Un mundo que ganar
El Consejo de Seguridad de la ONU ha pedido por vez primera un alto el fuego en Gaza. Un alto el fuego inmediato. Solo que no sabemos o yo no sé, disculpen, que es lo que entienden estas gentes por alto el fuego. O ya que estamos por “inmediato”. Retuercen las palabras. No dicen nunca lo que el resto de los mortales creemos que están diciendo. Mienten. Manipulan. Es su lenguaje. En cualquier caso, yo no puedo dejar de preguntarme si la tal resolución servirá para algo cuando Israel nunca ha cumplido ninguna de las resoluciones que la ONU ha emitido contra ella…
Sin embargo, el mundo sigue. Seguimos
Y por ese real motivo, a continuación, resumimos la Declaración por Palestina contra el Genocidio, por la Liberación y el Retorno que nos ha hecho llegar el Comité Directivo del Grupo Internacional de Geografía con el ruego de compartirlo, si es posible, en todos los ámbitos a nuestro alcance.
Dice así:
Como geógrafos, académicos, activistas, organizadores, artistas, trabajadores y comunidades comprometidas con la justicia social, nos negamos a permanecer en silencio ante el genocidio del pueblo palestino llevado a cabo por parte de Israel y queremos hacer pública nuestra solidaridad inquebrantable con Palestina.
Condenamos la matanza, el desplazamiento, el encarcelamiento y la deshumanización de la política israelí sobre el pueblo palestino a lo largo y ancho de todo el territorio de la Palestina histórica desde el río hasta el mar. Esta brutal ofensiva se lleva a cabo con la complicidad de todos los gobiernos del Norte y el Sur Global, y es un ejemplo clásico de genocidio que viola todas las convenciones internacionales sobre la guerra y los derechos humanos.
Cuando la ofensiva israelí en Gaza entra en su quinto mes, no podemos por menos que mostrarnos horrorizados y condenar esta indescriptible matanza; la ruina de la mitad del total de viviendas residenciales, así como la destrucción de hospitales, universidades, escuelas, lugares de culto e infraestructuras vitales como agua y energía. Condenamos igualmente, y sin paliativos, el asedio impuesto por Israel y Egipto, que cortaron a los palestinos todo acceso al agua, alimentos, suministros médicos, electricidad, combustible y comunicaciones, en flagrante violación del derecho internacional humanitario.
Estamos profundamente preocupados por los palestinos de Cisjordania. Desde que estalló la guerra, 154 palestinos han sido allí asesinados por el ejército israelí y las milicias de colonos. Otros dos mil han sido detenidos y mil más han sido desplazados forzosamente de sus tierras. Las incursiones diarias del ejército israelí aterrorizan a la población y destruyen infraestructuras críticas en ciudades y campos de refugiados en toda Cisjordania. Los palestinos en Jerusalén y aquellos que son ciudadanos de Israel están siendo arrestados, despedidos de sus trabajos, procesados legalmente y amenazados por expresar solidaridad con sus familiares. Asimismo, Israel también mantiene retenidos en condiciones espantosas a más de diez mil prisioneros políticos palestinos que, como han documentado varios grupos de derechos humanos, sufren palizas, torturas, retiradas de los medicamentos necesarios para su supervivencia sin contar con los numerosos casos de prisioneros muertos bajo custodia.
Decir también que, a pesar de la intensidad y escala sin precedentes de la violencia y devastación actuales, los ataques israelíes no son de ninguna manera algo nuevo. Antes del 7 de octubre, y sólo en 2023, 179 palestinos habían sido asesinados ya por los israelíes cuyas balas causaron también otros 683 heridos lo que ha convertido este año en el más mortífero de las últimas dos décadas. Podemos decir que este último ataque llevada a cabo por el Ejército Israelí es el sexto a gran escala contra Gaza desde que Israel impuso su asedio en 2006. Esta mortífera prepotencia es solo un ejemplo más en la larga historia de desposesión palestina. Durante más de un siglo, los palestinos han soportado la violencia criminal del imperialismo europeo, el colonialismo y el apartheid sionista. Hechos que han sido minuciosamente documentados no solo por diversos historiadores en sus investigaciones académicas, sino también por estudios e informes de la sociedad civil incluyendo varias de las resoluciones de la ONU: Es decir: los palestinos no existen en el vacío.
Todas las vidas son sagradas, pero no podemos olvidar que la violencia de los oprimidos es siempre una respuesta a la condición de su opresión. Por eso, como reconoció la Corte Internacional de Justicia en 2004, el derecho de Israel a la legítima defensa no es aplicable en el contexto de su ocupación colonial. Del mismo modo, y según la Resolución 2625 de la ONU, los palestinos tienen el derecho legítimo a resistir la dominación colonial, el apartheid y la ocupación extranjera por todos los medios disponibles, dentro de los límites del derecho internacional.
A este respecto, queremos también dejar claro que rechazamos que cualquier crítica al Estado israelí o al sionismo pueda identificarse con antisemitismo. Es evidente que la acusación de antisemitismo y en concreto, la nueva definición del mismo que ha elaborado la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), ha demostrado ser un medio eficaz para silenciar y castigar cualquier crítica que pueda hacerse al estado de Israel. Gracias a esta nueva definición de “antisemitismo” se han podido presentar falsas acusaciones de antisemitismo contra académicos y activistas de derechos civiles que claman contra la difícil situación de los palestinos. Queremos decir que nosotros reconocemos que el antisionismo es una postura legítima contra una ideología, la ideología sionista que, a fin de cuentas, es solo un movimiento político nacionalista, colonialista y racista basado en la subyugación, la desposesión y la eliminación de los palestinos y queremos insistir, una vez más, que nuestro objetivo es formar con todas y todos un frente único contra todas las formas de racismo
Denunciamos la creciente criminalización gubernamental, institucional y legislativa de quienes expresan solidaridad y exigen responsabilidad por la violación de los derechos de los palestinos en todos los países. Alemania, Francia, el Reino Unido, Canadá y Estados Unidos están a la cabeza de la tarea de sancionar, silenciar, encarcelar y castigar a quienes hablan en contra de su complicidad y del apoyo financiero, militar y político que prestan a Israel. Advertimos que esta reacción se convertirá en un boomerang. La restricción de los derechos básicos a protestar, organizarse, asociarse, hablar y pensar, así como el continuo desalojo de académicos, artistas, activistas y trabajadores es una violación de los derechos y responsabilidades básicos de los ciudadanos a hablar, escribir y difundir la verdad histórica. Esta represión puede tener y tiene un efecto paralizador en nuestras libertades individuales y colectivas y nos impide hablar y organizarnos por la justicia social, pero no nos detendrá.
Condenamos la censura corporativa sin precedentes, los niveles alarmantes de desinformación y el discurso de odio en las plataformas de redes sociales y tradicionales que deshumanizan, atacan y silencian las voces palestinas a través de informes poco éticos y sesgados,
Queremos, muy especialmente, saludar a las madres y padres palestinos, a los trabajadores sanitarios de primera línea, a los periodistas, a los panaderos, a los pescadores, a los encargados del mantenimiento de infraestructuras y a todos los trabajadores y cuidadores que soportan y resisten los horrores cotidianos del genocidio.
Aplaudimos a Sudáfrica y Bolivia por romper todos los vínculos con Israel y saludamos a los cientos de miles de personas que salen a las calles en todo el Sur y el Norte Global en solidaridad internacionalista con la lucha de los palestinos por la liberación. Del mismo modo, apoyamos todas las formas de organización laboral, protestas y acciones directas que tienen como objetivo las infraestructuras logísticas y las cadenas de suministro que permiten funcionar a maquinaria de guerra imperial, desde el bloqueo de barcos, aviones y trenes hasta la interrupción de las actividades de la industria militar.
Aprendemos también y nos inspiramos en la valentía de las comunidades de inmigrantes, diásporas y exiliados que se organizan y denuncian el genocidio en Palestina a pesar de los riesgos de arresto, suspensión de permisos de residencia, redadas domiciliarias y deportación.
Al atender el llamado urgente de nuestros aliados palestinos y unirnos a millones de personas en todo el mundo, exigimos un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza y que se ponga fin a los asesinatos, desplazamientos y destrucción del pueblo, lugares y hogares palestinos por parte del gobierno israelí.
Exigimos el fin del genocidio contra el pueblo palestino en la patria histórica de Palestina desde el río hasta el mar. Pedimos responsabilidad por los crímenes del Estado de Israel y sus financiadores, facilitadores y aliados. Nunca más significa nunca más, para los palestinos y para todos, sin excepción.
Rechazamos un retorno al status quo violento cotidiano anterior y exigimos el fin de la ocupación colonial de los colonos y del apartheid para la implementación de los derechos inalienables de los palestinos a la autodeterminación y al retorno.
Basándose en la declaración de propósito del Grupo Internacional de Geografías Críticas “¡Un mundo que ganar!” y sobre la resolución de 2015 aprobada en Ramallah durante la séptima CICG, hacemos un llamado a geógrafos, académicos, activistas, artistas, organizadores, trabajadores y personas de conciencia a revitalizar los esfuerzos internacionalistas para implementar el llamado palestino a promover boicots, desinversiones y sanciones económicas contra Israel hasta que cumpla con el derecho internacional.
Finalmente, hacemos un llamado a colegas y camaradas para que se movilicen contra la criminalización y censura de todo lo palestino que ha convertido nuestras instituciones, académicas o de otro tipo, en espacios de intimidación y miedo. Les pedimos que sigan hablando y organizándose en sus lugares de trabajo a través de sindicalizaciones, acciones directas, declaraciones, diálogos, enseñanzas, proyecciones, así como colaboraciones y apoyo a nuestros colegas palestinos hasta que pongamos fin al genocidio y Palestina sea, por fin, libre.