Representantes de la asociación de vecinos Pombo-Cañadío, que lleva años denuncian los ruidos en la zona y que se ha convertido en una de las voces de alerta sobre el proceso de turistificación intensificado en los últimos años, se reunieron la semana pasada con miembros del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Santander, que informó de los avances del Plan contra el Ruido.

Según explicó el Ayuntamiento, dotará próximamente de presupuesto a las actuaciones de 2025 e iniciará, antes de que acabe el año, la modificación de la ordenanza municipal del ruido para evaluar y declarar las Zonas Acústicamente Saturadas.

Desde la asociación vecinal valoraban el diálogo “constructivo” y constataban avances “reales” (el más destacado, ta, vez, que hay “voluntad política” en el equipo de Gobierno), así como un cumplimiento “adecuado” de la moción que al respecto se aprobó el pasado mes de marzo. No obstante, matizan que les gustaría “un ritmo más rápido y unos plazos más cortos”.

“Es muy importante que el equipo de gobierno municipal reconozca que el Ensanche tiene un grave problema con el ruido que es necesario abordar de forma urgente por mandato legal y por salud pública”, señalan desde la asociación, que ha solicitado que todo el Ensanche de la ciudad se declare como ZAS (Zona Acústicamente Saturada, una declaración que va acompañada de medidas para reducir el ruido, considerado un problema de salud pública por su incidencia directa en el sueño o descanso).

De hecho, indican la existencia de al menos 13 puntos de conflicto donde se superan los niveles de ruido permitidos por la normativa vigente. Estas zonas se extienden desde el norte, en el Río de la Pila, hasta el sur, en el Paseo de Pereda, y desde el oeste, en la zona del Arrabal y la Calle del Medio, hasta Casimiro Sainz.

Al respecto, la Asociación ha subrayado que, si alguna área del Ensanche pretende quedar fuera de la declaración ZAS, deberá acreditarse mediante estudios técnicos el cumplimiento de los valores límite. De lo contrario, solicitan que se declare toda la zona como ZAS.

En todo caso, confían en que si todo evoluciona según lo planteado, Santander pueda tener una Zona Acústicamente Saturada en el año 2025. Eso sí, advierten de que “estaremos pendientes y muy vigilantes en el cumplimiento de los plazos y los compromisos adquiridos”

En la reunión, también mostraron sus quejas sobre los conciertos que organiza el propio Ayuntamiento en la zona de Cañadío, generando más ruido sobre el que venían denunciando, a lo que el Consistorio les respondió asegurando que no programarán nuevos conciertos.

En la reunión, por parte del Ayuntamiento participaron  la concejala de Medio Ambiente, Margarita Rojo, y la responsable municipal de Barrios, Lorena Gutiérrez, que detallaron sus líneas de trabajo: la gestión y control del ruido ambiental; la sensibilización, divulgación y educación contra la contaminación acústica; y la gestión municipal para la mejora frente al ruido.

Para ello, antes de que finalice el año, se llevará a cabo una audiencia a los vecinos a modo de información pública previa para recibir sugerencias y alegaciones.

Rojo ha remarcado que, a pesar de que el ruido de ocio no es una fuente de ruido a evaluar dentro de lo exigible para un Mapa Estratégico de Ruido según la legislación vigente, “el Ayuntamiento de Santander está comprometido con los vecinos y por ello se encuentra estudiando las molestias generadas por el ruido de ocio en las zonas más problemáticas de la ciudad y las medidas a implementar””