El Infest cierra su novena edición con dos noches espectaculares

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Durante los pasados viernes 22 y sábado 23 de noviembre tuvo lugar la novena edición del festival Infest del que hace unas semanas tuvimos la oportunidad de charlar con sus organizadores, Fran y Rober, en esta entrevista. Por ello no podíamos dejar pasar la oportunidad de acercarnos a compartir estos días con ellos y disfrutar de esa selección de bandas que con tanto cariño han escogido para la ocasión.

 

Viernes 22 de noviembre – Rock Beer The New

La jornada del viernes comenzó con la noticia de que Ósserp, uno de los cabezas de cartel, no iban a poder tocar en el festival por motivos de salud. Sin embargo, lejos de pensar en cancelaciones, la organización del Infest encontró durante la mañana, no una, si no dos bandas para cubrir el hueco de los catalanes.

Y así empezó el asunto, con media hora de margen para que llegasen los rezagados, Bifäz se subió al escenario del Rock Beer the New. Desde sus inicios en la pandemia su propuesta se ha concretado y pulido. Sludge, doom, stoner y un algo en la voz que te lleva a pensar en Matt Pike si cierras los ojos. Ahí es nada. La media hora larga se pasó volando y nos dejó con ganas de escucharlos con más tiempo cuando presenten oficialmente “Extinción”, su próximo LP anunciado esa misma mañana en sus redes sociales.

Ya con una entrada de público respetable le llegó el turno a Triskelion, que se presentaron en forma de trío para ofrecer su segunda actuación en directo. Los del valle del Saja sonaron a Mayhem, a Venom y a Burzum. Sucios, pero entendibles, intercalaron medios tiempos boscosos con partes más rápidas con las que las melenas empezaron a moverse. Antes de marcharse anunciaron que pronto podríamos escuchar su primer disco “Triumph of Misantrophy”, dejando el ambiente caldeado para la llegada de Boneflower.

El trío afincado en Madrid no probó, ni falta que le hizo. Se notaron las tablas, las giras interminables y la presencia en salas y festivales de toda Europa. No en vano, el concierto de Boneflower fue explosivo. Tienen una presencia escénica imponente y durante los cuarenta minutos que duró el show no fue raro ver a una o dos personas del público sobre el escenario ayudándoles a recolocar partes de la batería que desencajaban constantemente con sus aspavientos. Sonaron varios temas de su último “Armour”, presentaron alguna canción nueva y ya, cuando pensábamos que no la iban a tocar, cerraron con “Aching absence”. Que vuelvan mañana mismo.

Difícil papeleta la de Opposer. Cerrar un festival tras un huracán como el de Boneflower no debe de ser nada fácil. Pero la veteranía es un grado y sabían que tenían al público con ellos. No hubo desbandada al terminar el grupo “de fuera” y Opposer arrancaron con una sonrisa en la boca. Descarga de thrash y death metal de la vieja escuela. Consiguieron un pogo casi constante mientras repasaban temas clásicos y, sobre todo, de su más reciente trabajo “R3cod3d”. Cansados, pero muy contentos, nos marchamos a descansar para la segunda jornada del festival.

 

Oposser descargando su trash metal en el New. Fotografía: Infest

Oposser descargando su trash metal en el New. Fotografía: Infest

 

Sábado 23 de noviembre – Sala Niágara

Tras el improvisado cambio del viernes, la segunda jornada del festival arrancaba sin sorpresas de última hora el sábado en la sala Niágara. Con la ya clásica espera de rigor para los rezagados entre la apertura de puertas y el comienzo del primero de los conciertos, Los Aviones hacían entrada en escena para abrir la noche.

Aunque no son una banda que se muestre muy a menudo en los escenarios, durante los últimos meses es la segunda vez que hemos tenido ocasión de poder verlos en directo, y sin duda también la confirmación de que Los Aviones molan. En su línea de hacer un montón de cosas guays nos ofrecieron una hora de su powerpop divertido, animado y para todos los públicos como es marca de la casa. Y con ello nos cargaban las pilas al máximo para lo que venía a continuación.

Apenas haría falta presentación a estas alturas para una banda como The Pulsebeats. Estos queridísimos locales con unos quince años a sus espaldas nos hicieron un repaso por su nada desdeñable discografía de tres álbumes y un EP. Con su rollazo californiano fueron también los culpables de los primeros pogos entre un público que ya iba anticipando las tremendas ganas de pasarlo bien. Después de verlos solo quiero volver al instituto, tener una fiesta de graduación a la americana y que ellos sean los encargados de hacer que comience el baile.

Turno para Belako, uno de los conciertos más esperados de la noche. He de confesar que, a pesar de simpatizar del todo con su planteamiento, nunca he sido un gran seguidor de esta banda. Y en cualquier caso es innegable que estos vizcaínos tienen un directo arrollador y una sintonía bestial que hizo las delicias de un público que ya abarrotaba la sala, completamente entregado a su demoledora propuesta. Un momento de la noche especialmente emotivo bajo la premisa de estar viendo en el festival de nuestros colegas a una banda que algunos años antes veíamos actuar en el Santander Music.

El broche final de los conciertos lo ponen Kokoshca. En plena gira de presentación de su último disco, “La Juventud”, esta formación originaria de Pamplona cuenta ya en su discografía con una más que envidiable colección de himnos coreados durante años por toda la península. Y el cierre del Infest no podía ser menos, porque a pesar de algunos problemas técnicos: nada puede parar a esta apisonadora de trallazos pop que caen uno tras otro mientras nos desvivimos ante la idea de que “nunca seremos tan jóvenes como hoy” con la que la banda nos invita a dejarnos llevar. Y vaya si lo hacemos. Entre bailes, coros y saltos que terminan con su guitarrista Iñaki en volandas entre el público, el final en la sala Niágara termina por todo lo alto.

Agradecidos y contentos, tanto público como miembros de las bandas nos dejamos caer finalmente por una sesión de música a cargo de algunos de los asistentes en el pub Zappa de la calle del Sol. Allí compartimos las últimas cervezas de la noche entre canciones, mientras comentamos las estupendas sensaciones del fin de semana. Y es que aunque el cinismo nos lleve alguna vez al recuerdo de esta escena de Pulp Fiction, noches como esta nos devuelven a nuestras casas felices, y con la sensación de que apoyar, participar y cuidar de nuestra escena local merece la pena.

 

Kokoshca levantándo al público del Niágara. Fotografía: Julia Bermejo

Kokoshca levantándo al público del Niágara. Fotografía: Julia Bermejo

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