
«El activo en salud más importante que detectamos en los barrios son personas»
«Farmamundi surge hace 30 años por la iniciativa de un grupo de personas farmacéuticas con la inquietud de ayudar y aportar a otros países que estaban en situaciones complejas y arrancan esta intervención dotando de recursos farmacéuticos». Así es como explica Beatriz Rodríguez los comienzos de esta ONGD en una entrevista concedida a EL FARADIO.
Aunque tienen ese enfoque de cooperación al desarrollo de ayuda humanitaria, las experiencias que han acumulado les sirven también para trabajar sobre el terreno en España. Ya están en 11 Comunidades Autónomas. «Hace un poquito más de un año arrancamos con proyectos de intervención social directa en Cantabria«, explica.
La salud comunitaria y los Objetivos de Desarrollo Sostenible son dos de las patas sobre las que se asienta Farmamundi. Tratan de identificar las cosas que aportan a la salud de la ciudadanía en un ámbito geográfico concreto, y quieren generar una reactivación de la participación ciudadana.
Del 20 al 28 de marzo estarán en el Barrio Entrehuertas de Santander para realizar un mapeo y poder ver cómo puede mejorar la salud comunitaria de la zona. Turno de mañana los días 21 y 28 y de tarde el 20 y el 27. Se recomienda inscribirse a través de la web de la ONGD o enviando un correo electrónico a beatriz.rodriguez@farmamundi.org Se trata de un proyecto que se llama ‘Activando salud’ y está financiado por el Gobierno de Cantabria en su convocatoria para proyectos de Educación para el Desarrollo.
«La salud comunitaria es traspasar esa visión más clásica que tenemos de la salud, en que la entendemos como la ausencia de enfermedad y que es algo que se vincula con el centro de salud y el hospital». Farmamundi pretende «empoderar a la ciudadanía para que tome conciencia de todas las cosas que aportan a nuestra salud, que nos van a hacer al final evitar esa enfermedad». Es decir, lograr un bienestar que nos evite los problemas de salud que nos llevan a centros de salud y hospitales. Se trata de estar en un lugar donde se viva mejor, con «entornos verdes y saludables en nuestros barrios, unas redes sociales fuertes, recursos culturales adecuados, un ambiente y un agua de calidad». Algo muy pegado al medio ambiente.
El mapeo es mucho más efectivo, según Rodríguez, si participa el vecindario, porque será más fácil saber si algo es un activo en salud o si es un recurso que no se utiliza.
«El activo en salud más importante que acabamos detectando en los barrios son personas». Se refiere a aquellas que «dinamizan la vida social, que dinamizan la vida cultural y que sirven muchas veces para movilizar a personas con una red social un poquito más floja, muchas veces inexistente». Son quienes se preocupan de espacios que puedan usarse en un determinado lugar, y que se preocupan por vecinos concretos a los que les puede venir bien ese recurso. «Lo comunitario es urgente que se cuide y se trabaje», sostiene.
Y no sólo en los barrios de las ciudades, también en el medio rural, porque «tiene unas necesidades y unas circunstancias marcadas por el territorio y que la va a diferenciar de un espacio mucho más urbano», defiende Rodríguez.
Esto requiere un proceso de escucha y de análisis, y también de «buscar alianzas en la administración pública, porque muchas veces va a ser catalizadora para que las propuestas de las comunidades se puedan llevar a cabo».
Rodríguez comenta un ejemplo que están llevando a cabo ahora en Galicia, donde una compañera suya «está en el entorno rural trabajando con un grupo de mujeres mayores y están mirando el entorno desde una perspectiva histórica de todo lo que ha ido pasando en esas zonas en la época de la guerra civil y de la posguerra, porque lo que quieren es que no caigan en el olvido».
No solamente tejen redes con vecinos, sino con otras asociaciones. Por ejemplo, este proyecto en Cantabria tiene la colaboración de Ecologistas en Acción. «Llevamos más de un año implementando todas las acciones previas que puedan crear un ecosistema para que esto funcione de la mejor manera posible». Y es que pretenden incorporar muchos enfoques distintos, ecosocial, de derechos humanos, intergeneracional, intercultural, de género o de cultura de paz. Y no olvidar que está la salud de las personas, pero también la del planeta y la de los animales, y que hay que triangularlo todo, porque si no un análisis se puede quedar cojo.
El atender a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 no quieren que «se quede en una cuestión meramente teórica». Rodríguez cree que estos conceptos parecen muy alejados de la ciudadanía, pero han llevado un proceso participativo detrás con la inclusión de la sociedad civil, y no sólo de las élites políticas y empresariales. Por eso piensa que es importante tomar conciencia e intentar comprender qué puede hacer cada familia y cada persona para llevar a cabo pequeños cambios que incidan en un bien mayor.
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