Finaliza el encierro por Palestina tras concitar el encuentro de personas que “sintonizan con la paz y la justicia”
De pueblo a pueblo, de Cantabria a Gaza, este fin de semana un grupo de ciudadanos protagonizaban un encierro en la parroquia santanderina de San Pío X, en Juan del Castillo, como forma de mostrar preocupación, cariño y respeto ante el genocidio de la población palestina, bombas que caen sobre colegios, hospitales, ONGs y población civil en retirada.
Era eso, un gesto de apoyo, que se ha convertido, como explicaba en directo en EL FARADIO una de sus promotoras, María Toca, minutos antes de su finalización, en un punto de encuentro entre personas, muchas de ellas desconocidas, “de distintas ideologías, creencias y países que sintonizamos con la paz y la justicia”.
Ha sido un fin de semana lleno de “emoción y alegría” en el que han recibido las visitas de conocidos, simpatizantes con la causa o vecinos del barrio de El Pilón, que les han llevado o comida para esos días o donaciones para UNRWA, la agencia de Naciones Unidas que atiende sobre el terreno a los refugiados palestinos y cuya representante en España, Raquel Martí, alertaba recientemente en Cabezón de la Sal, en otro de los actos de pueblo a pueblo, sobre la hambruna que vive la población gazatí por el bloque a la ayuda humanitaria.
El encierro se convirtió no sólo en un punto de encuentro, sino de aprendizaje, de la mano de los propios asistentes o visitantes: charlas sobre distintas cuestiones relacionadas con el feminismo aprovechando la presencia de integrantes de la Comisión 8M, o sobre medio ambiente y decrecimiento, a través de Yayo Herrero, conocida activista ecologista afincada en Cantabria –y muy activa también en el fin de semana de Cabezón-; o sobre el testamento vital de la mano de Derecho a morir dignamente.
Asimismo, profundizaron en la situación de Gaza a través de distintas vías: la proyección de la película ‘El limonero’, la conexión con la escritora Yolanda Soler, del Instituto Cervantes en Líbano, que relató la situación sobre el terreno; la visita de un médico palestino afincado aquí que describió sus experiencias y que desterró tópicos, o Alex Xapico, miembro de Podemos y fotoperiodista que realizó una cobertura especial allí, todo en una parroquia muy particular, con vidrieras de Roberto Orallo, frescos de Mino Cerezo, vinculado a la Teología de la Liberación, y el apoyo de su párroco, Avelino, con su reivindicación de una Iglesia que esté “junto a los más débiles”.
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