“Siempre habrá una presión enorme para arrebatar a la clase trabajadora las conquistas que ha hecho”
En casa de Paco Acosta había un hilo rojo del que no se hablaba o se comentaba entre susurros: su abuelo materno fue sindicalista y concejal republicano, fusilado, y su madre lloraba los 18 de Julio porque las celebraciones de la dictadura franquista le recordaban su pérdida familiar.
Un poso quedó, entre eso y la ‘Pirenaica’ sonando bajita, a oscuras, y cuando Paco despertó a la vida laboral, se daba cuenta de cosas: de que no querían darle de alta en el taller, de que había más trabajadores en Sevilla que comenzaban a crear grupos de trabajo, comisiones por áreas: un informal comisiones obreras que acabó germinando en la organización sindical que conocemos hoy.
Eran tiempos en que cosas tan naturalizadas como reunirse, organizar una huelga o reclamar mejoras laborales se penalizaban no sólo con el despido, sino con palizas policiales o incluso juicios, como ese macroproceso 1001, el juicio por el que se pedían penas de prisión que escandalizaron al resto del mundo contra nombres como Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius o el propio Paco Acosta, que busca en el cartel su foto de joven, casi recién casado.
Una historia que se recupera en un documental proyectado este miércoles en los cines Groucho en Santander, y que da pie para que ese hilo rojo le permita a Paco, en conversación con EL FARADIO, conectar no sólo aquel paso de la dictadura a la democracia y el protagonismo sindical en todo aquello, sino la conexión entre la lucha de los trabajadores y la prosperidad económica general, y, sobre todo, la advertencia de que esa conexión entre lo laboral y lo democrático es clave, por lo que el poso de lucha debe mantenerse siempre activo porque “siempre habrá una presión enorme para arrebatar a la clase trabajadora las conquistas que ha hecho”.
Aquí, la conversación íntegra.
162 AÑOS DE CÁRCEL POR UNA REUNIÓN
El documental ’10 para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora’, narra las detenciones realizadas el 24 de junio de 1972, cuando la dirección de CCOO se encontraba reunida en Madrid, así como el subsiguiente proceso judicial, conocido como proceso 1001.
En el documental, producido por CCOO junto a RTVE, se muestra el contexto político, económico y social en el que tuvieron lugar las detenciones, marcado por las movilizaciones obreras y estudiantiles antifranquistas y la represión.
Tras ser interrogados en la Dirección General de Seguridad y pasar por el Tribunal de Orden Público (TOP) se inició un proceso general contra las Comisiones Obreras. El eco de la denuncia de la ausencia de libertades básicas en España, gracias a la enorme campaña organizada por los hombres y mujeres de CCOO y las toneladas de solidaridad internacional agravó la deslegitimación del franquismo, que se agudizó aún más cuando se conocieron las condenas dictadas por el Tribunal de Orden Público: fueron condenados a penas que sumaron 162 años de cárcel, con penas que oscilaban entre 12 y 20 años, por defender los derechos y libertades en este país y por dirigir una organización que hubiera sido legal en cualquier país democrático.
Tras el proceso 1001 la movilización aumentó y la respuesta a la agitación de las calles y los centros de trabajo no fue otra que el recrudecimiento de la represión que, desde 1970, dejó varios trabajadores y trabajadoras muertas y centenares de personas heridas a manos de la fuerza represora, con motivo de otros tantos conflictos laborales en Granada, Madrid, Barcelona o Ferrol.
Además, a través de imágenes inéditas, se adentra en la vida en el interior de la cárcel de Carabanchel, símbolo de la represión franquista pero también un lugar de socialización y de pequeñas resistencias.
’10 para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora’ concluye con la salida de la cárcel y la incorporación de los procesados a la lucha por las libertades y la democracia que estaba teniendo lugar en esos momentos y que culminó en las primeras elecciones democráticas de junio de 1977.