La labor de apoyo al pueblo palestino ante el genocidio que vienen sufriendo por parte de Israel, traducido en la destrucción de escuelas, hospitales o las infraestructuras de ayuda humanitaria, campos de refugiados incluidos, no ha parado durante el verano. Estos meses hemos visto acciones como el baño por Palestina en El Sardinero o el fin de la travesía del Handala, barco que iba rumbo a Gaza para denunciar el bloqueo marítimo que sufre también Gaza, y en el que estaba embarcada la enfermera cántabra Ángeles Cabria, ya en casa.

El mes de septiembre arranca también con citas para que no se olvide lo que está sucediendo allí, en medio del silencio de la comunidad internacional:  esta semana pasará por Cantabria la vuelta ciclista a España, cuya retransmisión televisiva es también un ‘escaparate’ para distintas causas (en anteriores ediciones, el lema de Cantabria Finita). En este caso, la reivindicación por Palestina viene intensificada por la presencia de un equipo israelí, el Israel Premier Tech, que se puede enmarcar en distintas acciones de su gobierno para mejorar su imagen a través del deporte o la cultura (como se criticó también en Cantabria con las actuaciones en Torrelavega de Mayumana).

Desde Interpueblos, que viene impulsando las distintas acciones en Cantabria junto a más colectivos de apoyo al pueblo palestino, se llama a participar en las acciones de boicot a la etapa, que será el miércoles 4, con salida a 14:14 horas en Arnuero y en La Segunda playa de El Sardinero a las 17:20 horas. Se invita a ‘recibir’ al equipo en Arnuero y Santander con banderas palestinas, aprovechando además el impacto mediático de la retransmisión televisiva o la presencia general en medios estatales.

No es el único lugar en que se han convocado protestas: a mediados de agosto, la coordinadora Andalucía con Palestina ya se pronunció en la misma línea, recordando que “Israel-Premier Tech no es simplemente un equipo israelí, sino un equipo creado por y para difundir la imagen de Israel, a modo de “embajadores de Israel y la paz en el mundo”, es decir, un “lavado de cara” que trata de presentar, en sus propias palabras, una imagen “democrática y de libertad” que no encaja con el incumplimiento israelí de las normas más básicas de atención humanitaria en los conflictos internacionales (respeto al trabajo de los medios de comunicación o de las ONGs, la facilitación de la evacuación de refugiados o de entrada de ayuda humanitaria o equipos sanitarios…)

Asimismo, se incide en otra conexión, el patrocinio de La Vuelta por parte de Carrefour, “una multinacional cómplice en los crímenes de guerra cometidos por el régimen Israel”, que “tiene acuerdos con compañías que vulneran las resoluciones de la ONU contra la ocupación de Palestina y dona miles de bolsas de comida al ejército sionista de ocupación mientras asesinan a la población civil palestina”.