Las quejas por las averías ‘allanan’ el camino a una mejora de las condiciones de la concesionaria de las escaleras mecánicas de Santander
Tras años de quejas ciudadanas y políticas por las averías y tramos parados en las escaleras mecánicas y rampas de la ciudad, el Ayuntamiento de Santander sacó a concurso el nuevo contrato, marcado por un incremento en las cifras de un 51% que se atribuyeron precisamente a esas necesidades de mantenimiento.
En detalle, pasamos del presupuesto inicial de 987.833,52 euros anuales del anterior a los 4.985.299,62 euros para cuatro años de este. La cifra del primero, no obstante, fue mayor a la larga: pese a conseguirlo TK Elevadores España mediante una baja económica, pronto fue creciendo al sumar nuevos tramos –cada tramo implica más costes- hasta llegar a los 300.000 fuera de contrato al caducarse los plazos sin prorrogar.
Por partes, según viene contando esta semana EL FARADIO:
- Yendo al detalle, el nuevo contrato recoge más cuestiones que la mayor atención al mantenimiento: desde nuevos tramos que de por sí suponen más coste hasta una sustitución de elementos desgastados, esto es, inversión en renovación de maquinaria (hasta un millón de euros)
- En la actualidad, este servicio se presta sin concurso que lo respalde. Esto quiere decir que hay menos garantías –como la reparación de averías- y control por parte de la administración, condiciones que se incluyen en el contrato, ahora caducado.
Tener las escaleras mecánicas fuera de contrato resta garantías y control
- Que el contrato caduque no implique, como estamos viendo, que la empresa no cobre, al considerarse un servicio público que no puede dejar de prestarse. Y es consecuencia de dos circunstancias: que el tiempo haya pasado sin que se convocara el concurso que le diera cobertura, pero también que no se optara por una posibilidad que contemplan los pliegos, la prórroga.
- Y esto es significativo porque la misma empresa y el mismo Ayuntamiento tienen relación en otro contrato, el de los montacargas y ascensores municipales. En ese caso, sí que se prorrogó.
- ¿De qué depende la prórroga? Se decide mediante acuerdo expreso entre ambas partes. La prórroga debía ser aprobada por la administración antes de la finalización del contrato en vigor y requería la aceptación de la empresa. En los montacargas sí se produjo –en dos ocasiones, de hecho–, en las escaleras mecánicas, no.
DEL ¿DESENCUENTRO? A LA MEJOR POSICIONADA
La no prórroga, sobre todo teniendo en cuenta que implica aceptación de la empresa, haría pensar en un desencuentro con la parte privada.
Pero ese desencuentro no ha parecido continuar, toda vez que sí que se ha presentado al nuevo concurso por el servicio cuya prórroga, que debía ser aceptada por ellos, no fue posible. Hasta el punto de que es la única aspirante, es decir, o la única a la que le ha interesado el contrato –en anteriores sí hubo competencia- o la única que cumple con las condiciones marcadas en la licitación.
A la evidente especialización, experiencia y peso de la empresa se le suman aspectos reflejados en el nuevo pliego como condiciones para lograr el contrato: la trayectoria previa en contratos similares –como el que viene prestando-, los requisitos de mantenimiento –de una maquinaria instalada o contratada por ellos-, mientras que los incrementos de contrato y los pagos fuera de servicio le permitieron alcanzar la solvencia económica requerida en este pliego.
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