Una plaza de toros llena de cadáveres apilados, miles de personas bombardeadas cuando huían de la guerra, entregando sus niños a quien pudiera salvarlos: y otros miles de niños embarcados en un barco gigante para no volver a ver jamás a sus madres….Sucedió en Badajoz, Málaga o Bilbao, y la descripción de los hechos alcanza dimensiones de tragedia épica.

A la propia dimensión de los hechos de la Guerra Civil española, que ha inspirado imágenes colectivas de creadores tan impactantes como el Gernika de Picasso, suma David Uclés (Úbeda, 1990) el legado literario del realismo mágico, la veta que popularizó universalmente Gabriel García Márquez y que permite acercarse a la realidad desde la fantasía porque el  mundo real a veces tiene difícil encaje en la lógica y también porque la imaginación puede permitir contar mejor emociones e historiales reales.

‘La península de las casas vacías’ es eso, realismo mágico para contar una Guerra Civil en una novela con vocación de “novela total” que atraviesa, a través de una familia, generaciones y pueblos de la península –matiz importante, en el libro se habla de Iberia- para describir el impacto de la guerra muy pegado al terreno.

La novela se nutre de las historias de la familia de Uclés, natural de Úbeda (Jaén), y de sus viajes por toda la Península para ‘poner’ paisaje y rostro a la cartografía bélica, recogiendo en el camino una tradición oral  de historias populares que conectan la historia con una religiosidad vivida desde el arte o la superstición más que desde la fe, en una suerte de costumbrismo mágico.

‘La península de las casas vacías’ es fruto de 15 años de trabajo de campo y redacción que han estallado en los últimos meses en un éxito de venta y crítica publicado por Siruela, un fenómeno que “está siendo precioso” que le está poniendo en contacto con lectores y libreros de todas partes: esta misma semana, el martes, le tenemos en la Bibliodega, una experiencia de Librería Gil en colaboración con la UC –previa inscripción-  que junta al autor y quienes estén disfrutando de sus páginas en una experiencia que mezcla literatura, contacto y vino.

Durante estos meses, está conociendo a personas que vivieron de cerca historias que aborda en la novela: desde el bombardeo de Gernika a uno de esos bebés que embarcaron en Bilbao para salvarles de la muerte, tal y como cuenta en conversación con EL FARADIO.

Todo se cuenta a base de imágenes “oníricas” y “coloridas” que prenden en la retina y que constituyen un desafío a la creatividad del autor y la imaginación del lector: hablamos de cuerpos llenos de arena, de pozos que traen voces lejanas, de lutos que se viven pintando edificios, de personajes que hablan del escritor, un narrador que se dirige al otro lado del libro, que compite con Dios y que es omnisciente, aunque no siempre omnipotente.

‘La península de las casas vacías’ tiene una premisa que para Juan Uclés es fundamental, el respeto a las víctimas, y aúna el relato de la ‘guerra entre hermanos’ con el de la “mecha” del golpe de estado fascista (a menudo presentados como, cuanto menos, distintos)

“En este país cuesta escuchar al otro y decir que lleva la razón: primero regurgitas tus ideas, que son contrarias a otro, y luego ya debates”, explica, en una tendencia que ve más en debates políticos que en la sociedad, instando a “culturalmente quitarnos ese traje” de la polarización aplicada a la política.