«Sostenibilidad es la palabra más prostituida en los últimos tiempos»
Antonio Aretxabala es una persona muy activa en lo que significa desmentir cosas que se dan por hechas, en bajar el debate a un plano realista y no de posibilidades que hacer en el futuro para afrontar lo que da en llamar transición energética. Por eso es amigo de llamar a las cosas por su nombre y señalar que lo que se está haciendo provoca que no se avance, por mucho que el discurso haga parecer que sí.
En la charla que va a tener, pretende dar la perspectiva de un geólogo, pero también de un historiador, algo que ayuda a poner en contexto el momento actual y la emergencia climática. Por ejemplo, cuando en la crisis financiera de 2008 se hablaba de que todos los malos datos se reducirían en un 20%, y los datos malos aumentarían un 20%, aproximadamente. Pero esto no ha sucedido.
La palabra sostenible se ha convertido en un apellido muy habitual, pero Aretxabala cree que es «una de las palabras más bonitas que llegaron en el siglo XX y una de las más prostituidas de los últimos tiempos», según dice en una entrevista concedida a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.
El incluir el concepto de sostenibilidad en los discursos, según el geólogo, también obedece al hecho de conseguir «subvenciones muy jugosas». En el momento de la pandemia, la Unión Europea ha puesto en juego muchos fondos, pero con la supuesta exigencia de que vayan, en buena parte, a proyectos que apuesten por esa transición energética de la que tanto oímos hablar.
El resultado es que los Gobiernos actúan como si el problema de la emergencia climática estuviese en fase de arreglo, cuando eso ya no resulta posible. Aretxabala señala que las emisiones de hoy en día, que siguen creciendo con el paso de los años, se van a ver reflejadas en los próximos años y décadas, con lo que, aunque ahora comenzásemos a reducir notablemente las emisiones de CO2, tardaríamos décadas o siglos en tener unas consecuencias favorables a nivel medioambiental.
Al ritmo que vamos, según este experto, «necesitaríamos seis o siete planetas» como el nuestro para poder seguir disponiendo de los recursos que estimamos necesario para mantener la dinámica actual de consumo. Además, añade el coste humano que esto tiene, no sólo por la parte medioambiental, sino por el hecho de tener a millones de personas trabajando para que la maquinaria siga funcionando y que trabajan en condiciones de «esclavitud», millones de niños incluidos.
Por ello, Aretxabala aboga por un cambio social que sirva de palanca de cambio. Es algo que la sociedad civil puede hacer al margen de las administraciones públicas, y supondría fortalecer el concepto de comunidad, defendiendo la vida a partir de los pequeños gestos y de la unión de las personas que son vistas como consumidoras, pero que podrían tener un papel muy diferente.
En concreto, la charla será esta tarde a las 19.00 horas en el instituto Santa Clara, de Santander, invitado por Colectivos en Defensa del Territorio.
En ella abordará también cuestiones como el impacto en la geología del modelo económico (hidrocarburos, minerales, petróleo) por el incremento de su explotación, exponencial: entre un 15 y un 20% del petróleo extraído es derivado a extraer petróleo, hace 50 años apenas era el 1%. Además, cerca del 40% se utiliza solamente en mover materiales (hidrocarburos y minerales) por el globo, algo que se ha incrementado desde 2022 con la guerra de Ucrania.
El resultado es una creciente presión ambiental y social por unidad de actividad económica, de forma que se contradicen así las afirmaciones del itinerario de transición ecológica y crecimiento verde o Green Deal impuesto en Europa especialmente tras la pandemia declarada en 2020 por la OMS, señalan.
Dicho de otro modo, se consolida tal contradicción con un hecho bien contrastado: que la eficiencia del mercado y la tecnología digital (gran consumidora de energía y minerales) “han simplificado el saqueo a las comunidades y a la tierra”.
Una de sus reflexiones es como “construir más infraestructuras que no podrán utilizarse y dirigiendo fondos a planes muy sectoriales, protagonizados por redes administrativas que, además toman a la ciudadanía como objeto de esas políticas y no como los sujetos activos de ellas, está hundiendo a comunidades enteras, creando zonas de sacrificio”.
Y advierte de que el criterio principal de las denominadas iniciativas de recuperación y resiliencia es “asignar más recursos económicos para que los mismos mecanismos, decisiones políticas e inercias económicas solucionen la crisis que crearon·.
De esta manera, alerta, la crisis global que comienza con la energía y sigue con los recursos geológicos básicos necesarios para una transición verde, tendría una única solución: la financiera-empresarial, “cuyos beneficios solo se pueden conseguir cargando los impactos en los ecosistemas y en las comunidades”.
ANTONIO ARETXABALA
Es geólogo y doctor investigador. Actualmente desarrolla su labor profesional como consultor independiente y formador de profesionales en el sector de la obra civil e ingeniería. Colabora con la Universidad de Zaragoza. Fue delegado del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos en Navarra y director técnico del área de hormigón armado (HA) y suelos (SE) del laboratorio de Arquitectura en la Universidad Navarra-TECNUN, profesor de Mecánica de Suelos, Geomorfología y Geotecnia. Participa asimismo en un debate científico internacional que busca explicar la sismicidad intraplaca y la de origen climático, también la antropogénica y sus consecuencias; sobre los efectos del agotamiento de los recursos energéticos y minerales en los sectores del urbanismo, la construcción, la edificación, la transición digital y las nuevas tecnologías no convencionales de extracción de combustibles fósiles, el cambio climático derivado y el impacto en la tecnología y las ciudades, así como la adaptación de las mismas hacia un urbanismo geológico sostenible.
Web del autor: https://antonioaretxabala.blogspot.com/
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