Los informes de los expertos desmontan el relato de los acusados de la violación grupal en las fiestas de Santander

Las conclusiones de Ministerio Fiscal y la acusación se convierten en un ejercicio didáctico de la verdadera dimensión del consentimiento en las relaciones sexuales || El acusado que se presentó como salvador propició la agresión
Tiempo de lectura: 7 min

Los cuatro acusados de la violación grupal que se produjo en la Semana Grande de Santander de 2022 sorprendieron en la primera sesión del juicio en la Audiencia Provincial con un cambio en los relatos que inicialmente trasladaron a la Policía: de negar que hubiera habido sexo e incidir en que la víctima había bebido, a pasar a otro en la que admitieron que existió, pero dirigida, entre la incomodidad de los procesados, por la propia joven, que según ese relato se había pasado toda la noche y madrugada de fiesta y en el after sin beber absolutamente nada.

Los acusados se enfrentan a penas que superan los cien años de prisión. El viernes será la última vista, con las conclusiones de sus abogados y la posibilidad, como en todos los juicios, de que digan la última palabra. Entre el público, activistas de la Comisión 8 de Marzo, que ha convocado concentración este miércoles a las 19.00 horas en la Plaza del Ayuntamiento, e integrantes de la asociación Consuelo Berges, especializada en la atención a víctimas de violencia de género

En esta segunda sesión comparecían distintos expertos y profesionales (médicos, ginecólogas, policías que registraron la vivienda en la que se produjeron los hechos o en la detención, o quienes analizaron las muestras de la ropa, sustancias, etc..), y de sus testimonios se desprende un rechazo a ese cambio de versión de los cuatro acusados. En un juicio, los acusados tienen derecho a mentir y no declarar contra sí mismos, mientras que los testigos tienen la obligación legal de decir la verdad.

Desde el médico que la atendió y la encontró «ansiosa, cansada, abrumada, muy abatida» en lo anímico y con heridas, hematomas o arañazos en distintas partes del cuerpo, o una exploración ginecológica que mostró enrojecimientos frutos de presión en partes íntimas;  y en las muestras de sangre u orina aparecieron restos de alcohol, drogas y fármacos –esto es importante porque, lejos de poner el foco sobre ella, lo que hace es desmontar con datos que no hubiera bebido y había tomado ella las decisiones, como relataban hechos–, además de los restos propios de un contacto sexual identificados, entre otros, por uno de los que había negado tal contacto.

En lo psicológico, los profesionales se encontraron a «una persona bastante coherente» y «reflexiva» que había tenido tratamientos en el pasado, que uno de los abogados de uno de los acusados trató de vincular a la forma en la que encaraba sus relaciones sexuales, en la misma línea que en la jornada anterior en la que se preguntó a su mejor amiga si la víctima solía irse mucho con chicos a los que conociera de fiesta.

Estas informaciones son posibles gracias al apoyo de nuestras socias y socios , por 5 euros al mes.

Si la mejor amiga respondió con un «como cualquiera» que evidenciaba la naturalidad de esto y la sorpresa por la falta de conexión con lo que se estaba juzgando, una violación grupal, hoy eran las expertas las que descartaban ese conato de vinculación entre salud mental y promiscuidad –en un contexto de un juicio por violación–, hasta el punto de que la magistrada le tuvo que instar a que abandonara esa línea y recordar que la joven no tenía, de hecho, ninguna enfermedad mental.

Siguiendo con lo psicológico, sí que mostró síntomas de estrés postraumático, el que se vive tras un hecho duro: desde pérdida de peso a llanto intenso.

Su fortaleza ha sido importante también para la identificación de los acusados, a los que ha reconocido en ruedas de reconocimiento y fortalezas en varias ocasiones, pero sobre todo en la continuidad del relato a lo largo de los distintos momentos en que ha tenido que reproducirlo –por contraste con las versiones cambiantes de los procesados-, sin tener motivos para querer perjudicar a personas que no conocía de antes y sin ocultar partes del relato que podía haber omitido, y todo con el añadido de que en el juicio su declaración se produce como testigo y eso implica la obligación legal de decir la verdad frente al derecho a mentir de los presuntos agresores.

Y en la parte de la identificación la aportación de su mejor amiga, fue, de nuevo, clave, ya que cuando consiguió dar con ella después de estar toda la noche pendiente, logró hacer una foto a los acusados, que ha servido para la identificación.

La hermandad de las que no se quedan tranquilas y cuidan

SOMETIMIENTO NO ES CONSENTIMIENTO

Ellos mismos situaron, con su cambio de relato, en el centro del proceso el consentimiento, y en torno a ello han girado las conclusiones de Ministerio Fiscal y la acusación de la joven, representada por una abogada experta procedente de un centro de atención a víctimas.

Y eso permitió desplegar un buen ejercicio didáctico de lo que es el consentimiento, en base a las definiciones legales y a la experiencia acumulada en distintas sentencias:

No sólo porque la «intoxicación» por las distintas sustancias «afecta a su juicio», sino porque su actitud nunca fue de aceptación expresa, sintiendo un miedo que le llevó a pensar «me ha tocado, de aquí no salgo», traducido en un shock, paralización y resignación.

Que se vincula de forma muy directa al hecho de que ellos fueran cuatro varones «fuertes» en un espacio «muy reducido» en el que apenas entraba la cama (de hecho, uno de los acusados se apartó porque no entraba, porque «se sentía agobiado» ´–lo que llevó a la abogada a recalcar que si él estaba agobiado con la escena, cuánto más estaría la víctima), con lo que bien se puede hablar de un «acorralamiento»  en lo que, en definitiva, supone una «intimidación ambiental».

Una «pasividad», un «dejarse hacer» que tampoco es consentimiento, sino algo muy distinto, «sometimiento». Porque «la ausencia de violencia no equivale al consentimiento», y ese es precisamente el motivo por el que los acusados «cambian la versión» para tratar de colocar un relato en el que es ella quien toma la iniciativa.

Y todo esto se suma a que en su propio testimonio deja claro que finalmente llegó a decir un «no» y a pedir ayuda, que no le fue prestada. Es decir, lo que ocurrió «escapó a su control».

DE SALVADOR A FACILITADOR

En este sentido, el papel de uno de los acusados pasa de ser protector a colaborador necesario para que se produjeran los hechos, como ya había percibido su mejor amiga cuando al lograr contactar con él notó que decía que estaban en un sitio distinto respecto al que realmente estaba, asegurando que simplemente «se habían divertido» o negando verosimilitud a lo que había contado ya de la agresión porque había bebido –algo que luego negó en el juicio, cuando podía mentir, para tratar de llevar el debate al del consentimiento-.

Esa supuesta ayuda no se tradujo ni en sacarla de la habitación ni en llamar a la Policía, más aún, hizo un gesto de «silencio» que denotaba «clandestinidad», y vio introducirse a los demás en la cama y abordarla, sin hacer nada para impedirlo y «dándole permiso» para salir del piso.

Y esa actitud se extendió al cambio de escenario, cuando fueron en autobús a un piso fuera de Santander y no la dejó bajarse en la parada en la que estaba la casa de ella, acabando con los acusados en otro piso en el que intentaron repetir, y que continuó después de los hechos, en el proceso hasta llegar al juicio en el que trató de impedir distintas pruebas.

 

 

  • Este espacio es para opinar sobre las noticias y artículos de El Faradio, para comentar, enriquecer y aportar claves para su análisis.
  • No es un espacio para el insulto y la confrontación.
  • El espacio y el tiempo de nuestros lectores son limitados. Respetáis a todos si tratáis de ser concisos y directos.
  • No es el lugar desde donde difundir publicidad ni noticias. Si tienes una historia o rumor que quieras que contrastemos, contacta con el autor de las informaciones por Twitter o envíanos un correo a info@emmedios.com, y nosotros lo verificaremos para poder publicarlo.