A las puertas de su novena edición a finales de este mes de noviembre, el Infest se ha convertido ya en una cita ineludible año tras año para todos los asiduos a la escena musical santanderina. No contentos con el trabajo de mantener esta propuesta de festival autogestionado, sus creadores se han lanzado a la aventura con Infest Discos, un sello discográfico destinado a la promoción de bandas locales.

La primera referencia de esta nueva odisea ha sido El Canto del Cisne, álbum con el que se estrena también la discografía de PIS, el nuevo proyecto de base synthpop de Alex Pis. El pasado sábado acudimos a su concierto de presentación en la sala Niágara, acompañado por Las Yhadys.

Con un disco de título homónimo recién estrenado y también en pleno proceso de presentación del mismo, Las Yhadys eran los encargados de abrir la noche. Formada por Estefanía Muriedas al sintetizador y voz principal, Sergio Gómez a las guitarras y Jose Gandarillas al bajo, esta banda es una de las que más se está haciendo notar actualmente en el contexto de la escena local.

Acompaña además a este LP una clara evolución de su sonido en directo, que ha pasado de la concepción pop sencilla y más guitarrera de sus primeras referencias, a una maravilla de ambientes etéreos y espaciales en los que los sintetizadores de Estafanía brillan más que nunca en canciones como “Mi Mood” o “No Vuelvas, por Favor” con la que arrancan. No olvidan el espacio para la reivindicación de la escena local con el humor de “Madrid”, y momentos más guitarreras como los de “DJ” o “Hipotécate” de permanente actualidad.

Con la sensibilidad pop de la preciosista “Gracias Muchas”, llega la despedida ante una sala casi llena por un público que, a excepción de las primeras filas, hubiera podido ser algo más respetuoso con la propuesta de la banda, ganándose en esta ocasión el “aprobado por los pelos”.

Las Yhadys. De izquierda a derecha: Sergio Gómez, José Gandarillas y Estefanía Muriedas. Fotografía: Julia Bermejo

Terminado el descanso, unos fríos focos azules se encienden a la espera del anfitrión de la velada. A nadie que conozca mínimamente la escena musical santanderina le ha podido pasar desapercibida la trayectoria de Alex Pis. Desde su etapa más hardcore/punk con Mairrollosnouta, el post-punk de Ídolos del Extrarradio o el synthpunk de The Driver; en PIS se nos presenta ahora a la manera de un indiscutible “predicador techno” en cuyo imaginario caben tanto la esencia de un Nick Cave como la oscura rabia de unos Kap Bambino o lo castizo de unos Gabinete Caligari, sin que el conjunto pierda nunca la coherencia ni el motor contestatario que a menudo predomina en sus canciones.

De traje ante su Korg MS-10 y un ordenador con el que dispara las secuencias, PIS nos escupe a la cara las canciones de El Canto del Cisne, haciéndonos partícipes de su universo más personal en “Altamar” u obligándonos a mirar ante nuestro propio espejo social en “Baratijas” sin perjuicio de momentos de baile como el de “Jaguar” con la que el público se lanza. Mención especial a Marina Iñesta de Repion, que no pudo acompañarle esta vez en la estupenda “10.000 Años Luz” con la que ambos han compartido voces y videoclip.

Finaliza entre el aplauso general y agradecimientos hacia Infest y todos los amigos y compañeros que han colaborado en la gestación de este LP que sin duda en la noche del sábado se volvió a la casa de unos cuantos, entre ellos quien suscribe estas palabras.

Alex Pis frente a sus sitnetizadores. Fotografía: Julia Bermejo.