La Coordinadora Cántabra de Pensionistas mostró ayer su rechazo a la derogación de la Ley de Memoria Democrática, confirmada por el PP, que contará para ello con el respaldo de Vox, y que se tramitará de urgencia.

El PP impulsa la derogación de la Ley de Memoria de Cantabria a rebufo de la ultraderecha

Los pensionistas se sumaron ayer a quienes defienden el mantenimiento de la Ley. Lo hicieron con la lectura de un comunicado durante la concentración que cada lunes desarrollan en la Plaza del Ayuntamiento de Santander en reivindicación de unos pensiones públicas y dignas.

Tal y como señalan, “ después de una guerra, la historia la escriben los vencedores, y son ellos los quienes construyen o escenifican los momentos históricos que ellos creen que deben ser recordados, mediante monumentos, placas conmemorativas y otras manifestaciones para ilustrar la historia contada por ellos”.

En este sentido, recuerdan, como la generación “que vivió en sus carnes las consecuencias de la posguerra”, que las víctimas de los vencedores han recibido a lo largo de los años  todo el respeto que sus muertes merecieron.

Para la plataforma, la memoria común es “una de las bases de nuestra convivencia”,  y en España es una “asignatura pendiente” ante la falta de investigación sobre los episodios de represión y desapariciones desencadenados por la dictadura militar que representó a los vencedores de la contienda.

“No se trata de reabrir una herida, sino de cerrar una herida no cerrada. Y, en España, hay casi 6.000, entre monumentos, placas conmemorativas, calles con nombres de víctimas de uno de los bandos pero, sobre todo de responsables del desastre de la guerra, con lo que tratan de mantenerlos vivos en nuestra memoria. Ninguno de las víctimas del bando de los vencidos”, señalan, llamando la atención sobre que “cuando se quita la denominación de una calle dedicada a un militar golpista que traicionó su juramento de respeto a la ley y a las instituciones, no se trata de eliminarlo de nuestra historia, de lo que se trata es de que no sea un modelo de comportamiento para las generaciones venideras”.

En definitiva, es una cuestión que tiene que ver con “qué referentes queremos ofrecer a la sociedad para recordar”.