El grupo de la empresa de los comedores escolares se acogió al rescate estatal COVID
La empresa Comer Bien (COMBI) era la adjudicataria del servicio de comedor escolar en 41 centros educativos cántabros, y estos días, según adelantó EL DIARIO MONTAÑÉS, se ha confirmado que su matriz ha pedido la liquidación después de varios meses en concurso de acreedores. Desde la Consejería de Educación se ha señalado que se procederá a contratar el servicio a la empresa que quedó segunda en el proceso para que no se quede sin cubrir ni un solo día.
COMBI pertenece al grupo ARCASA, especializado en el sector del catering, que presta en hospitales o comedores escolares, y que presta este servicio en distintas comunidades o ayuntamientos donde ya se venía resintiendo de problemas económicos similares, como, estas mismas semanas, Aragón o Barcelona.
Es un sector en el que COMBI invocaba como elemento diferencial una apuesta por la sostenibilidad y cercanía, , muy expuesto a las críticas por la calidad del servicio –de las que no se ha librado ARCASA, que perdió por ellas el contrato del Colegio Italiano de Barcelona o el del hospital Vall D’Hebron de Barcelona, en los que aparecieron insectos – y que se ha resentido también de los parones por la COVID o del alza del precio de los alimentos o el transporte.
Es también un sector en el que se tratan de amarrar contratos estables a gran escala y que es altamente competitivo, en el que las dinámicas de contratación llevan a pujas a la baja, como observaban competidoras del sector que venía haciendo COMBI.
El concurso de acreedores es una figura a la que se acogen empresas cuando no pueden afrontar por sí solas el pago de todas sus deudas: el juzgado nombra un administrador que pone orden en sus cuentas y crea o bien un plan de pagos, o bien acuerda medidas como la liquidación o incluso la venta, en función de la situación en que se encuentra.
COMBI es una empresa aragonesa que fue comprada por ARCASA, de la familia catalana Arqués , a su vez coordinada con cooperativas alimentarias de otros países, un poco a la contra de un sector en el que han entrado también las multiservicios o los fondos, o ambos, fondos con presencia en multiservicios-
Los problemas del grupo ARCASA se venían arrastrando desde hace tiempo: de hecho, tal y como ha cotejado EL FARADIO, es una de las decenas de empresas que se acogieron al rescate arbitrado desde el Gobierno central a raíz de la pandemia de la COVID-19 y su impacto en distintos sectores.
En concreto, el concurso de acreedores trascendió el pasado mes de agosto, y se llegó incluso a poner en venta, con la intención de que se postulara SERUNION, otra empresa especializada del sector, también catalana, y con la que suele coincidir/competir en las adjudicaciones. Pero SERUNION, integrada en un grupo francés, no logró el apoyo de la banca. La liquidación de ARCASA afectará al grupo italiano en el que se integró.
Previamente, ARCASA acudió a a Cofides, gestor del Fondo de Recapitalización de empresas, creado para ayudar a empresas afectadas por la suspensión de la actividad presencial. Así consiguió 8 millones de euros de financiación pública, de los que 4,8 millones eran un préstamo participativo y otros 3,2 millones, un préstamo ordinario. Estos rescates no se ciñen siempre a inyecciones de dinero, sino también a préstamos que la banca no concedería en circunstancias normales.
Y no fue la única empresa del sector que recurrió a rescate: también participó Mediterránea de Catering (28 millones de euros, en este caso de la SEPI), que es precisamente quien lleva los comedores del Hospital Valdecilla, en los que recientemente trascendían incumplimientos salariales que finalmente cubrió, logrando amarrar el contrato con Smart Hospital, que coordina los servicios no sanitarios del centro cántabro, por más tiempo. Mediterránea de Catering pertenece a Portobello, el mismo fondo financiero al que Ferrovial vendió parte de su división de servicios, por lo que ahora controla el contrato de Valdecilla.