Smolny acoge una charla sobre la criminalización de un colectivo feminista de Castellón
La charla tendrá lugar a las 20:00 en el Centro Social Smolny de la calle Santa Teresa de Jesús de Santander. Lugar de encuentro y de actividades y, en este caso, de dar la palabra a un colectivo que ve un intento de que sea silenciado.
Se trata de Subersives Castelló, que recibieron una denuncia por parte de Vox y su líder, Santiago Abascal, por una pintada que apareció en su día en la ciudad de la Comunidad Valenciana aprovechando una visita de este político. En ella se veía un dibujo del propio Abascal con un punto rojo en la frente.
Esto supuso denuncia por amenazas y por delito de odio. Contrasta que alguien que acostumbra a incluir el odio hacia diversos colectivos en sus discursos se sienta amenazado por una asociación feminista por una pintada. En estos últimos días se ha podido al líder de Vox en manifestaciones junto a la sede central del PSOE, en las que se han proferido insultos variados contra el presidente del Gobierno en funciones y otras personas del Ejecutivo, además de la aparición de símbolos de la España preconstitucional.
Esta querella se presentó a principios de 2020. Abascal solicita tres años de prisión, cinco años de multa y el cese de la actividad del colectivo. Es decir, silenciar la voz de un colectivo.
Desde ese momento, Subersives Castelló se han visto involucradas en un proceso judicial que creen que tiene como finalidad frenar al colectivo y herir al movimiento feminista más combativo. Esta querella ha salido adelante «con la aprobación y la complicidad de la (in)justicia del Estado español». El juicio tendrá lugar el próximo 22 de noviembre.
La asociación cree que la otra intención de la extrema derecha es quedar reflejada como una víctima, y así criminalizar al movimiento feminista en general. La manera de criminalizar, frecuentemente, suena como un discurso de odio en sí mismo.
De igual manera, Subersives Castelló denuncia la actuación de la policía y la justicia a la hora de investigar denuncias sin fundamento y que contrasta con la impunidad con la que quedan las acciones de la extrema derecha, evidenciando la criminalización retirada hacia los movimientos populares que luchan contra el fascismo, el capitalismo y el patriarcado.