Vecinos de Galizano defienden un magnolio centenario frente a las obras de una carretera

Se trata de la carretera autonómica CA-440, que conecta Galizano, Langre y Loredo, tres de las pedanías de Ribamontán al Mar. El árbol se ha visto afectado, pues se han talado algunas de sus quimas
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Proteger de la tala un magnolio centenario en Galizano es el objetivo que ha movilizado a un grupo de vecinos en la mañana de este jueves cuando las máquinas llegaban para ejecutar la obra en una carretera autonómica, que está llevando a cabo la constructora Senor. Los trabajos han comenzado, aunque no se ha talado el árbol completo.

La historia no ha surgido de forma espontánea este jueves. Los vecinos, apoyados por colectivos como Arca o profesionales de la ingeniería o el paisajismo, llevan año y medio alertando sobre las consecuencias del plan de remodelación de la carretera. Sin embargo, la respuesta del Gobierno no ha solucionado la petición respecto al magnolio.

Y cuando operarios y maquinaria, acompañados por la Guardia Civil, han tratado de ejecutar la parte de la obra que afectaba al árbol centenario, se han encontrado con el grupo de vecinos que, de momento, ha impedido la tala completa del árbol. Esos vecinos han sido identificados, y no se descarta que pueda abrirse algún proceso sancionador por esta protesta.

Sin embargo, la afectación que ha sufrido por esos recortes que sí se han realizado puede poner en peligro la vida de este ejemplar centenario, que se haya dentro de una finca particular. Es lo que teme María Jesús, una vecina del pueblo que forma parte de la familia propietaria de la vivienda.

Después de esos momentos de tensión, las máquinas se han marchado y los operarios han seguido trabajando en otros puntos de la carretera.

La carretera tiene un kilometraje corto. Nace y muere en otra carretera autonómica, la CA-141, que hace un recorrido casi siempre muy pegado a la costa entre Astillero y Santoña. Precisamente en Ribamontán al Mar tiene una recta muy larga, algo más alejada del mar, y la CA-440 permite acercarse a esas dos pedanías, Langre y Loredo, y de ahí poder enlazar con otras carreteras para llegar hasta algunas playas o al Mirador de los Tranquilos.

Los arreglos de esta vía llevan en marcha desde marzo de 2023 y está previsto en el proyecto de obra que duren 18 meses. Pero las quejas de los vecinos vienen de años atrás, donde trataron de frenar el proyecto de la carretera, no porque no consideraran necesario arreglarla, pero sin necesidad de que hubiera una tala de árboles. Una vez que el proyecto ha echado a andar, los vecinos constatan que sí se están eliminando árboles que flanqueaban la carretera, pero que formaban parte de fincas particulares (el magnolio centenario está incluso por dentro de un muro que separa la finca de la carretera CA-141, no de la 440, que es la que se está reformando). Sin embargo, los procesos de expropiación para la tala y el conjunto de la obra tampoco se están ejecutando de manera correcta, según varios de los vecinos afectados.

Manifestación en Loredo este sábado

Esta protesta vecinal para intentar evitar la tala de ese ejemplar concreto se produce sólo dos días antes de la manifestación convocada por Cantabristas y a la que se han sumado ya más de 20 organizaciones. Será el sábado, a las 12 del mediodía, desde la playa de Loredo hasta el Mirador de los Tranquilos. El objetivo, defender a Ribamontán al Mar frente a la intención de que se construya un macrocomplejo turístico asociado a un campo de golf.

Precisamente, la carretera CA-440 se asoma a los terrenos en los que se llevaría a cabo este proyecto. Por eso, los vecinos creen que hay una relación entre las obras en marcha con ese futuro complejo. No solamente se trata de arreglar la vía, sino también de ensancharla, de ahí que se proceda a cortar árboles.

La iniciativa se basa en la defensa del territorio frente a algo que puede ahondar en la gran afluencia de turistas a esta zona, algo que se está reflejando de manera notable en los últimos años. Y que alimenta la especualción urbanística. Esta misma semana, la bióloga Odile Rodríguez de la Fuente, hija del célebre divulgador Félix Rodríguez de la Fuente, apoyaba la manifestación por ser una persona muy ligada a Ribamontán al Mar y que está viendo cómo el municipio está perdiendo su esencia por la masificación que se está produciendo en sus calles y playas.

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