Cine sin niebla se matricula en la Universidad Internacional de Verano, el “sueño” republicano del que viene la UIMP
El ciclo Cine sin niebla de la librería y espacio de cultura crítica La Vorágine ha evolucionado de las proyecciones a las charlas y rutas sobre los episodios menos conocidos de la historia local, en un proyecto seleccionado por Santander Creativa.
Tras el acercamiento de la semana pasada a la obra de Luis Quintanilla, autor de los frescos pacifistas del Paraninfo de la UC –comparados con el Gernika por su mensaje contra la guerra y por ser un encargo de la República para una exposición internacional, además de por estar décadas fuera de España–, en esta se profundiza en una parte menos conocida de uno de los iconos locales, los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que se celebran fundamentalmente en el Palacio de La Magdalena.
Si ya todo el recinto viene avanzando en una mirada distinta gracias a esfuerzo como el del profesor universitario Alberto Santamaría, la Plataforma por la Memoria o La Surada Poética que recordaron que allí hubo un campo de concentración franquista para presos políticos…
«El campo de concentración de la Magdalena es algo muy trágico, muy tétrico y muy poco estudiado»
El campo de concentración de la Magdalena fue pionero para el franquismo
…ahora se recuerda que el clásico de los veranos santanderinos, la UIMP, no hubiera sido posible sin la reconocida apuesta por la educación que hizo la II República, con hitos como La Barraca de Lorca (que pasó por Santander, cuyo secretario Rapún está enterrado en Ciriego) o las Colonias Escolares (que hubo en San Vicente de la Barquera), entre otras.
El sábado 26 a las 11 horas se ha organizado una visita que arrancara en Caballerizas del Palacio de La Magdalena –es donde venían celebrándose las fiestas de la UIMP, por ejemplo), de la mano de Andrea Puente, directora de la Fundación Gerardo Diego,
En ella se recordará la creación en 1932 de la Universidad Internacional de Verano de Santander, heredera “compleja” de los cursos de verano para extranjeros de la biblioteca Menéndez Pelayo.
Allí, en la Universidad que tenía como secretario al poeta Pedro Salinas, se congregaban los mejores expedientes y los mejores profesores (llegó a dirigir un curso –o no- Schrödinger), en la que actuó La Barraca (la compañía teatral de Lorca que llevó el teatro clásico por todo el país), de la que emanó una programación cultural complementaria germen de lo que hoy es el FIS y que acabó abruptamente por el estallido de la Guerra, para volver, ya en pleno franquismo, reconvertida en UIMP, dentro del empeño del régimen de convertir a Menéndez Pelayo en un referente ideológico conservador, –a falta de ideas propias más allá de las importadas del fascismo italiano o la vinculación con el catolicismo-. Lo cierto es que las recientes celebraciones del 90 aniversario de la UIMP fijaban su nacimiento con la UIV.
La directora de la Fundación Gerardo Diego, que custodia el legado de este poeta santanderino, que fue profesor de la UIV de 1933 a 1935, explicará la relevancia de aquella experiencia y cómo la guerra atravesó a una generación empeñada en elevar el nivel educativo y cultural de España.
Hay otra cita en torno a Cine sin Niebla esta semana: el miércoles, a las 19.30 horas, la conversación ‘Imágenes para una memoria colectiva’, en la que Juan Carlos Fernández, de Ruido Interno, y Vicente Vega Cobo, realizador audiovisual que se ha encargado de varios trabajos en torno a la memoria colectiva, charlarán sobre las formas de captar y transmitir la memoria.
Otras citas de la semana en La Vorágine girarán en torno al feminismo y los feminicidios.
Así, el martes 23 a las 19.30 horas se abordará ‘El sistema feminicida y la telaraña de poderes, con Emanuela Borzacchiello.
Es la autora de ‘rExistimos! El feminicidio y la telaraña de poderes», de la editorial Bajo Tierra, en la que relata la historia del feminicidio como una categoría nacida políticamente desde la frontera de Ciudad Juárez y desplegado desde los feminismos latinoamericanos y caribeños.
Esta invención conceptual está ligada a una búsqueda de justicia impulsada por luchas de mujeres que denuncian, buscan, pelean, duelan y colectivizan su dolor. Se trata de una categoría que emerge desde abajo y desde el Sur y que llega al Norte con esa carga de politicidad e incluso modifica la lengua más dura: los mismos códigos penales. «La reconstrucción histórica de la categoría adquiere así el sentido de ser un ejercicio de despatriarcalización y descolonización», nos explica Emanuela.
Y el jueves 24 a las 19.00 horas habrá una cita del grupo de lectura MIRERA (MIgrantes REfugiadas RAcializadas), colectivo de mujeres que pone el acento en la diversidad, las situaciones de racismo asociadas a la discriminación y violencias que sufren las mujeres y la vinculación entre machismo y colonialismo (el pasado 12 de octubre protagonizaron una acción de desmontaje de los mensajes blanqueadores del Imperio español).
Para poder participar se aconseja inscripción previa en este enlace https://docs.google.com/forms/d/1pD6t-bh9FtBl5Wj5wj1_TtP7G1-90D7vskg5-5J_ZcE/edit