El Colegio Cisneros ha organizado una nueva edición de su ya clásico Bici-bus. Será este viernes y la idea es salir a las 8:45 horas de Cuatro Caminos para llegar hasta el colegio «de forma segura y divertida pedaleando por la calle Vargas».

La iniciativa se enmarca dentro de un proyecto internacional que celebra   su quinta edición durante estas semanas.

Explican desde el centro que las calles escolares, o calles abiertas para la infancia, son espacios accesibles alrededor de las escuelas en las que la prioridad es la movilidad activa y la autonomía infantil. Calles sin coches, o con pocos coches circulando muy despacio, en las que las niñas y niños puedan estar, sin riesgos. Concienciar sobre su necesidad y sus ventajas es el objetivo de la convocatoria a nivel europeo Streets For Kids (Calles Abiertas Para la Infancia). Familias de toda Europa organizan eventos para reclamar entornos escolares seguros, aire limpio y autonomía infantil.

La Asociación de Madres y Padres del Colegio Cisneros ha participado en esta convocatoria desde su primera edición, organizando junto al equipo directivo del centro sesiones de juegos en la calle, cerrada por un rato al tráfico motorizado. Más juegos, más seguridad, menos ruidos y menos humos en un entorno escolar que el alumnado puede disfrutar de una manera distinta durante un par de horas.

Este año la cita será este viernes 26 de abril, día en el que niños y niñas del Colegio Cisneros podrán disfrutar de un recreo en la calle, así como reflexionar sobre seguridad, salud y el espacio que ocupa habitualmente el vehículo privado en nuestras calles (un medio de transporte que no es mayoritario en la ciudad, ya que el 60% de los desplazamientos se realizan a pie, en bici o transporte público, según datos del Ayuntamiento).

Además ese mismo día 26 se anima a las familias a acercarse al Colegio en bicicleta, para lo que se ha preparado un itinerario que partirá desde Cuatro Caminos y en el que se contará con el apoyo de voluntarios de la AMPA y de la asociación Cantabria ConBici para que el trayecto sea, como en citas anteriores, una divertida experiencia para grandes y pequeños ciclistas. Una actividad festiva pero que sirve también como reflexión acerca de la inseguridad del entorno escolar: de nada sirve instalar aparcabicis en los colegios si no existen itinerarios seguros para que las familias puedan pedalear hasta ellos.

El Colegio Cisneros, situado en una zona céntrica de Santander, «sufre diariamente los efectos de un tráfico intenso, en gran medida de tránsito ya que la mayoría de las familias del centro educativo viven en un entorno cercano y lo habitual son los desplazamientos peatonales», explican.

Desde 2022 tanto el Colegio como la AMPA, aseguran, vienen reclamando al Ayuntamiento medidas para mejorar la seguridad y los niveles de contaminación acústica y ambiental. Se han realizado propuestas concretas junto a los otros centros educativos con los que se comparten espacios (propuestas que en gran medida pasan por hacer cumplir la normativa vigente). También se han analizado soluciones ya existentes y probadas en otras ciudades y países, moderando unas jornadas sobre Infancia y Urbanismo organizadas por los Colegios de Arquitectos y de Caminos.

Tras dos años intentando conseguir que su entorno escolar (con cerca de mil familias asistiendo los colegios en esa zona) «sea tomado en serio», la AMPA seguirá proponiendo mejoras y diálogo para mejorar un entorno escolar en el que el tráfico sí puede desaparecer durante meses por unas obras de canalización (como ocurrió en la calle Cisneros de mayo a octubre de 2023) pero no para garantizar la salud y seguridad del alumnado. Además, tras dichas obras la calle se volvió a urbanizar con la misma distribución, «ignorando las peticiones de la comunidad educativa. Se trata, también, de poder prevenir antes de lamentar accidentes como los ocurridos recientemente en otros centros educativos de Santander.»

Explican que un entorno escolar seguro no es aquel en el que la policía local tenga que regular el tráfico. «No hay efectivos para todos los colegios, además. Un entorno escolar seguro es aquel en el que no hace falta policía local, en el que alumnado y familias puedan sentirse tranquilos, en el que se respire aire limpio y goce de la complicidad de vecinos, comerciantes y comunidad educativa. Esa es la propuesta del Colegio Cisneros: hacer barrio, un barrio mejor».

La actividad cuenta con el apoyo del equipo directivo y docentes de l centro escolar y también co la colaboracion de CantabriaconBici para el bicibus y de la librería vecina La Vorágine durante el recreo.

IZQUIERDA UNIDA DE CAMARGO REIVINDICA CAMINOS ESCOLARES SEGUROS

Izquierda Unida de Camargo propone que, tal y como se ha llevado a cabo otros municipios de Cantabria, el Pleno de Camargo realice un proyecto ambicioso de caminos escolares seguros, con el objetivo de minimizar los riesgos que el tráfico ocasiona en las niñas y niños en edad escolar. Además, anima a aprovechar la oportunidad para implementar cambios en términos ambientales y urbanísticos que tengan como objetivo la peatonalización progresiva del municipio.

“Parece que el equipo municipal, aunque sugiere ideas inspiradas en otros municipios, no acaba de comprender el propósito de cada proyecto”, señala Fernando Agúndez, líder de Izquierda Unida de Camargo. Desde la formación recuerdan otros casos de medidas mal encaminadas, como el intento de resolución de los problemas de acoso escolar en Camargo asignando a un sargento de la policía local. “Las propuestas tienen que estar estudiadas, no ser ocurrencias”, afirman desde la organización.

“Caminos escolares seguros no puede ser una solución a un problema de tráfico”, afirma Agúndez, “Esos provienen del cortoplacismo del equipo de gobierno y de la creación de aparcamientos en las zonas verdes de la ciudad. Intentar solucionar un problema de tráfico disfrazándola de política educativa es una pérdida de tiempo porque no aborda el problema de forma integral”. Agúndez explica que un proyecto de caminos escolares seguros debe tener en cuenta a los centros de infantil y primaria, desarrollar un proceso de participación para la comunidad educativa y tener en el punto de mira la peatonalización del municipio a medio plazo. Para ello, como parte de este proyecto, se deben abordan asuntos tan vitales para el futuro como la red de transporte público o la red energética del municipio.

Desde la organización camarguesa concluyen que no importa qué medidas cosméticas se adopten desde el Partido Popular, en algún momento el municipio deberá ejecutar políticas educativas y ambientales serias. “Allí nos encontrará la ciudadanía: proponiendo y arrimando el hombro”, finaliza Agúndez, “tomémonos en serio la creación de caminos escolares seguros y aprovechemos para colaborar con los centros educativos y comenzar la peatonalización del municipio. Ya vamos tarde”.