
The Haze. Tras los brotes verdes
Ante una premisa tan necesaria como EMU en nuestra región, decidimos acercarnos a conocer a la joven banda The Haze, encargada de romper el hielo en la Torre A del Edificio Tres Torres de la UC.
Con un aforo que ocupaba prácticamente la totalidad de las sillas habilitadas, la banda salía a escena uniformada completamente de negro y descargaba los primeros guitarrazos de Interstate Love Song de Stone Temple Pilots, siendo la primera de una serie de interpretaciones de clásicos del sonido grunge noventero que dejaban claras sus referencias desde el inicio.
Tras un pequeño set acústico para su personal versión de Everlong de Foo Fighters, pudimos empezar a conocer más en profundidad sus propias composiciones que, aunque de momento son pocas, nos dejaron un muy buen sabor de boca.
Títulos como Lust, Would you stay? o My Odyssey iban subiendo las revoluciones de los allí presentes que, sin duda, conectaron de una manera especial con las composiciones de la banda, que entrarán a grabar próximamente y para lo que han sacado un crowdfunding de cara a financiarlo.
En lo musical, cabe destacar la potencia de una voz extraordinaria y una virtuosa guitarra solista que brillaban por encima de una base sólida. En ocasiones la intensidad se desbordaba en golpes de distorsión cargados de fuerza, dejando espacio para pasajes más tranquilos, pero igual de oscuros. Creando una atmósfera especial repleta de recursos que empastan a la perfección, creando canciones que harán las delicias de todo aquel que quiera refugiarse bajo las faldas del sonido Seattle. Las horas de local se notan, de eso no hay ninguna duda.
Como bis, la banda nos propuso Liferiver, canción que a título personal me pareció de las más completas del repertorio y que pronto, muy pronto, tendremos el placer de escucharla en nuestras casas y que consideramos un muy buen cierre para despedirnos de allí con cierto aire de nostalgia y optimismo de lo que puede ser una gran banda en el futuro y a la que no dejaremos de tener en nuestro radar.
Vienen cosas desde abajo, estemos atentos.