El “espectacular” avance médico en el VIH aún no se ha reflejado en la plena inserción laboral

La campaña ‘Yo trabajo positivo' lucha contra la discriminación laboral de las personas con VIH para convertir las empresas en “espacios seguros”.
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Hace ya tiempo que el VIH no es la sentencia de muerte que pregonaban los medios y los prejuicios de los 80. El avance médico y científico es “espectacular”, de forma que los fármacos han logrado reducir la carga viral hasta ser indetectable, por tanto, intransmisible, o de lograr que no se desarrolle la enfermedad o que no se transmita por el parto, enumeraba Carmen Martín, presidenta de la plataforma Trabajando en positivo, que agrupa a distintas organizaciones aliadas para mejorar la inserción laboral de las personas con VIH.

Y pese a este avance, persiste el estigma, que “causa miedo, depresión e incertidumbre”. “Y eso es salud”, enfatizaba, añadía la también coordinadora de ACCAS, la Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida.

La lucha contra el estigma en el mundo laboral y el fomento del empleo, como forma además de combatir situaciones de exclusión social, centra la campaña estatal ‘Yo trabajo positivo’, que arranca este martes, y que presentaban en EL FARADIO la presidenta de la plataforma estatal, Carmen Martín, la técnico Nina Zamfirov y la educadora Mery Rodríguez.

Porque lo que sucede ahora es que uno de los lugares donde se da más estigma es el mundo laboral: las personas con VIH tienen miedo a que se conozca su estado y sea causa de despido o de rechazo entre los compañeros.

Muchas veces, describía Martín, las personas que tiene un diagnóstico están de baja por lo que no deja de ser una situación emocional “compleja”, y sienten miedo al incorporarse a su puesto de trabajo.

Es algo que no pasa con otras enfermedades: nadie se imaginaría que una diabetes o un cáncer se convirtiera en alfo que se utilizara “para hacerte daño” o hacerte sentir “culpabilizado o juzgado”, asociado a una “etiqueta” o, directamente, a un insulto, ,ese despectivo “sidoso” (sic).


Un dato: en España hay 150.000 personas con VIH, y las estadísticas dicen que una de cada 300 personas lo tienen., pero sólo en el 4,8% de los casos es algo conocido por el entorno social.

“¿Cuántas personas con VIH conocéis cada uno? Pensadlo”, instaba la presidenta de Trabajando en positivo, que explicaba que “no lo dicen porque la sociedad no está preparada”, porque saben que se pondrá el “foco” sobre ellas y se expondrán al rechazo, el estigma y la discriminación.

De hecho, en Trabajando en positivo han recibido en el último año más de ochenta consultas sobre estas cuestiones por parte de personas con VIH, que sienten “miedo” e “incertidumbre” por el impacto que puede tener en su mercado de trabajo: si se les puede despedir, si están obligados a revelar su estado de salud…

En el plano positivo, las propias empresas empiezan a dirigirse a ellos pidiéndoles formación,. Y aunque el avance es todavía “muy lento”, se empieza a sembrar la visibilidad dentro del mundo empresarial replicando en foros o redes su participación en campañas como Yo trabajo positivo.

TRABAJANDO EN POSITIVO: DE LA SALUD A LA INSERCIÓN LABORAL

Trabajando en positivo se creó en 2009 y es una plataforma de segundo nivel, es decir, formada por distintas asociaciones, hasta 15 de ocho comunidades autónomas.

Todas trabajan en la respuesta comunitaria al VIH, y se unieron para trabajar en red por la promoción de la inserción laboral de personas con VIH y en riesgo de exclusión social.

Se trata de crear un espacio común en el que se pueda intercambiar información, aprender y hacer apoyo muto entre las propias organizaciones.

Sobre todo, buscan desarrollar programas alternativos, globales e integrales, que permitan el acceso efectivo al mercado laboral de personas con VIH, para lo que es fundamental la lucha contra el estigma.

Además, la suma de esfuerzos permite reforzar a las propias organizaciones que la componen: por ejemplo, la cántabra ACCAS cuenta con un proyecto de itinerarios de inserción, financiado por esta plataforma.

La actividad se extiende a la incidencia política: la participación en espacios y organismos en los que reivindicar más atención o presupuestos, habiendo detectado y luchado contra situaciones de discriminación en la función pública, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la imposibilidad de ser taxista en Madrid o las normativas que no permitían ser conductor de autobús.

CONVERTIR EL TRABAJO EN UN ESPACIO “SEGURO”

Entre las líneas de trabajo se cuenta con una asesoría jurídica que sirve de apoyo a las personas con VIH en la defensa de sus derechos en el ámbito laboral.

También se cuenta con un grupo de mediación laboral, formado por abogados especializados, gratuito para los usuarios.

Asimismo, se dispone del programa RSC, que incluye la prospección empresarial, la iniciativa y l voluntariado corporativo.

Se da apoyo a las empresas que quieran contratar personas con VIH, en varias vertientes: desde la formación para ellas mismas como al conjunto de la plantilla, toda vez que uno de los grandes miedos de las personas trabajadoras con VIH es que se conozca su situación y que tenga consecuencias negativas para ellos en su puesto de trabajo.

Así, en el área de iniciativa, desde Trabajando en positivo desarrollan un proyecto que es pionero en Europa, en virtud del cual las empresas firman una declaración de apoyo a códigos éticos de no discriminación por el que asumen dos compromisos: el VIH no influirá en el ingreso y permanencia del trabajador en la empresa, y se promoverá la formación y capacitación de los empleados.

En la misma línea, se ayuda a que desarrollen políticas de voluntariado y planes de trabajo y actividades; y se lanzan distintas campañas de difusión, sensibilización e información, con alcance internacional, a través de todas las vías posibles, incluyendo las propias empresas participantes, que alcanzan el centenar.

Y todo buscando que el protagonismo lo tengan las propias personas con VIH, que protagonizan las campañas y lanzan mensajes en los foros en los que participan.

En definitiva, se trata de conseguir que las empresas sean “un espacio seguro” para las personas con VIH.

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