Noa Calderón es de Torrelavega, y Lucía Báscones de Los Corrales de Buelna. Este es el municipio donde está la Escuela de Baila Yolanda Cano, que es el lugar donde las dos entrenan y realizan el gran esfuerzo necesario para poder lograr un éxito como este.

El pasado 1 de diciembre es cuando ellas dos lograron ser las campeonas del Mundo. En categoría Junior, porque apenas tienen 15 años. Y lo consiguieron en la manchega Guadalajara. Por primera vez, este Campeonato se celebraba en España, y por sorteo se sabrá dónde se disputa en próximos años.

Esta es una cuestión esencial. Para participar en un Campeonato como este, los y las bailarinas tienen que costearse todo, y eso lo hace especialmente complicado para sus familias, si es que el Campeonato se celebra lejos, no digamos si hay que cruzar un océano. No solamente son los viajes. Cada vestido que llevan a la competición cuesta entre 300 y 400 euros.

El 1 de diciembre se produjo el éxito, pero para llegar hasta ahí, esta pareja cántabra ha tenido que trabajar muy duro. Las dos llevan bailando desde los 4 años. Han probado diversas modalidades, y hace un año decidieron dedicarse a la Bachata en concreto.

No paran de entrenar. Es verdad que la gran mayoría del tiempo hacen el entrenamiento individualmente, y se juntan una hora a la semana para ensayar juntas. Pero por su cuenta el esfuerzo es diario para llegar con la mejor preparación.

Tuvieron que presentarse a cuatro competiciones para poder inscribirse en el Campeonato de España. Ese fue el gran hito anterior, pues salieron campeonas el pasado mes de junio. A partir de ahí, empezaron a preparar el Mundial.

Hay que tener en cuenta algunas normas. Por un lado, que no vale cualquier tipo de coreografía. Hay que armarla y presentarla para que se certifique que es válida, para evitar una sorpresa desagradable que tire por tierra todo el trabajo. Dependiendo de dónde se celebre el Campeonato, las normas pueden cambiar.

Además, el baile de cada pareja tiene un tiempo estipulado. en el Campeonato de España debe durar un minuto y 37 segundos. En el Campeonato del Mundo, dos minutos y 40 segundos. Esto tiene sentido porque se tienen que pasar muchas eliminatorias y hacer bailes más largos supondría que las parejas que más avanzan en el torneo acabaran exhaustas.

Con todos estos requisitos se llega hasta el día de la competición, donde un pabellón se engalana y se rebosa de público para asistir a algo que es todo un espectáculo. Por la calidad del baile, la puesta en escena y el foco puesto en las artistas, que compiten en modalidad femenina y mixta. Pero bailan sin tocarse, como si se tratara de un ejercicio de natación sincronizada, pero fuera del agua.

El esfuerzo que se hace desde la niñez suele dar sus frutos. A veces, da resultados maravillosos. Noa y Lucía se han convertido en las mejores del mundo, con la esperanza de poder seguir compitiendo y hacer lo que más les gusta. Bailar.