«Las políticas que apuestan por la ampliación de derechos sociales están funcionando»

EAPN, la Red contra la Pobreza y la Exclusión Social, analiza el avance del Informe AROPE dentro de la sección 'La energía del cambio', de la mano de Solabria, la cooperativa comercializadora de energías renovables
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Hace sólo unos días conocíamos el avance del Informe AROPE, que repasa la situación social y se refiere al año 2024. La cifra más importante es que el 25,8% de la población española está en riesgo de pobreza y exclusión social. Son siete décimas menos que en 2023.
Desde EAPN valoran la buena noticia, pero tienen claro que es una cifra muy elevada todavía y que es necesario ahondar en políticas que ayuden a las familias más vulnerables. Alejandro Sanz, responsable del Informe, y Ruth Caravantes, responsable de Incidencia de esta asociación, subrayan que ese porcentaje supone que más de 12 millones y medio de personas en España se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, en una entrevista concedida a El Faradio para La Energía del Cambio, el espacio que se hace en colaboración con la cooperativa de renovables Solabria.

 

La bajada en ese porcentaje supone que haya 200.000 personas menos en esa franja de riesgo. «Es buena noticia», dicen. Si se compara con Europa, precisan, la evolución no da para ser tan optimistas.
Más allá de la cifra principal, EAPN destaca que hay datos persistentes que hablan de una mala dinámica, y son grupos de población donde las cosas van peor. Por ejemplo, los menores de edad, donde no se cumple la tendencia general. También preocupan los hogares de familias monoparentales, donde la tasa AROPE supera el 50%, entre las personas en desempleo se va por encima del 55%, y también señalan a las personas de origen extracomunitario como otro grupo especialmente castigado por la pobreza.
Sin embargo, no quieren lanzar un mensaje que se centre en los aspectos que más invitan al pesimismo. Sostienen que «las políticas que apuestan por la ampliación de derechos sociales están funcionando. No sólo están conteniendo la pobreza, la están rebajando».
El escudo social sirve, y eso lo quieren poner en valor. Por eso piden que medidas que se han tomado de manera coyuntural se conviertan en estructurales y «que lleguen a todas aquellas personas que no están llegando».
Desde la Red Contra la Pobreza comprueban que es importante que todos los Ministerios con poder de decisión sobre medidas que puedan reducir la pobreza trabajen en la misma dirección, y que las diferentes administraciones se coordinen para ser más efectivas en ese objetivo. Si se ven diferentes políticas de manera separada, es mucho más complicado.
Ponen como ejemplo el empleo. Estamos en cifras récord de cotizantes a la Seguridad Social, y la tasa de paro está llegando a los niveles precrisis de 2008. Sin embargo, la pobreza no baja al mismo ritmo, y «eso tiene que ver con la calidad del empleo que se crea». Hay familias que no generan los suficientes ingresos, aún teniendo trabajo, como «para cubrir sus necesidades básicas».
Con la situación actual de la vivienda puede ocurrir que haya familias que perpetuen su precariedad. Las políticas de empleo se tienen que complementar con otras, por ejemplo, que ayuden a acceder a una vivienda. O que haya una fiscalidad más distributiva.

Otro de los indicadores positivos es el de la pobreza energética. Aunque aún no disponen de todos los datos para un análisis completo, se ha pasado de un 20,7% de hogares que la sufrían en 2023 a un 17,6% en 2024. Después de cuatro años seguidos subiendo, es una muy buena noticia, aunque todavía son el triple de hogares que en 2008.

Por eso insisten en la necesidad de que medidas para asegurar que las familias puedan tener su hogar a una temperatura adecuada deben permanecer en el tiempo. Y añaden que es necesaria la capacidad de cocinar, conservar alimentos, tener acceso a una cesta de la compra o conexión a Internet. Son factores añadidos para concluir si un hogar está en situación de riesgo de pobreza o exclusión social.

En el caso concreto de Cantabria, la tasa AROPE es del 22,2%. Ha subido dos décimas respecto a hace un año, pero está más de tres puntos y medio por debajo de la media estatal.

En EAPN no ven que esto sea un empeoramiento, sino una estabilización, aunque, «en un contexto de mejora generalizada, permanecer estable se puede considerar como no avanzar». Lo achacan a la renta media en la Comunidad, que no ha crecido del mismo modo que en otros territorios.

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