Menos criterios técnicos, misma cifra y más plazos: La Encina encadena retrasos en las obras del Parque 2020
Normalmente cuando una administración saca un proyecto o servicio a un proceso de adjudicación para que lo desarrolle una empresa, se desata una especie de subasta: los contratos públicos suponen ingresos o currículum a las empresas y para llevárselo intentan no sólo acercarse lo más posible a cómo lo ha planteado la institución sino mejorarlo, bien en lo técnico, bien en lo económico o bien en los plazos u otros factores como la duración de la garantía, etc…
Fundamentalmente, la competitividad suele centrarse en los aspectos económicos, ya que, al contrario que en el aspecto técnico (donde reducir las condiciones se penalizaría), de alguna forma desde la institución se premia con puntos el plantear una oferta mejor que la que la propia administración ha considerado que sería el valor del contrato cuando lo definió en el arranque del proceso, lo que se llama licitación. Ese fomento del ahorro económico desata lo que se conoce como bajas temerarias o desproporcionados, y a la larga puede tener consecuencias en la calidad del servicio: el contrato de las basuras de Santander encadenó dos bajas sucesivas en sus renovaciones, por ejemplo.
UNA ÚNICA ASPIRANTE
No fue así en el Parque 2020, cuyas obras han comenzado ya en Mataleñas, diseñado como homenaje y espacio de recogimiento para los fallecidos por la pandemia del COVID-19 y que tiene como adjudicataria, después de ser la única aspirante, al Centro de Jardinería La Encina, empresa que aparece de forma activa en las conversaciones intervenidas por la Policía con el exjefe de Servicio de Carreteras en la Consejería de Obras Públicas que detallan los métodos para influir en las adjudicaciones, incluidas en el sumario que en su día desgranó EL FARADIO.
La Encina fue la única aspirante, lo que la convirtió en la adjudicataria final, aunque eso no la privaba de seguir teniendo que cumplir las condiciones del pliego porque el conocimiento de si hay más competidores no es algo que se conozca el arrancar el proceso.
UNA OFERTA BAJA EN LO TÉCNICO, IGUAL EN LO ECONÓMICO
Pese a ello, la adjudicataria al final sólo obtuvo 60 de los 100 puntos en liza (muy por debajo de los a partir de 80 puntos en que se vienen sustanciando adjudicaciones recientes en Santander; el proceso se basa en puntos que se van otorgando en función de si cumple lo indicado en el pliego, de forma que la que más puntos tenga es la que logra el contrato).
Al contrario de lo habitual en otros procesos en lo que la baja económica es prácticamente rutina, en este caso La Encina prácticamente calcó el planteamiento diseñado por el Ayuntamiento: si este sacó el contrato en 248.115 euros, finalmente se adjudicó en 246.875, es decir, apenas 1.240 euros menos (IVA no incluido en estas cifras).
Mientras, en el plano técnico lo que se ofreció fue una rebaja de parámetros de en torno a la mitad: ocho de los dieciséis puntos en la memoria técnica, 7 de 13 en el estudio de jardinería y arbolado –sector al que pertenece la empresa y en el que está centrado el proyecto- y 10 de 20 en el compromiso de suministro. Por toda esa parte de la adjudicación La Encina logró 25 puntos de los 49 que podía haber alcanzado como máximo.
No sólo eso, sino que en otras partes del proceso renunció a sumar 16 nada despreciables puntos puntos que le permitían otras partes del pliego: los plazos de garantía y mantenimiento, que hubieran aportado ocho cada uno,y las mejoras en el ancho de camino. En el primero no se presentó ninguna mejora, en el segundo directamente no se lanzó propuesta.
LOS PLAZOS NO SE REDUCEN, SINO QUE SE AMPLÍAN
Un factor con el que se suele jugar para tratar de inclinar la decisión, aparte del económico, es los plazos: la institución también valora que se aceleren los plazos para acabar antes de la obra. En este caso, el plazo fijado por el Ayuntamiento fue de dos meses, el mismo que planteó la empresa, sin rebajar por ahí, y, en consecuencia, el marcado en el contrato final. De hecho, las obras comenzaron en octubre de 2023 e inicialmente se anunció su inauguración para antes de navidades.
Pero durante el desarrollo del contrato, según recoge documentación municipal revisada por EL FARADIO, esos plazos acabaron ampliándose.
NI LA TEMPORADA DE VERANO…
La obra fue adjudicada en marzo de 2023 y ya entonces se planteó un primer retraso respecto a los planes iniciales: se pospuso la fecha de inicio para evitar que comenzaron en pleno verano. Así se aprobó en un acuerdo de la Junta de Gobierno local en mayo de 2023.
En virtud de ese acuerdo, se retrasó el arranque de las obras hasta octubre de 2023, con lo que los dos meses de duración llevaban al plazo anunciado de antes de navidades (16 de diciembre, exactamente, según el acta de replanteo).
…NI LA DE LLUVIAS
Pero el 23 de noviembre La Encina pidió una prórroga del plazo de ejecución, ofreciendo como explicación las fuertes lluvias de esos días, que afectaron, especificaban, a distintas unidades de obra (en concreto, el cajeo de los caminos, la colocación de la piedra del muro de mampostería, el encofrado y hormigonado de zapatas entre otras).
(Para esos días, los archivos meteorológicos recogen precipitaciones de 11 litros/metro cuadrado el día 20 y de 3 el 21, mientras que el 17 y el 18 fueron 0, el 19 y el 22 se situaron en 0,2; y el mismo 23 también fueron 0. El pico máximo de esos días llegaría el 27, con un total de 30,8 litros)
Además, añadieron, al comprobar la topografía real de terreno se produjeron modificaciones en diversas unidades de obra, tales como la ejecución de un muro de hormigón, los anclajes y longitud de la barandilla, la longitud de la albardilla, etc., cuya definición ha retrasado la compra de dichos materiales.
UN CAMBIO DE CONTRATO SIN SANCIÓN
Los técnicos municipales informaron favorablemente a esa ampliación del plazo, al considerar ciertas esas causas del retraso y no ver que fueran imputables a la empresa. Esto supone que, aunque se modifique el contrato –ya que se modifica una de las cláusulas firmadas, la del plazo–, no es por un incumplimiento de la empresa y, en consecuencia, no se la debe penalizar con algún tipo de sanción. Ese plazo se ampliaría en 45 días, quedando la fecha de finalización para el 31 de enero de 2024.