«Lo que he vivido en Bezana me recuerda a cuando vivía en Perú y no tenía agua»
Durante varias semanas, los vecinos de la Avenida de la Libertad, 41, de Mompía, en Santa Cruz de Bezana, no tuvieron agua en sus casas, como ya contó un vecino a EL FARADIO en plenas fechas navideñas. Ahora hemos hablado con Carmen Rodríguez, una vecina del mismo edificio, en una entrevista emitida en Arco FM.
Carmen refleja que, hasta el 31 de diciembre, se mantuvo esa situación de precariedad. Había un problema en las bombas de las tuberías. Ya que la SAREB, el banco malo, no hacía nada, los vecinos trataron de arreglar el problema, pero no se les permitía el acceso a las tuberías. Pero contactar con ellos es misión casi imposible. Situación de opacidad y de lavarse las manos ante un problema grave.
Primero el problema era para ponerse en contacto con ellos, después para reparar la avería. «Tuvimos que enfrentarnos con los de seguridad para que nos dejasen arreglarlo», revela. Mientras llegaba ese momento, cada uno se tenía que apañar como podía. Tanto Carmen como su hijo mayor se podían duchar en el gimnasio, y su hija pequeña en casa de su padre. Pero una casa también necesita agua para la higiene bucal, deshacerse de los desperdicios o limpiar la vajilla.
Hace ya cerca de una década que esta vecina vive en Mompía, y el hecho de pasar por esta situación le ha hecho recordar a los tiempos en que «vivía en Perú y no tenía agua». Le parece inaudito que esto le pueda suceder en un país como este y en un siglo como este.
Ahora les falta que la SAREB realice la reparación de fondo, no la que les sirve simplemente para tener agua, sino para olvidarse definitivamente del problema. Porque todavía falta por hacer. «Dicen que ya han dado el visto bueno a la reparación, pero no se sabe cuándo». De nuevo, Carmen hace referencia a que saben lo que hace falta hacer, pero no les dejan hacerlo a ellos. La desconfianza es común a los vecinos del inmueble.
Preguntada por si están sufriendo un caso de acoso inmobiliario, Carmen responde que «si no quieren hacer las cosas bien, ni quieren renovarnos contratos ni hacer las cosas de manera legal, ¿qué podemos pensar? Blanco y en botella». Además, asegura que alguna vecina suya ha escuchado conversaciones cerca de su vivienda en la que algún representante de la propietaria del edificio reconocía que quieren que los vecinos se marchen.