País de paguitas y okupas

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Desde un tiempo a esta parte, vivimos bombardeados por una masiva cantidad de eslóganes que intentan, y en gran medida lo consiguen , ‘concienciar’ a la población, acerca de la realidad en la que estamos inmersos.

La verdadera realidad, no la virtual que se nos presenta, es bien distinta.

El negocio de la desinformación, es el más pujante.

Los programas de ‘debate’ , copan las horas centrales, las de máxima audiencia , desplazando a los de cotilleo.

Los mismos ‘intérpretes’, a modo de actores, disertan con apariencia de eruditos hoy sobre las pensiones, mañana sobre violencia machista, pasado la subida del IPC y siguen con los tipos de interés.

Y así, sin solución de continuidad, los mismos hablan tanto del problema del cambio climático como de las operaciones a corazón abierto.

Son los nuevos sabios.

Es lo que tiene salir en la tele. Hace que parezcas alguien.

Que se lo pregunten a Revilla. En aquellos lugares en los que no le han sufrido, cae de fábula.

A base de ocurrencias, y de intentar promocionar anchoas que no necesitan ninguna promoción, se ha hecho un hueco en la parrilla de programación.

Y claro, una ocurrencia, aunque sea proponer mantener relaciones comerciales con China basadas en el trueque como propuso en su día, dicha en Tv, parece una idea en vez de ocurrencia.

Donde esté Revilla que se quite un gran hermano.

Un auténtico hazmerreír.

Y no lo digo como insulto. En absoluto. Ésos programas, son de entretenimiento. El debate no existe. Si fuesen de debate, no los vería la gente.

Los ve porque entretienen.

Así que le llaman y le dicen: «ven y hazme reír un rato … y de paso puedes promocionar tu libro».

Y así, personaje tras personaje, programa tras otro, colocan en el ideario de la gente una serie de conceptos, perfectamente estudiados y estructurados, que toman carta de verdad aunque sean bulos y patrañas.

La okupación… si se sube el salario mínimo las empresas cerrarán… la gente no quiere trabajar porque hay mucha paguita… y podría seguir indefinidamente. Según lo que marque la programación semanal.

A un partido político cántabro, Vox, le pareció tan alarmante el número de okupaciones que se suceden en Cantabria, que el pasado día 20 propuso en el Parlamento perdonar el IBI a los propietarios ocupados.

Claro que se le olvidó mencionar que ésos propietarios eran bancos que se negaban a regularizar la situación, con personas sin otra alternativa , mientras hay 3,8 millones de viviendas vacías.

Estaremos de acuerdo en que el dinero no es infinito.

Que lo que se dedica a una cosa, no se dedica a otra.

Y no me quejo. En éso consiste gobernar. En elegir prioridades.

Por ejemplo: si a una actividad económica, le bajo los impuestos, si en lugar de que pague su cuota como todo hijo de vecino, le eximo de gran parte… eso que no paga, lo debemos suplir entre los demás.

Y si no llega, se suplirá con deuda pública. Es decir, también entre todos.

Pues bien.

Los caseros, ese colectivo tan sufrido, cuyas rentas sólo son el doble que las de sus inquilinos, cotizan impuestos por el 40% de lo que cobran por sus alquileres.

El otro 60 % está exento.

Y la próxima ley eleva esta exención hasta poder alcanzar el 90%.

Poco me parece, se merecen éso y más. Tienen que ir por la vida, recurriendo al alquiler vacacional, a trampear como pueden los contratos de arrendamiento, todo con tal de llegar mal que bien a fin de mes.

No pasa nada por eximirles de pagar impuestos. Su parte , la pondremos entre todos.

Al fin y al cabo, qué importa otra paguita más, aunque de ésta, aunque sea verdaderamente injusta y dirigida a un colectivo en absoluto desfavorecido no se va a hablar en ningún sesudo programa de debate.

¿Porqué no se habla?

¿Porqué nadie señala que lo que se les perdona a unos ricos sin ninguna contrapartida por su parte, lo tenemos que suplir posteriormente entre todos, vía impuestos o bien vía deuda pública, para cuadrar cuentas y llegar a fin de año?

Esta sí que es una paguita.

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