Es el segundo momento más importante para el colectivo LGTBI a nivel estatal después del Orgullo, y han supuesto un reconocimiento para la historia del movimiento con lazos con Cantabria.

Este lunes se conocían los premios Plumas y Látigos de la FELGTBI+, la federación de asociaciones que representan a gays, lesbianas, transexuales, bisexuales y  a todos auqellos que abanderan la diversidad sexual, los derechos humanos y la tolerancia.

Entre los premiados se encuentran figuras como la periodista deportiva Paloma del Río, los ministerios de Justicia e Igualdad, la periodista Irantzu Valera o la abogada Ángeles Blanco.

Y además del Látigo, es decir, la mención crítica (conjunta a Feijoo y Abascal), una de las premiadas en positivo es Arantxa Fernández, que fue la primera coordinadora del área Bisexual de la FELGTBI.

La premiada estuvo muy vinculada en sus inicios activista a la asociación cántabra ALEGA (que mostraba su “orgullo” por la distinción a esta figura tan “querida” por “su gran trabajo, esfuerzo dedicación y valor para que las personas bisexuales tuviesen su espacio y visibilidad en la Federación” y demostrar “que las personas bisexuales también existen dentro del colectivo y que también sufren bifobia todos los días).

Arantxa Fernández es historia viva del colectivo, y ha repasado su trayectoria en distintas ocasiones para la propia Federación o en documentos de COGAM, repasados por EL FARADIO.

REIVINDICATIVA DESDE EL COLEGIO

Nacida en Santander en 1977, con un abuelo anarquista, republicano y exiliado en Francia durante la Guerra, y unos padres que militaron en la clandestinidad contra el franquismo, cuando tenía diez años, una monja de su colegio (Las Esclavas) le intentó ‘enseñar’ (sic) que la homosexualidad era una enfermedad, a lo que, recordando a unos amigos que se habían dado un beso, reaccionó reivindicando que “cada uno era libre de hacer lo que le daba la gana” .De pequeña y sin saber muy bien ni lo que era la diversidad ni el activismo, pero enfilando ya lo que serían sus futuros pasos.

En 2002, cuando se estaba peleando el matrimonio igualitario finalmente aprobado por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, empezó a participar en ALEGA: entonces estaba en Virgen del Camino (subiendo Tetuán) y había tan poca costumbre de ver la bandera LGTBI que los vecinos pensaban que era una tienda de pinturas.

«EL PERRO NARANJA DENTRO DE LOS PERROS VERDES»

Allí pronto dejó la impronta de la defensa de la bisexualidad, al comprobar que dominaban las referencias a los gays y “de vez en cuando”, a las lesbianas. Ella era bi, “el perro naranja dentro de los perros verdes».

Recuerda nombres como Javi Papi, histórico en ALEGA, a quien valora por pedirle que les enseñara sobre la bisexualidad: “Son las personas las que marcan las diferencias. Los discursos se crean con el tiempo, pero no pueden crearse sin las vivencias”.

Fue coordinadora del Grupo de Mujeres Lesbianas y Bisexuales de Alega, ” y participó o impulsó en acciones como el equipo de fútbol femenino de ALEGA en La noche es joven, o la participación en los carnavales de Santoña con el disfraz de bandera del Orgullo.

En 2007, se votó incluir dentro de la Federación estatal a las personas bisexuales, sumando la B al nombre del colectivo (literalmente, pintando con bolígrafo la B en el cartel), en un proceso no exento de tensiones.

A partir de ahí, al frente de esa área, tuvo que abanderar la visibilidad, la celebración del primer Día de la Visibilidad Bisexual (en 2008)´o una vistosa acción en la que repartían carne y pescado en un mercado madrileño. Ha sido vicepresidenta de COGAM, donde ‘exportó’ la “patrulla condonera” de ALEGA.

La invisibilidad tota (ni insulto específico), la detección y lucha contra la bifobia, el desconocimiento o la falta de referentes fueron sus campos de trabajo, intenso hasta que tuvo que bajar el ritmo por motivos de salud.

«OJALÁ HAYAMOS TOCADO LOS ENGRANAJES DEL SISTEMA»

A caballo entre dos ciudades, concluye que “Santander parece más conservadora de lo que es, mientras que Madrid luce como una ciudad muy liberal, pero no lo es”.

Su hijo es el primer niño nacido de una pareja de chicas por reproducción asistida en la Seguridad Social de Cantabria, y le hace preguntarse por qué hay partidos que dicen defender a la familia cuando “no pueden convivir con nosotros”.

Mirando a los más jóvenes, a la generación de su hijo, les recuerda que “no están solos” y que  “sólo tienen que gritar que necesitan ayuda”. “Ojalá puedan ser quienes son. Y ojalá no necesiten tanta lucha para ello. Ojalá hayamos tocado los engranajes del sistema y esto les haya facilitado las cosas”, reflexiona.