“No estamos haciendo todo lo posible”: cortejo fúnebre por el verano negro en violencia de género
Con el nombre de las víctimas presente en todo momento (Petra, Marian, Laura, Amal, Adam, Hiba, Juliana Denise, Manuela, Sara Abigail, y las asesinadas en Salou y en Alicante cuyo nombre no se ha hecho público), un cortejo fúnebre ha recorrido el centro de Santander para representar lo que hay, un insoportable incremento de mujeres asesinadas por violencia de género (o niños y niñas por violencia vicaria, aquella que se ejerce de forma indirecta, a través de otras víctimas que también lo son de violencia de género).
Los últimos asesinatos del verano elevan a 1270 las mujeres a las que se ha “arrebatado la vida con todo su pasado, todo su presente y todo su futuro” desde 2003 y a 62 los menores asesinados por sus padres para dañar a sus madres (nueve este mismo año).
Convocadas por la Comisión 8M, el cortejo, de luto riguroso y con fotos de las víctimas, se desplazó desde Cuatro Caminos hasta Delegación de Gobierno para expresar la “deuda” de la sociedad con todas ellas, pero también la autocrítica colectiva al suponer “la prueba irrefutable de que no estamos haciendo todo lo posible”.
Y así, enumeraban todos los entes e instituciones que “no están cumpliendo con sus obligaciones de educar en igualdad, de identificar precozmente las situaciones de violencia de género, de ayudar a las mujeres que como vosotras la sufríais a salir de ella, de protegerlas frente a los maltratadores, de condenar a estos, de sensibilizar y comprometer a toda la ciudadanía”: desde el sistema educativo al sanitario, pasando por la protección social, el judicial, las fuerzas de seguridad, los medios de comunicación, organizaciones políticas o sindicales, el Gobierno y ellas mismas: “tampoco nosotros, sociedad civil”.
“Nosotros y nosotras somos también responsables de vuestra desprotección porque educamos, porque opinamos, porque podemos actuar y muchas veces no lo hacemos, contra las violencias machistas cotidianas que observamos en la familia, en la vecindad, en los grupos de amigos y conocidos, en el trabajo…, porque no exigimos como debiéramos a nuestros políticos un mayor compromiso”, exponían.
“Os rebelasteis y luchasteis, seguramente durante mucho tiempo, contra el machismo de esos hombres y por eso habéis perdido la vida. Sois las heroínas de una lucha justa, de una lucha emancipatoria. Sois las víctimas de la violencia que ejercen algunos hombres contra sus mujeres, ex mujeres, hijos e hijas y otros familiares, en el colmo de la rabia, porque quisisteis ser libres, autónomas y vivir en pie de igualdad con ellos. Estamos en deuda con vosotras”, se dolían desde el manifiesto de la Comisión 8 de Marzo, que reconoce el valor de las víctimas de haber “dado una batalla por todas las mujeres, por la causa de la igualdad, por el derecho de todas nosotras a ser respetadas como personas y como ciudadanas de pleno derecho.”
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