De pueblo a pueblo: un documental retrata cuando Cabezón de la Sal llenó de humanidad las banderas
Sucedió en abril y fue en Cabezón de la Sal, un pueblo y una comarca que viene demostrando desde hace tiempo tener un poso muy activo de sociedad civil, participación y reivindicación, con referentes como la red Entretejiendo Saja, sus centros educativos –de los primeros en anunciar que se sumaban a los encierros docentes en réplica o Ruta6, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs.
Tenía que ser allí, donde un grupo de vecinos inició las vigilias semanales en solidaridad con la población de Gaza –y el pueblo de donde es una de las cántabras que embarcó en el Handala, el barco que fue rumbo a Palestina para denunciar el bloqueo marítimo y llamar la atención sobre la situación de la infancia-, donde se organizase un multitudinario evento, en cuanto a organización, implicación y asistencia, para ayudar a las y los gazatíes y sensibilizar sobre una invasión que, frente a los relatos que ponen el marcador a cero hace poco más de un año, viene fraguándose décadas.
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Un documental ya disponible en You Tube repasa no sólo lo sucedido ese día, en que en el Parque Conde San Diego se creó un espacio amable de encuentro entre personas con la misma sensibilidad por los derechos humanos, sino el trabajo previo que consiguió en tiempo récord movilizar a decenas de voluntarios, implicar al comercio local de Cabezón de la Sal, sumar a un buen ramillete de artistas y utilizar el arte o el deporte –con una carrera popular- para contribuir a la causa.
El resultado, la asistencia de 2.500 personas de toda Cantabria y fuera –incluso acudió la ministra de Juventud, Sira Rego, de origen palestino– y la recaudación de 27.500 euros de ayuda a la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas que atiende desde hace décadas a la población refugiada.
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El documental, dirigido por el cineasta de Cabezón Aitor Sánchez Smith –un realizador que sabe lo que es acumular premios en festivales de todo el mundo o la mención especial del jurado en el Festival de Cine de Málaga con un documental que trata precisamente sobre los frutos del trabajo de ayuda educativa en Nepal que hace desde Cabezón Ruta6— repasa lo que puede considerarse de un ejemplo organizativo de la mano de personal que estuvo en la organización, activistas de organizaciones internacionalistas como Interpueblos –que junto a Amnistía Internacional tuvieron presencia en los puestos informativos del festival–, referentes como Yayo Herrero, activista ecofeminista afincada en la zona; o artistas participantes como Javi Lost o La Mala Hierba.
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En una de las escenas del documental, un grupo de vecinas de Cabezón de la Sal muestra una bandera palestina. Cuando la cámara se acerca, se comprueba que en lugar de telas convencionales, se ha confeccionado a base de ropa. Una forma de darle a las banderas una capa de humanidad, porque, como recordaba Raquel Martí, responsable de UNRWA en España, invitada al festival, lo de Gaza –el exterminio retransmitido y programado que no respeta hospitales, colegios, ambulancias o campos de refugiados ante la pasividad de la comunidad internacional frente a los ataques israelíes- no es una crisis humanitaria, sino “una crisis de humanidad”.