentarios de Cantabria bajo los criterios, bueno, limpio y justo.

Defienden que un alimento debe tener sabor reconocible «por los sentidos que educamos y entrenamos, como fruto de la elección de las materias primas y los métodos de producción para que en ningún caso alteren su naturalidad».

Además, el sello garantiza que la producción del alimento es respetuosa con el medio ambiente a través de prácticas de agricultura, cría de animales, procesamiento y comercialización sostenibles. Cada etapa en la cadena productiva, incluido el consumo, protege los ecosistemas y la biodiversidad, salvaguardando la salud del consumidor y el productor.

Por último, recuerdan que la justicia social se consigue gracias a la creación de condiciones de trabajo respetuosas con las personas, con sus derechos y son capaces de generar una recompensa adecuada. «Se busca conseguir un equilibrio global en la economía mediante la práctica de la comprensión, la solidaridad, el respeto por la diversidad y las tradiciones culturales».

Lo que comenzó como un programa online para conocer a los granjeros De Granja en Granja de la mano del cocinero Antonio Vicente «Cantabria Power» ha desencadenado un proceso de confianza entre productor y consumidor, aprendiendo quién y cómo produce los alimentos que comemos».