Tomamos algo con Nulxx, cabeza pensante de Trvzt, una propuesta autogestionada que cumplirá su noveno aniversario en la Sala Niágara de Santander el próximo sábado. El Último Vecino, PerarnauIV + Drama (proyecto de Zahara y Martí Perarnau) o Yahaira son algunas de las bandas y DJs que participarán en la celebración de esta especie de híbrido entre el pop y el club que sobrevive con el desparpajo de quien no envejece.

– Lo primero de todo, felicidades por estos 9 años. Dicen que con los años se va perdiendo el tono muscular, salen arrugas y va perdiéndose pelo en algunos casos, ¿cuál es la receta para conservar la frescura en un región como Cantabria durante tantos años?

Lo cierto es que la frescura la hemos mantenido porque hemos ido por etapas, nosotros paramos una temporada. Tras el Freeworld en Torrelavega y la cancelación del segundo Sunshine Suances acabamos un poco quemados y decidimos parar, luego hemos hecho alguna fiesta puntual en verano, en plan local y tal. Pero cuando hemos retomado esto es hace tres años, tras la pandemia y ya más asentados económicamente. De esta manera, podemos asumir ciertos riesgos que antes no podíamos. Hicimos una primera en el Krocker en Torrelavega que no terminó de convencernos del todo como primera toma de contacto y después surgió la posibilidad de traer a Nahoomie al Niágara y desde entonces están saliendo todas adelante y enganchando a gente joven que viene con muchas ganas.

– ¿Cómo llega Trvzt a la gente?, ¿qué es Trvzt?

Lo cierto es que mucha gente lo conoce por haber traído a gente como C. Tangana o Yung Beef. Mucha gente se ha reenganchado, ya habían venido de más jóvenes y ahora han vuelto. Conocen las ediciones pasadas y a la gente que ha participado en ellas, también hay chavales que ves en Lanna o Sonora y que agradecen no tener que irse fuera para ver a ciertos DJs. Trvzt siempre ha sido una reunión de colegas y un punto de encuentro para la gente

– Con el anuncio de El Último Vecino como plato fuerte las expectativas están muy altas, ¿cómo se están viviendo los días previos?

Pues da la casualidad de que es prácticamente el mismo cartel de la primera Trvzt. La verdad es que rememorando el tema de los riders, los amplis y la batería se me quitan las ganas de traer grupos. Ahora los vivimos un poco más tranquilos, desde que la mayoría vienen con un pen drive (risas).

– Profundizando un poco más en vuestra historia. A lo largo de los años se ha producido un ligero cambio en la línea editorial, lo que comenzó siendo una fiesta mayoritariamente indie en sus primeras ediciones ahora ha virado hacia una vertiente más de club. ¿Qué ha cambiado?

Esto empezó siendo una fiesta de electrónica, yo organizaba ya eventos en La Casa Encantada sin ser Trvzt, hicimos una fiesta con Vallés y Yahaira y fue una locura, entonces decidimos poner una entrada. Quizá la vertiente más indie o pop la ponía mi socio Chicho (Cradock) y con él encontrábamos ese equilibrio entre lo indie y lo que me gustaba más a mí del trap o la electrónica, pero sin duda el éxito de todo esto es que siempre ha sido una paella. ¿El cambio? Quizá las producciones ahora sean más costosas en cuanto a pasta, riders y demás. La electrónica era el salto que teníamos que dar sobretodo por la comodidad, también Chicho fue padre y tuvo que dejarnos, eso supuso también que las cosas cambiaran, claro.

– ¿Existe realmente una comunidad en torno al clubbing sólida en nuestra región?

Para nada. Siempre están las típicas historias de patio de colegio. “Yo no voy a esto porque este no me cae bien” o “No te llevo a pinchar porque no me has llevado tú”. El verdadero clubbing son la gente que te echa una mano cuando montas una movida, te ayudan a cargar con cosas, etc.

– Volviendo un poco a la pregunta anterior, la situación respecto a espacios para el desarrollo de este tipo de propuestas cada vez es más precaria a pesar de que existen diversos colectivos que están tratando de crear un tejido de apoyo. Desde tu perspectiva como promotor e incluso como un espectador más, ¿es el futuro tan negro como se pinta?

Han caído salas en todos los sitios. Aquí siempre han sido desconfiados, ahora más. Existe un estigma alrededor de la electrónica en la institución, sin embargo luego vas al Brunch Electronik y está petado. Entonces, ¿qué se está vendiendo? ¿la marca? ¿la música electrónica? La electrónica no la vendes aquí y más en entornos públicos. No tienen ningún tipo de cultura. Nuestro paso lógico sería hacer algo más grande en un espacio más grande, pero sin confianza y ayuda es dificilísimo. Sitios hay cientos, pero te tienen que dar la oportunidad.

– Entonces, ¿cuánta vida le queda a Trvzt? ¿habrá décimo aniversario?

De momento nos hemos metido en una buena embarcada para el 2025, tenemos cerrado hasta abril. Al décimo aniversario llegaremos. Yo sí que es verdad que tengo que quitarme la espina de haber suspendido el festival, sólo por lo mal que lo pasé. Ahora tengo una gente alrededor con la que podría hacer algo, pero vamos poco a poco. La ilusión está intacta, somos unos motivados.