La plataforma Iniciativa Cantabria Sostenible considera que con el proyecto de modificación de la legislación vigente sobre el suelo y la escasa ordenación territorial, el Gobierno Autonómico, retoma y profundiza aún más en los errores y consecuencias del fracasado modelo de la burbuja inmobiliaria de 2008, y renuncia a avanzar hacia un nuevo modelo productivo para Cantabria.

Normalizar la construcción de viviendas turísticas de manera dispersa e indiscriminada en los suelos rurales de la Comunidad, condena a Cantabria a la destrucción y pérdida definitiva de sus suelos fértiles, que son el recurso básico más valioso de la actividad del sector primario agropecuario, dice la plataforma en una nota de prensa.

La alternativa acorde con la normativa nacional e internacional para este tipo de suelos, consideran, es reorientar y relanzar el sector agropecuario de nuestra comunidad, buscando la rentabilidad económica, además de en la ganadería, en la potenciación de los cultivos hortofrutícolas, las plantaciones maderables, la industria maderera y agroalimentaria, fomentando los cultivos y productos de proximidad. La construcción de viviendas y su rehabilitación debe hacerse en el interior de los pueblos, pero nunca en los prados y mieses fuera de los núcleos rurales, como dicen que pretende esta modificación.

Con la modificación, Cantabria se sitúa de nuevo a la cabeza de la involución territorial, por las irreversibles consecuencias negativas que causará al presente y futuro del sector agropecuario, a la ordenación del territorio, a la economía y la calidad turística, al facilitar la degradación de los paisajes y la pérdida de la forma y modelo de asentamiento tradicional que nuestros pueblos han mantenido durante siglos, denuncian.

Según Iniciativa Cantabria Sostenible, las modificaciones aplican una visión cortoplacista e ignorante del valor y función del territorio y de la economía a largo plazo: con ellas se favorecerá la precariedad laboral, y los desequilibrios e inestabilidad que genera un sistema dependiente de la ocupación y pérdida de los suelos productivos con construcciones para uso turístico residencial ocasional y estacional.

Estima esta asociación que Cantabria necesita reorientar y modernizar su modelo productivo hacia otro más diverso, digno y sostenible, superando la actual situación excesivamente centrada en la construcción, la especulación del suelo, las grandes infraestructuras y el turismo masivo sin límite, que están desbordando la capacidad de carga del territorio y provocando su degradación.

A lo largo de cuatro décadas de autonomía, los diferentes gobiernos y partidos políticos con representación parlamentaria, no han sido capaces, ni han mostrado interés ni voluntad alguna, para abordar la siempre pendiente tarea de reorientar y reactivar el sector primario de Cantabria, afirman.

Ahora, el Gobierno y los partidos que apoyan las modificaciones vuelven a mostrar su incapacidad, en opinión de la plataforma, para dotar a la Comunidad de un modelo que garantice la prosperidad del sector primario, y que dignifique su paisaje y sus gentes. Si el actual Gobierno y Parlamento siguen sin saber qué hacer con el suelo rural de Cantabria, su obligación es preservarlo hasta que en el futuro aparezcan políticos más capaces: pero no destruirlo convirtiéndolo en solares urbanizables.

Las modificaciones de la legislación sobre el suelo relanzan una medida irregular, retrógrada y dañina para la Comunidad; por ello proponen a los parlamentarios que, en lugar de autorizar la construcción en los suelos rústicos, se centren en avanzar hacia la reorientación y relanzamiento del sector agropecuario, la adecuada Ordenación del territorio y la evolución hacia un modelo económico más digno, diverso, moderno y sostenible que el actual, al servicio de toda la Comunidad de Cantabria.