“La Iglesia debe servir para apoyar a los débiles”
El apoyo al pueblo palestino ante el exterminio de población civil y la destrucción de hospitales, colegios u ONGs se produce semana a semana: tras la masiva asistencia al Festival Solidario organizado por Cabezón por Gaza –y manifestación este fin de semana entre medias, este fin de semana lo que hay es el –de momento- primer encierro en Cantabria.
Será de sábado a lunes, en la parroquia santanderina de San Pio X, en Juan del Castillo (entre Fernando de los Ríos y El Alta/General Dávila), cuyo titular, Avelino Seco, explicaba a EL FARADIO que lo que han hecho desde la comunidad parroquial es atender, “encantados”, una petición “muy importante” y “justa”.
Se trata de “ir contra la guerra” y “la masacre” en Palestina, porque, ha reivindicado, “si la Iglesia no sirve para esto, no sirve para nada”.
Seco defiende una Iglesia que “tiene que estar al servicio de causas justos” y “para apoyar a los débiles”, que, en este caso, son los palestinos frente a Israel.
En detalle, el encierro será el sábado 27 de abril y durante 48 horas, es decir, hasta el lunes 29 de abril ( de 10.00 del sábado a 10.00 del lunes)
El párroco recalca que el apoyo a una acción contra el “Estado sionista” no es “contra los judíos.
Por eso espera que la iniciativa, que reproduce algunas que han empezado a organizarse en Andalucía como muestra de apoyo al pueblo de Gaza, tenga éxito y se vea como “un grito contra la barbarie”.
Todo fiel al estilo de la propia parroquia de San Pío X, “totalmente integrada” en su barrio, ubicada en sus bajos, que “responde más a la idea” de una comunidad que se reúne “para celebrar nuestra fe”, pero también “para lanzarnos a la vida” porque, explica, “la fe sin vida es una fe muerta”.
Para Seco es importante la “caridad y el amor”, pero él habla de una “caridad política” que supone no dar limosna, sino “crear unas condiciones donde se pueda vivir”. En este sentido, citaba al arzobispo de Brasil, Hélder Câmara, que “si doy comida a un pobre, me llaman santo, pero si pregunto por qué es pobre, me llaman comunista”.
Y muy en la línea de otras acciones en las que se ha implicado, siempre en comunidad y en colectivo, como el proyecto Montesclaros, una granja de gallinas en el Santuario de Montesclaros, en Valdeprado del Río que sacan adelante inmigrantes, o la desaparecida cooperativa de inserción Brumas.