«Es necesario aprender a amarnos bien»
¿Qué es el amor? ¿Cuántas veces nos hemos hecho esa pregunta? ¿Y cuántas respuestas distintas hemos pensado o hemos escuchado respecto a esa pregunta? Coral Herrera hizo en su día una tesis sobre el amor romántico, algo que cada persona puede idealizar a su manera.
Sin embargo, no siempre el resultado es el satisfactorio cuando tenemos una relación de pareja. Son muchos los matices que entran en juego y muchas las maneras de encarar esos sentimientos. Más cuando se trata de conjugar los propios con los de otra persona.
Herrera trabaja con esa serie de claves con mujeres y también con hombres, como cuenta en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM. En ella subraya que ha existido, y sigue existiendo, una especie de patrón que marca que «las mujeres han venido a servir», pero eso no permite establecer una relación que sea sana, ni tan siquiera justa. «Es necesario aprender a amarnos bien», subraya.
Eso consiste en que las personas puedan incorporar herramientas para tener una relación sana, pero también para que se gestionen de una forma más amable las rupturas, algo que suele ser muy complicado y que hace aparecer las actitudes más negativas, puestas frente a alguien a quien se supone que se ama. Por eso piensa que lo mejor es entrenarse una persona misma para ser capaz de distinguir las emociones positivas de las negativas y no desterrar a las primeras cuando la situación aboque a un final de una relación.
Cuenta Herrera que se encuentra con casos de «hombres que quieren liberarse del machismo». Es un paso. Darse cuenta de que el funcionamiento de una relación no se puede basar en la superioridad de un hombre sobre una mujer, y también darse cuenta de qué siente una mujer cuando está con un hombre que tiene una actitud machista y agresiva con ella. Si lo que aparece en ella es el mido o la angustia, significa que no es la relación correcta.
«Nos matan cuando desobedecemos o cuando nos queremos separar», explica. Este tipo de conductas se siguen replicando y a menudo se subraya la educación como la manera de conseguir que esto vaya a menos. Es por esto que Herrera considera que se debe «trabajar con los chicos jóvenes» para que tengan claro que sus parejas son compañeras y no criadas. Derribar estereotipos para que las relaciones sean, realmente, más igualitarias.
Hemos avanzado en estas cuestiones, pero venimos de un verano terrible en cuanto a mujeres víctimas. Pero no es esta la única consecuencia de la violencia machista. Es la que no tiene solución. Pero también están las órdenes de protección a mujeres que son víctimas. «No puede ser que haya tantas mujeres protegidas por la policía, como si estuviéramos en un estado de terror». Herrera ve que no se trata simplemente de proteger, sino que es preciso cambiar ese paradigma de las relaciones para que no se conviertan en tóxicas.