El Ayuntamiento de Santander acaba de sacar a licitación la largamente reclamada reforma de los baños de los Campos de Sport de El Sardinero, en los que juega el Racing y que son propiedad municipal.

Lo ha hecho por un importe de 495.277 euros, sin IVA, de 599.285 euros si se incluye, y con un plazo de ejecución de seis meses. Ahora tendrán que presentarse propuestas por parte de empresas interesadas en realizar estos trabajos.

El proyecto de obra, elaborado por el servicio de Arquitectura municipal y analizado por EL FARADIO, no sólo admite la evidencia del mal estado de los aseos (sin intervenciones de calado desde su inauguración en 1988, sino también constata que se incumplen distintas normativas que le afectan.

En concreto, se refieren al Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (normativa estatal), pero también a partes del Código Técnico de Edificación y el propio Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del Ayuntamiento de Santander.

Normativas que seguirán sin cumplirse, al aceptarse desde el Servicio de Arquitectura sendas peticiones del “promotor de la obra”, es decir, del Ayuntamiento (dueño del edificio)

LAS NORMATIVAS QUE SE INCUMPLEN

-DE ESPECTÁCULOS

En el proyecto se detalla que la normativa que debe cumplirse es el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicas y Actividades Recreativas de 1982.

Esta normativa del Gobierno central especifica en uno de sus artículos, el 31, el número de servicios que debe tener cada recinto en el que se celebren eventos (cuatro inodoros por cada 500 espectadores y un urinario por cada 125, y también se indica los lavamanos (la mitad respecto a los inodoros y urinarios).

Así, se detalla que el estadio cuenta con 32 unidades (16 masculinos y 16 femeninos) de acceso general, además de dos para personas con movilidad reducida.

Más en detalle, hay cuatro núcleos de baños en cada una de las zonas de grada (las tribunas y las preferencias), distribuidos en tres niveles, y mas de una veintena de baños no cumplen con la normativa de la dotación particular.

Y, tal y como admite el proyecto, para cumplir con la dotación mínima marcada por esa normativa, habría que ampliar el número de inodoros de caballeros en Tribuna Sur y Norte, y los de mujeres en las tribunas Sur, Norte y Oeste, así como ampliar el número de lavabos en todos los años.

Esto implicaría la demolición de cabinas de inodoros actuales, la completa redistribución del conjunto de los baños y posibles ampliaciones.

Y son actuaciones que se alejan de las premisas de “mínima intervención” que se han fijado y que, añade , “supondrían una modificación del espíritu del proyecto, haciéndolo inviable económicamente”.

Las demoliciones se han descartado por las limitaciones presupuestarias y por llegar al segundo trimestre del año, toda vez que el primero ya prácticamente ha pasado. En cualquier caso, se precisa que la intervención nunca disminuirá la dotación actual.

Por eso, y por petición del promotor de la obra, es decir, del Ayuntamiento de Santander, se acuerda la “no necesidad” del cumplimiento de esa dotación mínima que recoge el Reglamento General de Policía de Espectáculos y Actividades Recreativas.

-PLAN GENERAL

En cuanto al Plan General del 97, en vigor en Santander tras la anulación por el Supremo del de 2012, la parte que afecta a los Campos de Sport es la de usos lúdicos, con dotación sanitaria.

En ella se especifica que debería haber un aseo por los primeros 100 metros cuadrados, y uno más por cada 250 o por cada fracción superior a 100. La superficie total del estadio es de 69.639 euros, por lo que serían necesarias “muchas más unidades” de lavabos que los existentes, que es lo que se mantendrá, incluso aunque se hiciera un cálculo “pormenorizado”.

La naturaleza de la “mínima intervención” solicitada por el promotor de la obra, es decir, el propio Ayuntamiento, dueño del campo, es “incompatible” con la dotación sanitaria mínima que establece el Plan General.

Por eso, “por petición expresa del promotor de la obra” (es decir, del Ayuntamiento), se acuerda la “no necesidad” de cumplir la normativa urbanística.

-DEL CÓDIGO TÉCNICO

Respecto al Código Técnico, explican que como la intervención se limita a sustituir acabados (suelos y revestimentos) y elementos sanitarios, no se considera una rehabilitación integral.

En cualquier caso, se califica de “técnica y económicamente inviable” la aplicación “estricta” del Código Técnico de la Edificación, sino que se apuesta por criterios “flexibles” y por “soluciones que permitan el mayor grado de adecuación efectiva” de la normativa.

De todos modos se matiza que no se reducirán las condiciones preexistentes de las exigencias básicas, en especial cuando sean menos exigentes que lo marcado en el Código.

Y si bien se entiende que en su mayoría no hay que aplicar el Código Técnico al no ser una obra sustancial, sí que se admite que existen situaciones de escalones aislados “en prácticamente todos los baños”, rechazadas expresamente en esta norma. Un desnivel que se debe a la necesidad de incluir el saneamiento, y cuya modificación “no es compatible” con la naturaleza de la obra y además “no es viable económicamente”.

Además, se considera que no se debe aplicar en este caso la Ley de Ordenación de la Edificación al ser una intervención parcial que no modifica la composición del edificio o su volumen.