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Bombas en los estrenos y censura en los despachos contra ‘Camada negra’, la película de Gutiérrez Aragón que describió la pervivencia de los grupos fascistas tras la muerte de Franco
El estreno de Camada negra en 1977 se convirtió en uno de los episodios más tensos de la Transición española en el ámbito cultural, que acaba de ser objeto de recuerdo en el primer mes de los actos de España en Libertad, con los que el Gobierno central quiere hacer memoria de los avances en España a raíz de la muerte del dictador Franco, con motivo del 50 aniversario.
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La película, que retrata la persistencia del fascismo tras la muerte de Franco, fue objeto de ataques violentos en los Cines Luchana de Madrid, donde sufrió un atentado con explosivos y posteriormente un asalto con cócteles molotov. La policía detuvo a dos estudiantes relacionados con estos ataques, aunque no se esclareció del todo su implicación ni la posible vinculación con grupos organizados.
Su representación cruda del fanatismo y la violencia generó reacciones hostiles de grupos ultraderechistas, que intentaron sabotear la cinta, evidenciando que la violencia que se denunciaba en pantalla seguía presente en la sociedad de la época.
La película fue retenida inicialmente por la Dirección General de Cine, pero su reconocimiento en el Festival de Berlín, donde Gutiérrez Aragón ganó el Oso de Plata a la mejor dirección, contribuyó a su estreno en España en septiembre de 1977.
El impacto de ‘Camada negra’
Camada negra es un drama que narra la historia de Juan, un joven criado en un entorno ultraderechista que es moldeado por su madre, Blanca (interpretada por María Luisa Ponte), para abrazar la violencia como medio de acción política.
La película expone cómo los ideales fascistas sobrevivieron tras la muerte de Franco, mostrando cómo se perpetúan a través de la educación familiar y el entorno social.
La dirección de Gutiérrez Aragón y la fotografía de Teodoro Escamilla crean una atmósfera opresiva que refuerza la tensión psicológica de la historia.
El film comienza con un ataque a una librería de izquierdas, hechos que fueron recurrentes y que en Cantabria recordamos en los reiterados ataques a la librería Puntal, del referente en la memoria que es José Ramón Saiz Viadero.
Cine y memoria en ‘España en Libertad’
Dentro del programa conmemorativo España en Libertad. 50 años, organizado por el Gobierno español para reflexionar sobre el medio siglo transcurrido desde la muerte de Franco, Camada negra ha sido proyectada en el ciclo «Imágenes para un país en libertad. Cine, ciudadanía y democracia (1975-2025)», coordinado por la Filmoteca Española. El evento se inauguró el 6 de febrero de 2025 con la presentación de la película y un coloquio con el propio Gutiérrez Aragón.
Este ciclo busca poner en valor el papel del cine en la construcción de la memoria histórica y la democracia, incluyendo también títulos como Maixabel de Icíar Bollaín, Vámonos, Bárbara de Cecilia Bartolomé y Función de noche de Josefina Molina.
La presencia de Camada negra en esta programación subraya la relevancia del filme como testimonio de un momento crucial de la Transición y su capacidad para generar debate sobre la permanencia de determinadas ideologías en la sociedad española.
Ataques a otras películas en la historia del cine español
El cine ha sido históricamente un reflejo y un detonante de los conflictos políticos y sociales. En el caso del franquismo, estos ataques formaron parte de una estrategia más amplia de la ultraderecha española todavía en los años de la Transición, dirigida contra películas, libros y eventos que consideraban contrarios a sus valores.
En España, otras películas también han sufrido intentos de censura y boicot. Vámonos, Bárbara (1978), dirigida por Cecilia Bartolomé, abordó la liberación femenina en plena Transición y sufrió un estreno accidentado. La causa contra Franco (1979) también fue blanco de presiones por su enfoque crítico sobre la dictadura. Más recientemente, El silencio de otros (2018) de Almudena Carracedo y Robert Bahar, que denuncia los crímenes del franquismo, ha generado controversia en determinados sectores.
Un cineasta imprescindible
Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, 1942) es uno de los cineastas más importantes del cine español contemporáneo. A lo largo de su trayectoria, ha explorado la historia y la sociedad española con una mirada crítica y un lenguaje visual que oscila entre el realismo y la simbología.
Formado en la Escuela Oficial de Cine de Madrid, su debut como director llegó con Habla, mudita (1973), un drama que retrataba la incomunicación en la España tardofranquista. En los años 80 y 90, su cine evolucionó hacia un enfoque más alegórico, con títulos como Demonios en el jardín (1982), galardonado con la Concha de Oro en San Sebastián, y La mitad del cielo (1986), que obtuvo el Premio Goya a la Mejor Película.
En el siglo XXI, con Visionarios (2001) y Todos estamos invitados (2008), abordó el impacto del fanatismo y la violencia política en la historia reciente de España.
En 2009 se retiró del cine para dedicarse a la literatura, obteniendo el Premio Herralde de Novela con La vida antes de marzo.
Su legado no solo está en su filmografía, sino también en su influencia en el cine español y su labor en instituciones culturales. Fue presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y miembro de la Real Academia Española. Su cine, caracterizado por un uso simbólico del paisaje y una mirada crítica a la historia reciente de España, ha sido referencia para nuevas generaciones de cineastas interesados en la memoria histórica y los dilemas de la Transición
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