Adrián Hinojosa, persona con discapacidad: «vivo de alquiler. Si mi casera necesita un día el piso, ¿qué va a ser de mí?
El 3 de diciembre es el Día de las Personas con Discapacidad. Eso son muchas historias que se pueden poner en valor, por lo que supone de reto personal, por las dificultades añadidas o por la discriminación que siempre ha existido y que sigue existiendo.
En Cantabria tenemos todo un ejemplo en Adrián Hinojosa, una persona muy activa, que se apunta a practicar un montón de deportes, que ha ganado varias medallas en España y que incrementa el tamaño de sus retos deportivos. Pero tiene una vida con dificultades y su empeño constante es el de visibilizar estas situaciones.
Hinojosa ha tenido que pelear mucho en el ámbito laboral. Ahora sí tiene trabajo, pero siempre parece tenerlo más complicado que otros. Y refleja una realidad que está en boca de muchas personas hoy en día: la vivienda. Se están viendo manifestaciones en varios puntos de España en los últimos meses que exigen un modelo diferente, limitando los alojamientos turísticos para que haya más posibilidad de conseguir alquilar una vivienda habitual.
Este deportista también vive en la incertidumbre: «vivo de alquiler. Si la dueña necesita el piso, ¿qué va a ser de mí?», dice en una entrevista concedida a EL FARADIO. Muchas familias podrían hacerse la misma pregunta, teniendo en cuenta lo que están subiendo los alquileres en los últimos tiempos. Si hay que buscar otra cosa, es posible que no se pueda encontrar nada al mismo precio.
Hinojosa refleja que él no está acostumbrado a tener una situación laboral estable, y ya tiene 30 años. Por lo tanto, asiste al debate social, muy enfocado en los jóvenes y sus posibilidades de emancipación, pero él destaca las dificultades de las personas con discapacidad. «Yo no puedo pagar un piso de 700 euros», sentencia.
Quiere independencia, como cualquiera, pero cree necesario que las administraciones piensen en esta cuestión. Él se esfuerza en visibilizar a personas con discapacidad, y el tema de la vivienda también acuciante para ellas. Y se queja de que es un aspecto que no se aborda nunca, tampoco en los medios de comunicación.
Está acostumbrado a que le feliciten por su labor de visibilización y por sus hazañas deportivas, que también tienen esa misma intención. Reivindica que las personas con discapacidad también merecen calidad de vida, y por eso es fundamental conocer las limitaciones de cada uno. Por ejemplo, Adrián se crió en un centro de menores y no tiene una familia que le pueda ayudar para comprar o alquilar una vivienda.
También relata que acudió a un centro educativo de Laredo para dar una charla con alumnas y alumnos con discapacidad. Una experiencia muy enriquecedora, por lo que podía aportar, pero también por lo que podía aprender él mismo, conociendo a personas con una discapacidad diferente a la suya.
Y ya está pensando en su próximo reto atlético. El año pasado fue corriendo desde Santander hasta el Monasterio de Santo Toribio de Liébana en cuatro etapas. El año que viene le gustaría ir desde la capital cántabra hasta Santiago de Compostela. Un reto mucho más difícil, que supondría hacer entre 18 y 20 etapas, pero todo sea por visibilizar las dificultades que padecen muchos y muchas como él. Para que esto pueda llevarse a cabo, como siempre, necesitará del apoyo de patrocinadores. Su puerta está abierta.