Deterioro de materiales o maderas levantadas son aspectos con los que conviven desde hace tiempo los usuarios de la Duna de Zaera, esas escaleras frente al mar, con nombre de arquitecto, que en su interior albergan naves o enseres para regatas y que quedó como legado del Mundial de Vela de 2012 celebrado en Santander.

El deterioro, que no es la primera vez que se denuncia ni evidencia, ha llegado a un extremo tan acuciante que el Ayuntamiento de Santander acaba de confirmar el cierre temporal de la instalación  debido a desperfectos estructurales detectados en una inspección técnica. En ella se señalaron problemas en la superficie escalonada y otras zonas deterioradas, lo que obligó a iniciar un proceso de evaluación y reparación del que saldrán una propuesta de acciones para reparar y plazos de apertura.

El legado del Mundial de Vela

La Duna es el legado físico más palpable del Mundial de Vela celebrado en 2014, que sirvió de base a la regeneración de toda la zona de Gamazo, antiguos espacios portuarios cuyo desuso y falta de ideas y mantenimiento habían llevado a cierto grado de deterioro.

En 2012, la Real Federación Española de Vela (RFEV), en colaboración con el Ayuntamiento de Santander y el Gobierno de Cantabria, diseñó un proyecto de modernización del CEAR de Vela «Príncipe Felipe» con motivo del Mundial de Vela de 2014.

Las obras de la duna iban en el lote de otras acciones desarrolladas en la misma zona, (las instalaciones en las que entrena el equipo olímpico de Vela y en las que se desarrollan cursos todo el año, propiedad de la Federación Española de Vela) y la rehabilitación del entorno portuario, como la adecuación del Dique de Gamazo.

El proyecto consistió en sustituir las antiguas naves de almacenamiento por un espacio único que integrara el área destinada a hangar, cuya cubierta es accesible al público y funciona como mirador hacia la bahía de Santander. Es decir, una función interna ligada a la vela y el almacenaje, y otra externa de espacio-mirador ciudadano.

El edificio cuenta con una superficie de aproximadamente 2.500 m² distribuidos en tres plantas. Se abrieron al público en septiembre de 2014. 

Licitación y adjudicación de las obras (2012-2013)

Fue la Federación Española la responsable de la contratación, por tanto, de sacar la licitación con las condiciones, de estudiar a las aspirantes y de finalmente elegir la que haría los trabajos, en un proceso del que formó parte el Ayuntamiento de Santander, con miembros en la mesa de adjudicación.

La licitación de la obra fue lanzada a finales de 2012, con un presupuesto inicial de 4,3 millones de euros.

En 2013, la obra fue adjudicada a la empresa constructora Ascán (del Grupo Sadisa), que presentó una oferta significativamente más baja que el presupuesto original. Finalmente, el contrato se cerró por 2,5 millones de euros, un 44% menos de lo previsto.

La financiación

El Ayuntamiento, el Gobierno regional y la RFEV firmaron un convenio para la construcción de esta infraestructura, acuerdo por el que cada una de las partes pondría 2,2 millones de euros aunque finalmente sólo desembolsaron la cuantía las administraciones local y regional.

La adjudicación a la baja de la duna generó un remanente de 1,9 millones de euros dentro del convenio de financiación.

Como contó en su día EL FARADIO y confirmaron en su momento responsables de la Federación, a través de una adenda al convenio de financiación, se aprobó la reasignación de estos 1,9 millones de euros a la organización del Mundial de Vela 2014.

La Federación de Vela ata los «remanentes» de la Duna de Zaera

Este cambio- en total fueron tres las modificaciones del convenio-, decidido por la Federación como responsable de la licitación, fue avalado por el Ayuntamiento de Santander y el Gobierno de Cantabria, permitiendo que los fondos inicialmente destinados a infraestructura fueran redirigidos a cubrir costes operativos del campeonato, como logística, promoción, seguridad y equipamiento necesario para la competición, en un contexto en el que fueron recurrentes las alusiones a que no se habían logrado los ingresos en los que se confiaba por la vía de los patrocinios.

Una duna de irregularidades

Paralelamente, la Federación también consiguió una rebaja en los costes por la organización, como el pago del canon de la ISAF (la federación internacional), que pasó de 1,4 millones a 1 millón, de modo que la suma de la reducción del precio de la duna y la rebaja del canon permitió sumar 2,3 millones de euros a los ingresos para sufragar el Mundial.

Desde el Ayuntamiento se reivindicó en todo momento la Duna como una infraestructura imprescindible para la celebración del Mundial, al hacer las funciones de grada para contemplar las competiciones –en el momento en que pasaran por enfrente-, pero a la vez se vinculaba a las distintas acciones de desarrollo del Frente Marítimo y de recuperación de espacios para la ciudad.

Los problemas económicos de la Federación española llevaron ya entonces a dificultades para el mantenimiento de la Escuela de Vela del CEAR, que desarrolla una labor de acercamiento del mar y la náutica a niños y familias.

La alcaldesa admitía que no es «autónoma» a la hora de tomar las decisiones sobre el espacio, que se estudian junto a técnicos de la Autoridad Portuaria y del CEAR. La propiedad de la Duna de Zaera recae en la Autoridad Portuaria de Santander , mientras que la gestión de las instalaciones del CEAR de Vela, incluida la Duna, está a cargo del CEAR de Vela «Príncipe Felipe». En la duna, hay una parte que usa el CEAR, que es un ente público, y otra el Real Club Marítimo de Santander, un ente privado también ligado a la mar y la vela.

La Federación Española de Vela renuncia a parte de la Duna en favor del Club Marítimo

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