La compañía de artes escénicas y visuales ‘Ruido Interno’ ofrecerá este sábado en la Finca Marqués de Valdecilla un espectáculo de luz y sonido que llenará de magia la fachada de la Casa Blanca. Se trata del video mapping ‘Ingenio’, diseñado para ese espacio en 2022 con motivo de la celebración del año Ramón Pelayo. El Ayuntamiento de Medio Cudeyo ha querido repetir esa intervención artística y la ha programado dentro de ‘Las Noches de Verano en la Finca del Marqués de Valdecilla’, una iniciativa que abrirá al público ese espacio los días 13 y 20 del mes de julio con distintas actividades culturales.

La proyección de ‘Ingenio’ será este sábado con cuatro pases que se realizarán a las 22:30, 22:45, 23:15 y 23: 30 horas y tendrá acceso gratuito.

Cinco son los momentos históricos que recrea la propuesta de Ruido Interno: el viaje a Cuba de Ramón Pelayo; la compra de la plantación ‘Rosario’ y su transformación en una de las explotaciones más avanzadas tecnológicamente de la isla; la construcción de la Casa Blanca; su posterior abandono, y el proceso de puesta en valor como museo dedicado a su figura después de que el Ayuntamiento de Medio Cudeyo lo adquiriese en 2003.

La aparición de dos bailarines caracterizados de la época aporta un punto particular al proyecto, rompiendo con la concepción clásica de este tipo de trabajos, incorporando otra dimensión a la historia. Se trata de un vídeo mapping con elementos documentales, lleno de licencias poéticas y efectos visuales que generan, acompañados de la música, momentos muy especiales.

Un total de 11 personas han participado en la creación de ‘Ingenio’, tanto en los trabajos de documentación, construcción de guion y desarrollo de la idea, como en la composición de la banda sonora original, grabación y masterizado de música, la voz en off y la realización de animaciones 2D y 3D, sin olvidar a los bailarines y el diseño de vestuario.

Antes de esta intervención artística sobre la fachada de la Casa Blanca, El Callejón Teatro representará, a las 21:15 horas, la obra ‘El Marqués de Valdecilla. Dos retratos’, sobre la vida y obra de Ramón Pelayo.

EL MARQUÉS DE VALDECILLA. DOS RETRATOS

Escrita y dirigida por Ramón Qu, ‘El Marqués de Valdecilla. Dos retratos’  está protagonizada por Juanjo Paredes, en el papel del Marqués; Ramón Qu como el pintor Luis Figueroa; acompañados por José Mª Páez en el personaje del arquitecto Gonzalo Bringas; Alberto Querol como el doctor Gregorio Marañón; y Ana Pellón en el papel de la sobrina Mª Luisa Gómez Pelayo.

El pintor Luis Figueroa acude puntual, como cada mañana desde hace dos semanas, al rincón de la Finca del Marqués de Valdecilla que ha elegido para desde allí pintar la Casa Blanca. Preso del desaliento, por no haber dado aún ni una sola pincelada, un día, un hombre mayor, vestido con ropas de primeras décadas del siglo XX, le despierta. Se inicia así un diálogo salpicado de sorpresas, malentendidos, encuentros y desencuentros.

El arquitecto don Gonzalo Bringas, el Doctor don Gregorio Marañón, y la sobrina María Luisa Gómez Pelayo, se sumarán alternativamente a la conversación, contibuyendo a condensar los acontecimientos más relevantes de la biografía de don Ramón Pelayo de la Torriente, aquel indiano cántabro que como miembro de la generación del 98 se propuso regenerar y modernizar España, hacerla progresar. ¿Cómo?: «En mi opinión sólo había una manera: crear escuelas, fundar hospitales, apoyar a las universidades, financiar la investigación científica. Escuela y despensa. Despensa y escuela. Ese es mi lema.»

Lo que el Marqués y el pintor exponen y se cuentan conformaría esos dos retratos del título de la obra, uno emmarcado en aquella España, y otro en la de ahora, dos mundos diferentes, claro, pero que exigen una elección: «Esa es la España que yo viví, y ese el camino que yo tomé. Usted verá cuál es su España y cuál su camino.»

Dos vidas que se cruzan, dos memorias que se enfrentan, dos tomas de conciencia. Esa confrontación de historias personales en épocas distintas, provoca que al Marqués le atormente escuchar esporádicamente «voces y gritos», asumiendo así la sombra inevitable de su potente luz.