«El mundo que conocíamos basado en reglas, libre comercio y fronteras abiertas está cambiando profundamente»
Esteban Hernández propone una lectura en que se haga un análisis serio y tranquilo de lo que sucede a nuestro alrededor. Se pretende que vayamos muy rápido, saltemos de un sitio a otro, de una noticia o de un tema de debate al siguiente con mucha prisa, pero sin marcar ni contar por qué suceden las cosas. «No nos damos cuenta de la línea de continuidad que hay» entre los varios asuntos de la actualidad, dice el autor de ‘El corazón del presente’en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.
Hernández se refiere en la conversación al alejamiento de la población, de la sociedad civil, respecto a la clase política y el mundo de los expertos que tratan de proponer soluciones a los problemas que van apareciendo en la escena. Quedarse en la crítica directa, en responsabilizar muy rápido a algunos responsables de las cosas que pasan y no pararse en las preguntas clave para entender lo que pasa, hace que las perspectivas no sean las mejores, porque hay preguntas que se quedan sin contestar.
Hemos pasado, como refleja este periodista, de vivir en una sociedad donde cada generación debía vivir mejor que la anterior a un momento en que se da por hecho lo contrario. Las nuevas generaciones podrían tener una vida peor que la de las generaciones anteriores. Un cambio de contexto que merece una reflexión. Sin embargo, piensa que, a la hora de informarse, hay muchas personas que escogen las noticias que les encajan mejor con su postura inicial en vez de analizar en profundidad.
El cambio tecnológico toma un papel clave en la transformación de la sociedad. Hernández señala que, después de una etapa en que se aplicaban mejoras que interiorizábamos como positivas, ahora nos encontramos con un cambio en las tecnologías que «nos facilita mucho algunas cosas, pero nos complica otras». Cree que «tendríamos que enfocar la tecnología hacia un buen lugar y de momento no vamos por ahí».
Pese a estar en una sociedad donde la información fluye de una manera muy rápida y con un volumen inabarcable, Hernández ve que «se nos priva del conocimiento que nos puede permitir entender y por tanto actuar de una manera más pragmática». Una forma de vivir el presente, pero donde quizá no se estén tomando las mejores medidas para encarar el futuro mejor.