«No cabe pensar si queremos o no decrecimiento porque vamos a decrecer materialmente sí o sí»

Este martes 23 de abril Extinction Rebellion continuará hablando sobre decrecimiento, centrándose en este caso también en los combustibles fósiles, en el Rubicón a las 20 horas (Foto: Rafa Casuso)
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El pasado lunes 22 de abril, Día de la Tierra, ecologistas de diversas plataformas (SEO Birdlife, Ecologistas en Acción, ARCA, UGT Verde, Rebelión o Extinción, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético) y de acción social (La Columbeta) han querido poner sobre la mesa el decrecimiento como camino hacia el bienestar, en una mesa de debate frente al Centro Botín y con la llegada del Ferry a la Bahía, un acontecimiento que sirvió para abordar también el problema del turismo masivo que ejerce presión sobre el territorio de Cantabria.

Alberto Fernández, miembro de Extinction Rebellion (XR) explicaba como el término «decrecimiento» no es una mera contracción de la economía ni reducción o empobrecimiento, sino «una propuesta de transformación social y política que trata de compaginar las limitaciones planetarias y sociales con las aspiraciones de mejora de la sociedad poniendo en marcha transformaciones emancipatorias justas». Asimismo, desde XR recuerdan que, mientas el capitalismo «nos hace dependientes y nos infantiliza», el decrecimiento nos ofrece «libertad genuina basada en la ganancia de autonomía».

Intervención de Yayo Herrero (Foto: Rafa Casuso)

Por su parte, Yayo Herrero, que acudió a la cita en representación de Ecologistas en Acción, señalaba que el decrecimiento es el contexto material en el que «sí o sí se va a desenvolver la vida en común».

«No cabe pensar si queremos o no decrecimiento porque vamos a decrecer materialmente, por lo que tenemos que pensar en menos energía, menos materiales, menos suelo fértil, menos destrozo del territorio, menos agua, es decir, una utilización con menos dependencia material» indicaba Yayo Herrero.

Y se pregunta cómo vamos a organizar ese decrecimiento material, ya que, para ella, puede ocurrir a través de dos vías: «la primera una fascista en la que los sectores de población protegidos por el poder político y económico siguen viviendo como les da la gana a costa de que otra gente quede fuera; o una segunda, una vía de la suficiencia y la redistribución de la riqueza para sentirnos ecodependientes».

«Debemos ver el decrecimiento como un contexto y no tanto como una propuesta política, porque hay gente que no tiene lo suficiente y ha de tener más, y para esta gente el decrecimiento sin perspectiva de clase sería un desastre. Pero estamos los que podemos aprender a vivir de una forma muchísimo más sencilla», concluía Yayo.

Por otro lado, Gabriel Moreno, que acudía en representación de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético , mostraba que el propio término nos da la respuesta, «significa dejar de crecer». «Estamos creciendo por encima de los límites planetarios, una de tantas advertencias que nos está dando la ciencia. En nuestra mano está escuchar y reaccionar, porque de no ser así el futuro va a ser incierto», lamenta Moreno, que también es miembro de de la cooperativa de renovables Solabria y de Verdes Equo.

Desde su conocimiento sobre el mercado eléctrico, uno de los aspectos que preocupa dentro del movimiento decrecentista, Moreno propone ir en busca de un modelo que sea «socialmente justo y ambientalmente correcto», aunque resalta que «la energía más barata es la que no consumimos, por lo que unos buenos principios para ahorrar energía disminuyen los beneficios de las grandes empresas».

Aun así reconocía que se han hecho avances como el reconocimiento reciente de la figura de ‘Ecocidio’ aunque en España «aún no tengamos ningún ejemplo de que se haya llevado a la práctica su denuncia en ningún territorio».

Asimismo, Martín Calonge, responsable de Medio Ambiente de UGT, abogaba por la necesidad de elaborar un buen Plan Regional de Ordenación del Territorio para poder custodiarlo y evitar situaciones como la de los polígonos eólicos y conseguir salvaguardar el patrimonio natural y cultural de la región. «Llevamos reclamando más de 20 años este Plan, ha habido varias propuestas muy trabajadas por la sociedad y parece que ahora va a salir, pero nos surgen viarios interrogantes porque no sabemos de qué manera se va a hacer, qué consecuencias va a tener para el territorio, si va a ser un plan que legalice todo lo que está mal, etc».

En esta misma línea hablaba Carlos García desde ARCA para introducir conceptos como la propiedad comunal y que podrían beneficiar a los pueblos y territorios actualmente, en contraposición con la ganadería intensiva y el consumo excesivo de carne que se viene cuestionando desde hace años. «El ganado en estos planteamientos no entra en conflicto con el territorio como sí hace la ganadería intensiva. Además, si quisiéramos aumentar el consumo de vegetales íbamos a poder hacerlo perfectamente poniendo en producción una enorme cantidad de tierras fértiles», explicaba Carlos, y proponía el terreno de la Pasiega como un buen lugar en contraposición con el proyecto industrial que se ha puesto en marcha en la Pasiega.

Finalmente, otra de las problemáticas clave a abordar desde la teoría decrecentista es el tipo de empleo que necesita la sociedad. Yayo Herrero también quiso incidir en esto y confesaba como «nos cuesta admitir que hemos construido una sociedad brutalmente empleo-céntrica donde se supone que la satisfacción de las necesidades depende de que tengas o no un trabajo, pero es que tarde o temprano el tamaño del sector productivo va a ir empequeñeciendo». «Deberíamos plantear medidas como la Renta Básica en Especie: si una persona tuviera acceso a una vivienda barata y a unos bienes básicos que ahora mismo se llevan el 80% de su salario, tendríamos un reparto del empleo más razonable y desvinculada la satisfacción de las necesidades humanas del trabajo», señalaba.

«La transición ecosocial requiere poner el foco en proteger a las personas y no a los sectores, se supone que trabajamos para sostener la vida, pero cuando tenemos una economía destructora con la naturaleza se convierte en destructora de las personas, que acabamos aceptando la lógica de que merece la pena que todo sea sacrificado siempre que la economía crezca», añadía Yayo Herrero.

A la hora de realizar propuestas decrecentistas, desde XR han querido plantear una serie de ideas que engloben el ámbito laboral, transporte, consumo y las relaciones colectivas. Desde la organizacion proponen:

  • Reducir la jornada laboral y adelantar la edad de jubilación para disponer de más tiempo personal;
  • Reducir el consumo de cosas no imprescindibles o «directamente contraproducentes» como la moda rápida, la electrónica de última generación,  y reutilizar;
  • Soltar lastre individual y colectivo del sistema «saliendo del ocio programado, boicoteando al avión, al coche o al consumo de carne»;
  • Contraponerlo montando un huerto comunitario, un grupo de consumo, una asamblea popular, grupos de acción;
  • Fomentar el desarrollo rural, recuperando saberes tradicionales y revitalizando los pueblos con recursos suficientes y defendiendo el procomún;
  • Sustituir el transporte privado por uno público de la mejor calidad, devolviendo las ciudades a las personas y recuperando conexiones ferroviarias;
  • Por último, exigir Asambleas Ciudadanas permanentes y vinculantes.
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